El nuevo arzobispo de Buenos Aires confió que tiene "un temperamento distinto" al del Papa. "No quiero ponerme en sus zapatos, todo me parece que me queda grande", dijo.
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Mario Poli, el nuevo arzobispo de Buenos Aires, manifestó que buscará que la voz de laIglesia sea escuchada por los políticos "no solamente en los tedeum", sino también en otros espacios. Además, se diferenció de Francisco:"Yo soy pastor y no político, no soy (Jorge) Bergoglio en eso".
Poli contó cómo recibió su designación como arzobispo porteño: "Me sorprendió y me causó perplejidad. Se ve que el Papa se levantó una mañana y se le cruzó que sea arzobispo de Buenos Aires. Esto no estaba en mis planes, de ninguna manera. Pero estoy dispuesto a lo que sea. Soy scout desde los cinco años, y estoy siempre listo. Esto me supone un renunciamiento, pero tengo presente el renunciamiento de Benedicto, que para mí fue virtuoso y ejemplar, insólito y casi único en la vida de la Iglesia".
En diálogo con el diario La Nación, Poli describió a Francisco como "un hombre que tiene todas las luces, tan capaz, cuyo magisterio es muy luminoso, un teólogo de primerísima línea que ha dejado inspiración en la Iglesia. Y ahora él (por Bergoglio) les dijo que sí a los cardenales cuando no estaba en sus planes ser Papa. Yo lo conozco muy bien, no tiene aspiraciones".
"En todas las diócesis estamos embarcados en lo que se nos ha indicado en la reunión de Aparecida. Se trata de la misión, la evangelización, el salir teniendo presente las tres notas del estilo pastoral que él nos dejó y que los obispos la han tomado: la cercanía, la alegría de la fe y el entusiasmo. No tengo expectativas ni tengo un plan pastoral. El plan ya está hecho. Nosotros tenemos que seguir la misión continental. El modelo que tengo es el de obispos caminantes", sostuvo.
En tal sentido, enfatizó que uno de sus referentes es "el santo de todos los obispos de América latina, santo Toribio de Mogrovejo", y remarcó que su plan es caminar la ciudad hasta que le "den las piernas".
"Desde chico me gusta mucho andar en bicicleta. Cuando estaba en Buenos Aires, tenía un poco de cuidado porque tenía miedo de que me lleven puesto, pero voy a ver cómo hago. Los seis años que estuve en Buenos Aires anduve en subte y tren. Y Bergoglio ha sido ejemplar en eso. Pero ha sido austero sin trompetear. Ahora aparecen en primera plana muchas actitudes suyas que él hacía habitualmente con mucha sencillez", contó.
En cuanto a sus características similares a Bergoglio, describió: "Después de un ejemplo tan grande, teniéndolo a él como Papa, que marca una línea de austeridad", y agregó: "Tuve la gracia de estar al lado de monseñor Bergoglio, junto con otros siete obispos auxiliares de Buenos Aires. Él dispensa su amistad a muchos, es muy generoso. Tiene un millón de amigos el Papa. La nuestra no es una amistad exclusiva y excluyente. Entiendo que hay gente mucho más cercana. Hace unos días, recordaba que Aristóteles decía que la amistad se da entre semejantes. Bueno, él salvó las desemejanzas y ofreció su amistad muy generosamente. Él no retenía a sus auxiliares. Decía: Quiero que vayan y sean pastores".
Al ser indagado sobre su postura en un año electoral, enfatizó: "Yo soy pastor y no político. Yo no soy Bergoglio en eso. Hay un principio en la encíclica Gaudium et S pes que me gusta mucho. Es el que dice que con el Estado la Iglesia se relaciona con colaboración y también distinción, las dos cosas. No tenemos que oponernos por oponernos, pero también tenemos nuestro carácter profético. Es decir, dar el anuncio profético si se dan las circunstancias y es necesario porque, como dice Jesús en el Evangelio: Si ustedes callan, hablarán las piedras".
"Bergoglio no dejó de ser pastor en ningún momento. Me referí a que tiene un temperamento distinto, tiene más experiencia y está mucho mejor preparado que yo; fue profesor de literatura y escribe muy bien, sus homilías son cautivantes. Somos distintos. No quiero ponerme en sus zapatos; todo me parece que me queda grande, pero confío en Dios", aclaró.
Y confió: "Me gustaría que haya también otros medios y no solamente la homilía de los tedeum porque a veces se ha concentrado un poco el interés ahí. Creo que hay que participar y entrar en un diálogo en la medida que se pueda, y hacer sentir nuestra voz. Creo que los pastores no tenemos que perder el contacto con la gente. Y aquí recojo lo que decía monseñor Angelelli: \'El sacerdote tiene que tener un oído en Dios y otro en el pueblo\'. Angelelli es un santito para mí, un santo mártir".
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