Ante la doble jornada escolar, sumado a la intensa vida social y actividades extra curriculares de los menores, cada vez más padres se replantea la verdadera utilidad de los "deberes" para el hogar
Los chicos de estos tiempos ya no son lo que eran algunos años atrás. Cada vez tienen más actividades extracurriculares y una amplia vida social que intercede a la hora de "hacer la tarea" del colegio, que muchas veces es de doble jornada.
Según una información publicada en el diario La Nación, ante este nuevo panorama, son muchos los padres que cada vez dudan más de la verdadera utilidad que cumple la "tarea".
"Estoy de acuerdo con que los chicos tienen que trabajar mucho en clase, repasar y reforzar lo estudiado, pero hoy en día los colegios tienen jornadas completas y a los chicos no les queda mucho tiempo para hacer la tarea", cuenta Viviana, docente y madre de tres hijos.
En ese sentido, la psicopedagoga Elvira Giménez de Abad, sostiene que "la función que tiene la tarea dentro del proceso de aprendizaje es que los niños elaboren y fijen lo aprendido". Además, señala que el hecho de que la tarea sea realizada en el hogar y no en la escuela "no tiene un valor extra: pensar lo aprendido es lo importante".
De todos modos, la especialista opina que, en una escuela de jornada completa, llevar tarea a casa "es demasiado, ya que a los chicos les queda poco tiempo para otras actividades y, sobre todo, poco tiempo para el ocio sano y para jugar".
Es por esto, que la tarea, en algunos casos, se convieret en un obstáculo cuando los chicos quieren realizar actividades extracurriculares y elegir entre cumplir con las exigencias del colegio o con los intereses de los padres o las de ellos mismos.
Hoy, las actividades extraescolares son, en mayor o menor medida, según los recursos de cada familia, una parte importante de la educación de los chicos. "La infancia se ha convertido en una etapa preparatoria para el futuro, en la que se borra el presente", advierte la licenciada Eva Rotenberg, psicoanalista fundadora de la Escuela para Padres Multifamiliar.
"Los padres creen que ser buenos padres es prepararlos cada vez más temprano, con más idiomas, más computación, y sin tampoco olvidarse del deporte... Quieren cubrir todas las áreas y se olvidan, muchas veces, de la más importante, que es generar buen clima familiar" agrega Rotenberg. "Hoy la etapa de la escolaridad se ha convertido en una sobreexigencia para toda la familia."
En ese contexto, la tarea, muchas veces termina sumando un factor más de tensión parental. "Muchos hijos no pueden estudiar solos por diferentes motivos, lo que se junta con el hecho de que muchos padres que vienen de un día laboral intenso pierden la paciencia, discuten entre ellos y se enojan con sus hijos", señala la psicoanalista.
"La tarea escolar se está convirtiendo en un problema familiar", advierte Marcela López, docente y coordinadora del Centro de Estudios de La Horqueta, que brinda apoyo escolar.
Y añade: "La mayoría de los matrimonios trabajan y llegan cansados como para ponerse a hacer la tarea con sus hijos. Los chicos, por su parte, también vienen cansados después de una doble jornada de escuela. Eso hace que muchos padres, para no ponerse a discutir con sus hijos por las tareas, prefieran tercerizarlas y no desgastar más la relación padre-hijo."
"Esta generación de chicos tiene una vida social mucho más activa que la de nuestra época, y eso colabora con que les cueste también cada vez más mantener el ritmo de estudio durante el año", dice la docente.
"Los adultos se han olvidado que la creatividad se desarrolla cuando hay tiempo libre", opina la psicoanalista Rotenberg, quien recibe en su consultorio a muchos padres que sienten culpa o se sienten "malos padres" ante las dificultades con la tarea de sus hijos.
"Sería bueno repensar las problemáticas actuales en la educación y redisenar las jornadas escolares. Debería haber momentos para que los alumnos puedan hacer tareas en la escuela, para ayudarlos a pensar, ya que los docentes están más preparados que los padres", destaca la especialista.
Ante la pregunta de si es posible pensar en una escuela sin tarea para el hogar, la psicopedagoga Giménez Abad establece: "Yo creo que no sólo es posible, sino que también es muy conveniente, ya que entre las tareas que deben realizar los chicos y los trabajos de los padres queda poco tiempo para el diálogo en la familia y para el compartir momentos juntos".
"De todas formas, el compartir las tareas escolares también fortalece el vínculo, y los chicos necesitan ver que los adultos se interesan por sus aprendizajes", concluye.
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