Un frigorífico del norte de la ciudad tuvo que desechar esa mercadería y alquilará grupos de frío para no perder cerca de 10 toneladas almacenadas.
El caso de Carlos Robles es uno de los tantos testimonios que hoy se pueden recoger en la ciudad. El titular del frigorífico de pescado La Ribera, ubicado en barrio Transporte describió a Diario UNO que el domingo al mediodía el local donde tiene su empresa se quedó sin luz. Las consecuencias inmediatas fueron la pérdida de 2.000 kilos de pescado, entre sábalos, patí y bagres, que se tuvieron que desechar por no poder sostener la cadena de frío. “Hace tres días que vengo haciendo el reclamo y todas las veces me dicen lo mismo: «Ya te lo reclamo». Pero ahora tengo que sacar todo. Tengo que mover 10 toneladas de pescado para que no se me echen a perder. Voy a tener que alquilar frío para poder salvar la mercadería. No me queda otra”. Robles sostuvo que todos los días recibe pescado y que en esas condiciones “no se puede trabajar”. “Cuando llega la mercadería se procesa, se lava, se enhiela y se pone en cámara. Tenemos mercadería fresca todos los días y eso se va vendiendo. Ahora, a esa mercadería fresca la estamos manteniendo con hielo. Pero el mayor problema lo tenemos con la mercadería congelada. Vamos a ver cómo salimos de esta”, expresó.
Recomendaciones de la Assal
El Ministerio de Salud provincial, a través de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), brindó recomendaciones a tener en cuenta frente a los cortes de luz que pueden reiterarse ante la continuidad de los fenómenos climáticos, poniendo en peligro la seguridad de aquellos alimentos que requieren para su conservación de la cadena de frío.
El organismo recomendó abrir lo menos posible la heladera durante los cortes de luz, revisar que el cerramiento de la heladera (burlete) esté en buenas condiciones, ya que su deterioro contribuye a la pérdida de frío y limitar la compra de alimentos perecederos que necesiten ser refrigerados. Asimismo, se debe tratar de reemplazar los alimentos perecederos por otros no perecederos (por ejemplo, usar leche en polvo en vez de leche fluida) y extremar cuidados con el consumo de todo tipo de carne (vaca, pollo, pescado). Hay que cocinarlas muy bien y en forma completa.
Si la carne perdió la cadena de frío desecharla, aunque conserve su color y olor (la proliferación de bacterias se produce antes de que esas características se modifiquen). Los alimentos conservados en el “freezer” deben revisarse antes de su consumo y si se observa descongelamiento (cajas mojadas, ablandamiento, presencia de cristales de hielo), consumir los productos en el momento. Nunca se debe volver a congelar algo que ya se descongeló.
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