Desde el fin de semana se produjeron en la ciudad de Santa Fe fuertes precipitaciones, que acumularon desde entonces más de 215 milímetros de agua caída. El intendente observó el funcionamiento de las estaciones de bombeo que, hasta las 19 del jueves ayer, ya habían descargado esa cantidad de agua.
Desde el fin de semana se produjeron en la ciudad de Santa Fe fuertes precipitaciones, que acumularon desde entonces más de 215 milímetros de agua caída. Ayer, el intendente José Corral observó el funcionamiento de las estaciones de bombeo con las que cuenta la capital provincial, que desde el domingo al mediodía trabajan al máximo de su capacidad y que, hasta las 19 de ayer, ya habían descargado hacia los bañados del río un caudal estimado en 15.200 millones de litros de agua.
El cálculo incluye además los puntos de bombeos móviles, y los lugares de descarga por compuerta. “Hemos podido comprobar que el sistema se está comportando como esperábamos. Es cierto que hay barrios donde todavía se presentan anegamientos temporarios, pero lo concreto es que el agua corre. La ciudad ha recibido en 72 horas más de 215 milímetros de agua, y gracias al trabajo que se viene haciendo no tenemos familias evacuadas”, valoró el mandatario.
También recordó sus propias declaraciones de mediados de este año: “Anticipamos que debíamos prepararnos de la mejor manera posible para una temporada que iba a ser de lluvias intensas. Por eso, invertimos más de 13 millones de pesos del presupuesto en la limpieza de desagües y canales, a la vez que pudimos retomar obras clave como el desagüe Lavaisse, que hoy, a pesar de no estar terminado, ya empieza a mostrar sus frutos”.
El mandatario local resaltó que, en los últimos cinco años, la ciudad avanzó en la “repotenciación de las estaciones de bombeo y la profundización y readecuación de los reservorios”. Y agregó: “Anualmente realizamos una limpieza intensiva de canales primarios a cielo abierto, y de desobstrucción de desagües entubados, y trabajamos en la limpieza y rectificación de cuentas a cielo abierto”.
Las estaciones de bombeo –una planta equipada para extraer el agua de la ciudad hacia fuera de los terraplenes mediante electrobombas o motobombas– son las que se encargan de derivar el exceso hídrico de los reservorios hacia los bañados del río.
El agua que cae en cualquier barrio de la ciudad escurre por las bocas de tormenta a los conductos secundarios, primarios y troncales, en ese orden. Continúa su recorrido hacia los reservorios y, por los canales de acceso, ingresa a las estaciones de bombeo donde es succionada por las electrobombas o por las motobombas, según se necesite. Por último, es trasladada por cañerías que atraviesan el terraplén de defensa y corre por cuencos de descarga hacia la zona de bañados del río.
El reservorio es una zona excavada en las adyacencias de una estación de bombeo, y cumple la función de almacenar el agua caída en lluvias de mediana y alta intensidad, para que luego la estación de bombeo la saque al río. Por eso, es importante que estos espacios estén limpios, libres de ocupación y bien delimitados para permitir la rápida llegada del agua y su posterior salida.
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