Las reuniones entre el Grupo Clarín y los opositores por el 7D

Sus gerentes se reunieron en silencio con varios de los principales referentes anti K para pedir asesoramiento. Buscan confirmar de qué lado estarán a partir de diciembre.

 

Mensajero. Rendo, director del Grupo, participó en varias reuniones con referentes de la oposición.

Algunas reuniones fueron al caer el sol, otras a media tarde, se usaron bares de hoteles, oficinas privadas y se los consultó a todos por separado. Se tomó café, algún capuchino bien cargado y hasta se llegó a compartir un partido de fútbol desde el cómodo sillón de un hotel céntrico, el mismo donde Cristina Fernández festejó su último triunfo electoral.

Desde hace meses, algunos operadores del Grupo Clarín mantienen reuniones con los principales dirigentes de la oposición en una ronda de consultas informales en busca de recomendaciones sobre cómo afrontar el día después al 7D. Con la mayoría de ellos existió un objetivo claro y manifiesto: se les consultó cómo jugarán políticamente ante el peor de los escenarios: la intervención del Grupo.

En varias de las reuniones participó Jorge Rendo, director de relaciones externas del Grupo, y según algunos de los dirigentes consultados también habrían estado presentes algunos de los abogados de la empresa. “En los últimos meses nos reunimos con todas las fuerzas políticas que nos quisieron atender, pero también con periodistas y empresarios”, reconocen fuentes de Clarín, pero aclaran que las reuniones fueron para mostrar, con lujo de detalles, que la empresa tiene todas las de ganar en la vía judicial.

Seducción. El objetivo manifiesto de los encuentros fue explicar por qué la empresa no debe presentar un plan de desinversión antes del 7D. Llevaron gráficos y presentaciones.
Se buscó profundizar los vínculos con funcionarios de todo el arco político. “Fuimos a ver hasta a los de Proyecto Sur”, bromean en el Grupo.

Según varias fuentes consultadas, no sólo se visitó a funcionarios de la oposición. Hubo también acercamientos con hombres de extrema confianza del gobernador bonarense Daniel Scioli, como su jefe de Gabinete Alberto Pérez, algo que en su entorno desmienten.

Se visitó a operadores del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, a allegados de socialista Hermes Binner y hubo una reunión en un imponente edificio porteño con asesores del gobernador cordobés, José Manuel de la Sota.

Hace unas semanas se vio al empresario Francisco de Narváez en el Palacio Duhau con algunos de sus diputados en una amena charla con funcionarios del Grupo Clarín. Desde una mesa cercana se escuchó la preocupación que expresaron los enviados del multimedio por el sesgo irracional que adquirió la pelea con el Gobierno. “No van a parar hasta desguazarnos”, repetían, con preocupación, los más altos ejecutivos de la compañía.

Allí reconocieron también que si la Justicia los obliga están dispuestos a presentar un plan de desinversión, pero nunca antes del 7 de diciembre (Ver “Vamos a ajustarnos a la Ley”).
Las reuniones con diputados, senadores, funcionarios, empresarios, dirigentes, intendentes y hasta gobernadores no son una práctica nueva de los lobbystas del Grupo. Pero en las últimas semanas el foco fue el 7D.

Y aunque piden a cada uno de los consultados consejos sobre cómo afrontar la batalla, muchos especulan con que la gran búsqueda de Clarín es, en este caso, lograr reunir de alguna forma a los principales referentes de la oposición para que muestren públicamente su rechazo contra el Gobierno luego del 7D. Pero, sobre todo, para que oficialicen su apoyo a favor de Clarín y “de la libertad de expresión”.