El 52 por ciento de los argentinos desaprueba la gestión de Cristina Kirchner, según una encuesta de Poliarquía que difundió Sergio Berensztein en una charla en la Bolsa de Comercio. “La coyuntura es crítica. Si el Gobierno persiste en las decisiones que mantiene hasta ahora puede haber una crisis, o por lo menos el desgaste puede continuar”, expresó el profesional.
Más del 40 por ciento de los consultados considera, además, que la jefa de Estado está perdiendo el control de su administración. El 20 por ciento piensa que ya lo perdió. El escenario que pinta la medición es muy desfavorable para el kirchnerismo. Se da en un contexto particular. Después de las elecciones de octubre, el oficialismo enfrentó el escándalo de corrupción que involucra al vicepresidente Amado Boudou; la tragedia de Once con 51 muertos; y las restricciones cambiarias. De hecho, hubo varios cacerolazos en la Capital que reflejaron el malhumor social de al menos buena parte de la clase media y alta.
Para Berensztein, la imagen de Cristina está cayendo “por las decisiones que está tomando y por problemas acumulados”. Según el analista, falta pensamiento crítico en áreas claves de la gestión por lo que avizora que el escenario va a continuar igual o va a empeorar.
En la misma exposición, el hombre de Poliarquía sostuvo que según los sondeos que manejan a los jóvenes no les interesa votar. “Son muy poquitos los que quieren”, dijo y agregó que eso puede facilitar la manipulación por parte del Gobierno. Se refirió así a la ley que permite que, desde el año que viene, los chicos de 16 y 17 años vayan a las urnas. El voto es optativo. Se incorporan al padrón 1,4 millones de jóvenes con la facultad de emitir voto. Pero como considera que el oficialismo tiene una imagen que cae en picada, cree que no le podrá sacar mucho provecho al voto joven.
En la misma exposición, el hombre de Poliarquía sostuvo que según los sondeos que manejan a los jóvenes no les interesa votar. “Son muy poquitos los que quieren”, dijo y agregó que eso puede facilitar la manipulación por parte del Gobierno. Se refirió así a la ley que permite que, desde el año que viene, los chicos de 16 y 17 años vayan a las urnas. El voto es optativo. Se incorporan al padrón 1,4 millones de jóvenes con la facultad de emitir voto. Pero como considera que el oficialismo tiene una imagen que cae en picada, cree que no le podrá sacar mucho provecho al voto joven.
No es el único encuestador que refleja una caída en la imagen de Cristina. En las últimas semanas, circularon varias que muestran una progresiva baja de la estima que la gente le tiene a la jefa de Estado. Sin embargo, esa caída que muestran los sondeos no ha podido ser capitalizada por ningún sector de la oposición. Prueba de ello fueron los cacerolazos: ningún referente estuvo al frente y la gente que participa de esas protestas tampoco quiere eso. De todas formas, falta un año para las legislativas y el kirchnerismo ha demostrado capacidad de reconstrucción fenomenal. Un claro ejemplo de ello fue cómo se recuperó después de la derrota de 2009.
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