El Sindicato de Obreros Panaderos inauguró obras en su sede y fue anfitrión del Consejo Directivo Nacional. Participó del encuentro el secretario general de la Federación nacional, Abel Frutos.
En un encuentro que sumó numerosos ingredientes, esta semana el Sindicato de Obreros Panaderos de Santa Fe recibió en su remozada sede (9 de Julio 2.768) a representantes del rubro de todo el país. Encabezó la reunión Abel Frutos, secretario general de la Federación de Panaderos nacional (referente además de la Unión de Panaderos de Catamarca).
En un plenario en el cual se apuntaron numerosos temas de alcance nacional, los dirigentes intercambiaron opiniones y la experiencia que cada uno trae de sus vivencias en cada rincón del territorio argentino.
En diálogo con Diario UNO, Enrique Durán, secretario general del gremio en la capital santafesina, manifestó su entusiasmo por la buena convocatoria y explicó: “Fue una buena reunión del Consejo Directivo Nacional completo, los 21 integrantes, en la cual analizamos todo lo que se realizó y la situación actual, desde lo gremial y lo político en el país. A la vez, es para nosotros un halago recibir en Santa Fe a compañeros de todo el país y poder inaugurar así la obra que realizamos en la institución, nuestra casa”.
—¿Cómo evalúa este año para el sector en Santa Fe?
—Para nuestra organización, más allá de que siempre está faltando algo, es un año bueno. Nuestra industria no ha tenido despidos de compañeros, por ejemplo; aunque seguimos teniendo problemas con el trabajo en negro. Dentro de todo avanzamos y crecemos.
Por su parte, Abel Frutos se refirió al escenario actual que presenta este rubro a nivel nacional y expresó en tal sentido: “Por suerte estamos avanzando, pero vamos por más. La inflación perjudicó una vez más el bolsillo de los trabajadores y nos obligó a pedir la reapertura de las paritarias nacionales, porque tenemos que reacomodar los salarios fundamentalmente”.
—¿Existen posibilidades concretas de que se reabra la paritaria?
—Sí, estamos convencidos de que sí. Enviamos todas las notas correspondientes, porque la homologación que firmamos en el Ministerio de Trabajo prevé la reapertura de las negociaciones colectivas. Seguramente a la brevedad nos estarán convocando para que podamos discutir principalmente salarios.
—Más allá de lo salarial, siempre relevante para el trabajador, ¿qué otros objetivos se plantea el espacio sindical?
—Tenemos muchos objetivos. Fundamentalmente, acompañar la agenda impuesta por Hugo Moyano, que es la agenda de los trabajadores. A su vez, creo que a partir de la discusión que se dio en La Falda, Córdoba, de los 21 puntos más relevantes para el sector, se establecieron las necesidades para el trabajador y su familia.
En cuanto a la actividad en sí, Frutos destacó que “se encuentra en constante crecimiento, es la única industria que más allá de las crisis nunca se quebró, ni siquiera en 2001-2002; siempre se mantuvo de pie, que es lo más importante”.
—¿Se observan muchas disparidades en el rubro de acuerdo a cada región del país?
—Hay idiosincrasias distintas a nivel país, hay inclusive distintas formas de elaboración. En definitiva, somos todos trabajadores y nosotros bregamos para que todos estén mejor.
Una profesión milenaria
Declarado por el Congreso Nacional argentino en 1957, todos los 4 de agosto se celebra el aniversario de la fundación del primer Sindicato de Panaderos de la República Argentina, ése es el Día del Obrero Panadero.
Declarado por el Congreso Nacional argentino en 1957, todos los 4 de agosto se celebra el aniversario de la fundación del primer Sindicato de Panaderos de la República Argentina, ése es el Día del Obrero Panadero.
Para conocer los orígenes de esa profesión, hay que remontarse a la época de los egipcios (sobre el año 8.000 antes de Cristo), que fue el primer pueblo en crear ese vital alimento.
Durante la Edad Media, era frecuente que cada panadero tuviese una panadería que, en realidad, era un horno público. Las amas de casa llevaban la masa que habían preparado al panadero, quien usaba el horno para cocinar el pan.
Con el tiempo, los panaderos empezaron a preparar sus propios productos, lo que dio lugar a numerosas picardías: por ejemplo, algunos de estos trabajadores tenían pequeñas trampas que permitían a los niños sustraer un poco de la masa, que luego vendían como propia.
Esta costumbre terminó llevando a la famosa ley conocida como “Assisa panis et cervisiæ”, que estipulaba duros castigos para los panaderos a los que se sorprendía estafando.
El pan tiene una gran presencia en la vida de muchas personas, y en todo el mundo es considerado un símbolo de vida, hospitalidad y calidez.
El panadero, como productor de ese importante alimento, merece por ello el mayor respeto y estima. El pan y una alimentación sana, van unidos inseparablemente. A raíz de esto es que nace la popular frase: “Más bueno que el pan”.
Las panaderías garantizan además el suministro central del alimento básico que es el pan y en muchos países, junto con otros sectores artesanales, constituyen la columna vertebral de la economía.
Completan este cuadro, la garantía de millones de puestos de trabajo, la seguridad de la calidad del pan y de los otros productos de panificación y pastelería, así como la formación de profesionales especializados en todo el mundo.
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