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sábado, 10 de marzo de 2012

SANTA FE: Barrio Sur: preocupa la seguidilla de robos

Un ladrón intentó forzar la puerta de entrada a una vivienda de calle Francia al 1300. Desde adentro, el dueño escuchó los ruidos y logró disuadirlo

Francia al 1300. Así quedó la puerta forzada.


Ayer, el día recién estaba empezando para un vecino de barrio Sur, cuando en un instante la adrenalina lo despabiló. Maximiliano escuchó ruidos en el frente de su casa, un pasillo ubicado en calle Francia al 1300, y su perra, Gala, empezó a ladrar en forma amenazante. Se acercó a la puerta y por la mirilla vio el ojo de un muchacho, que le sostenía la mirada. “¡Vendo bolsitas!”, se apuró a decirle desde la vereda.

“Tierra de nadie”
Tras un fuerte intercambio de palabras, Maximiliano abrió la puerta y se encontró con la cerradura frozada. “Evidentemente, vio que estaban las ventanas cerradas y que nadie contestó cuando golpeó y por eso creyó que la casa estaba vacía”, explicó. Sin embargo, este caso no se trata de un hecho aislado, sino que, por el contrario, refleja la creciente inseguridad que aqueja en forma ascendente a los vecinos de barrio sur, al que algunos - los más preocupados - ya se refieren como “tierra de nadie”.

“Esto es desesperante, ya no podemos caminar tranquilos por la calle. De día, de tarde o de noche, siempre hay casos de robos. De esta forma no se puede seguir viviendo en el barrio”, dijo Maximiliano.

Y sus frases fueron acompañadas por un comentario similiar, de otra vecina de la zona: “Esto es una situación de terror. Es imposible seguir viviendo en estas condiciones. Hace más de una semana que no tenemos luz. De noche, esto se convierte en una boca de lobos. Es zona liberada para los delincuentes. Ya hicimos muchísimos reclamos y nadie nos dio respuestas. No tenemos luz sobre calle Francia, entre las calles Uruguay y Amenábar”.

“Detrás de las rejas”
Si bien sus quejas son en caracter de habitantes del barrio, el problema también lo sufren, y tal vez en forma más frecuente, los comerciantes de la zona. “Con mi familia tenemos un negocio y la situación nos obligó a empezar a atender detrás de las rejas. Esa es la única opción que nos queda ante tantas situaciones de inseguridad. En forma permanente, vemos caras raras pasando en motos y bicicletas, observando y registrando todos los movimientos. Finalmente uno ya sospecha de todo el mundo”, expresó la dueña de un reconocido negocio de comidas del barrio.

Ánimos caldeados
En este sentido, recordaron el episodio ocurrido el martes pasado, en horas de la noche, cuando dos delincuentes en motos, persiguieron y emboscaron a un comerciante de la zona para robarle el auto y la recaudación del día. El forcejeo ocurrió en la esquina que conforman las calles San Lorenzo y Corrientes, y el hombre logró soltarse de los ladrones.

Sin embargo, el malestar que generan cada una de las situaciones, caldean el ánimo de los habitantes del barrio que reclaman mayor presencia policial por las calles de la zona.

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