Desde 2006 la ciudad contribuyó con 400 unidades al Banco Nacional Público de Células Progenitoras.
Desde 2006, Rosario contribuyó con casi 400 unidades de
sangre de cordón umbilical al Banco Nacional Público de Células
Progenitoras Hematopoyéticas del Hospital Garrahan. La procuración sólo
se efectúa en los hospitales Británico e Italiano, que poseen convenios
exclusivos con el banco público. También existen bancos privados para
congelar el material para uso personal. Hasta el momento, la evidencia
científica indica que las unidades se utilizan en tratamientos a
personas con leucemia, linfomas, aplasia y otras 70 enfermedades
hematológicas terminales que se atienden con trasplante de médula ósea.
El resto de las hipótesis sobre la utilización de estas células adultas
es parte del trabajo exploratorio de los científicos en distintos puntos
del planeta. En los últimos años, el banco público sólo liberó dos
unidades de las 2 mil guardadas, una para un trasplante local y otra
hacia el exterior, ya que integra una red internacional de donantes. En
el ámbito local, existe un desconocimiento de la población sobre la
donación, pero la Secretaría de Salud municipal confirmó que durante
este año profundizará la logística, de una maternidad por vez, para
llegar a aportar aproximadamente 5 mil unidades al hospital nacional de
niños modelo.
El primer sanatorio en realizar el convenio con el banco público nacional fue el Británico. Desde 15 de noviembre del 2006 hasta el 16 de febrero del 2012 se realizaron 550 donaciones de sangre de cordón umbilical, lo que representa sólo un 10 por ciento de la totalidad de los nacimientos en el sanatorio. Según explicó la jefa de Hemoterapia, Alejandra Matteaccio, un 50 por ciento no llega al banco por no cumplir requisitos internacionales, tales como contar con un volumen adecuado, cantidad de células madre, análisis bacteriológicos, estudios aprobados de serología.
“La población se empieza a informar con respecto a la donación, cual procedimiento no invasivo y que no trae aparejado ningún tipo de consecuencia física o psíquica para la madre o el bebé”, opinó sobre el aumento sostenido.
En el caso del Hospital Italiano, que lo hace desde 2007, fueron recolectadas 340 unidades hasta noviembre del año pasado. Tras ser depuradas por los parámetros de exigencia para cada donación –dictados por el Incucai–, sólo 300 fueron enviadas a Buenos Aires. Finalmente, el Garrahan logró recuperar 170 unidades que están alojadas en el banco. “Existe un gran interés por lo que pueda provenir de Rosario y zonas aledañas ya que desde el Garrahan señalaron que tenemos una mayor cantidad de población con mezcla originaria, que escasean en el banco”, apuntó Sofía Bonetti, desde el programa de colecta del Italiano.
Boca a boca
En busca de aumentar el banco público nacional e internacional, el Garraham envía a los dos sanatorios locales material informativo para los obstetras y para colgar en las respectivas maternidades. Sin embargo, Bonetti, desde el Italiano, apuntó que la mayoría de las madres que se convierten en donantes lo hace a partir de las recomendaciones de otras mujeres que han pasado por la experiencia. “Estamos constatando que cada vez más funciona el «boca a boca». También es parte del trabajo del obstetra desde la primera consulta”, detalló la médica.
“Existe material gráfico y los especialistas en obstetricia informan y despejan dudas relativas a la importancia y el uso de la sangre de cordón umbilical”, dijo en el mismo sentido Matteaccio. Tras la decisión previa de donar postparto, se realiza una serie de estudios sanguíneos sobre enfermedades hereditarias y se llena un cuestionario para despejar antecedentes inhabilitantes en el árbol genealógico, como familiares directos con hemofilia. También se constata la ascendencia: europea o de pueblos originarios. “Al momento del nacimiento, el obstetra hace la extracción. Al bebé no lo toca en ningún momento. Se envía la sangre con la documentación (es necesaria una constatación) al Garraham. Al año, el hospital llama a la madre para constatar si el bebé tuvo alguna enfermedad no evidenciada al nacimiento. En caso de resultar positiva, esa sangre se descarta”, concluyó Matteaccio.
Público, no privado
Existen varios bancos privados de células madre en Argentina. En Rosario, existen varios lugares de almacenamiento a costos altos –en Europa se cobra 2 mil euros para conservarlo por 20 años–, a partir de las necesidades tecnológicas de la criogenia, que alojan el material de particulares por diversas razones. Una es la convicción de que el material genético recabado de la madre podrá servir a la hora de tratar alguna enfermedad hematológica del hijo. “Si uno lo guarda para sí mismo, esto es, una madre lo congela para el uso sobre un posible caso de leucemia durante el primer año de vida, es contraproducente para el niño, ya que es la misma célula troncal”, explicó Matteaccio y agregó: “Después del año, los estudios sobre leucemia indican que en el 70 por ciento de los casos, no se soluciona con transplante de médula sino con quimioterapia. Además, muchas veces aquella cantidad que se guarda es insuficiente para el niño”.
Según la médica, la compatibilidad entre madre e hijo es improbable, ya que el bebé también carga con la herencia genética del padre. “La probabilidad más alta en compatibilidad entre familiares es entre hermanos, que trepa a un 25 por ciento. Sigue siendo un porcentaje bajo, por lo que se tiene que aumentar la cantidad de muestras en el banco nacional”, aludió.
Tal como explicaron ambos representantes de los sanatorios que realizan las donaciones a banco público, la idea es no lucrar sino contribuir a la red internacional. “La razón es que la evidencia científica y médica. A nivel mundial son 6 mil tratamientos con sangre de cordón umbilical para paliar carencias de médula ósea por contener células madre. Para el resto de las enfermedades no hematológicas, no hay evidencia de que sirvan”, aseguró Matteaccio. Con la evidencia científica de su lado, el próximo paso fue generar un banco de tejidos hematopoyéticos de la población argentina. “Tenemos una mixtura genética muy particular, distinta de los británicos y norteamericanos por la sangre nativa. A mayor donación, mayor posibilidad de encontrar un compatible y poder hacer el transplante al paciente que lo necesite”, sostuvo Matteaccio.
Propiedad
Según informó el abogado Nicolás Mayoraz, durante 2006 el Incucai lanzó una resolución en la que instaba a todos los bancos privados a entregar todo el material de células madres al Garrahan. Para Mayoraz, esto significó un avasallamiento a la propiedad de una familia rosarina que había depositado sangre de cordón umbilical en un banco criogénico de la ciudad. Por ello, se presentó ante la Justicia y obtuvo una medida cautelar para detener la resolución del ente nacional de donaciones. Hace dos años tuvo sentencia de Cámara en el mismo sentido aunque aún no hay un fallo definitivo. “Pueden coexistir los dos sistemas. El sistema público y el privado. No hace falta este tipo de expropiación. Y más si uno considera que el 60 por ciento de los 600 mil partos se dan en los hospitales públicos, donde son pocos los casos en los que se evidencia una política de salud para nutrir a un banco nacional o, por convenios, al Garraham”, opinó el abogado.
Promesa
Desde la Secretaría de Salud municipal adelantaron que durante este año se profundizarán las tareas logísticas entre los profesionales de cada maternidad para procurar las donaciones y enviarlas al banco nacional. Si se toma en cuenta que en los últimos años el promedio de nacimientos en efectores públicos asciende a casi 10 mil –si se incluyen además de las maternidades municipales, los alumbramientos en el Hospital Centenario, Baigorria y Provincial–, y que el 50 por ciento de las unidades donadas son descartadas por distintas exigencias del Incucai, el aporte de Rosario sería de 5 mil nuevas fuentes de células madres.
La iniciativa tiene varios años en la agenda de salud pública local. Charlas entre los profesionales de las maternidades con representantes del Garrahan y distintos intentos de generar la logística necesaria entre obstetras, químicos, procuradores y responsables de traslado. En diálogo con este medio, el subsecretario de Salud, Leonardo Caruana, fundamentó: “La masividad de los partos que ocurren día a día en Rosario hace que tengamos particular meticulosidad para empezar a hacer los pilotos de una maternidad por vez. Trabajaremos durante este año para armar la logística interna de cada espacio para que en un futuro aportemos al proceso de mapeo del registro nacional”. Según el funcionario, la voluntad política de la Secretaría está. Sólo resta la logística, que se ha puesto en funcionamiento en numerosas ocasiones con trasplantes en los últimos años.
El primer sanatorio en realizar el convenio con el banco público nacional fue el Británico. Desde 15 de noviembre del 2006 hasta el 16 de febrero del 2012 se realizaron 550 donaciones de sangre de cordón umbilical, lo que representa sólo un 10 por ciento de la totalidad de los nacimientos en el sanatorio. Según explicó la jefa de Hemoterapia, Alejandra Matteaccio, un 50 por ciento no llega al banco por no cumplir requisitos internacionales, tales como contar con un volumen adecuado, cantidad de células madre, análisis bacteriológicos, estudios aprobados de serología.
“La población se empieza a informar con respecto a la donación, cual procedimiento no invasivo y que no trae aparejado ningún tipo de consecuencia física o psíquica para la madre o el bebé”, opinó sobre el aumento sostenido.
En el caso del Hospital Italiano, que lo hace desde 2007, fueron recolectadas 340 unidades hasta noviembre del año pasado. Tras ser depuradas por los parámetros de exigencia para cada donación –dictados por el Incucai–, sólo 300 fueron enviadas a Buenos Aires. Finalmente, el Garrahan logró recuperar 170 unidades que están alojadas en el banco. “Existe un gran interés por lo que pueda provenir de Rosario y zonas aledañas ya que desde el Garrahan señalaron que tenemos una mayor cantidad de población con mezcla originaria, que escasean en el banco”, apuntó Sofía Bonetti, desde el programa de colecta del Italiano.
Boca a boca
En busca de aumentar el banco público nacional e internacional, el Garraham envía a los dos sanatorios locales material informativo para los obstetras y para colgar en las respectivas maternidades. Sin embargo, Bonetti, desde el Italiano, apuntó que la mayoría de las madres que se convierten en donantes lo hace a partir de las recomendaciones de otras mujeres que han pasado por la experiencia. “Estamos constatando que cada vez más funciona el «boca a boca». También es parte del trabajo del obstetra desde la primera consulta”, detalló la médica.
“Existe material gráfico y los especialistas en obstetricia informan y despejan dudas relativas a la importancia y el uso de la sangre de cordón umbilical”, dijo en el mismo sentido Matteaccio. Tras la decisión previa de donar postparto, se realiza una serie de estudios sanguíneos sobre enfermedades hereditarias y se llena un cuestionario para despejar antecedentes inhabilitantes en el árbol genealógico, como familiares directos con hemofilia. También se constata la ascendencia: europea o de pueblos originarios. “Al momento del nacimiento, el obstetra hace la extracción. Al bebé no lo toca en ningún momento. Se envía la sangre con la documentación (es necesaria una constatación) al Garraham. Al año, el hospital llama a la madre para constatar si el bebé tuvo alguna enfermedad no evidenciada al nacimiento. En caso de resultar positiva, esa sangre se descarta”, concluyó Matteaccio.
Público, no privado
Existen varios bancos privados de células madre en Argentina. En Rosario, existen varios lugares de almacenamiento a costos altos –en Europa se cobra 2 mil euros para conservarlo por 20 años–, a partir de las necesidades tecnológicas de la criogenia, que alojan el material de particulares por diversas razones. Una es la convicción de que el material genético recabado de la madre podrá servir a la hora de tratar alguna enfermedad hematológica del hijo. “Si uno lo guarda para sí mismo, esto es, una madre lo congela para el uso sobre un posible caso de leucemia durante el primer año de vida, es contraproducente para el niño, ya que es la misma célula troncal”, explicó Matteaccio y agregó: “Después del año, los estudios sobre leucemia indican que en el 70 por ciento de los casos, no se soluciona con transplante de médula sino con quimioterapia. Además, muchas veces aquella cantidad que se guarda es insuficiente para el niño”.
Según la médica, la compatibilidad entre madre e hijo es improbable, ya que el bebé también carga con la herencia genética del padre. “La probabilidad más alta en compatibilidad entre familiares es entre hermanos, que trepa a un 25 por ciento. Sigue siendo un porcentaje bajo, por lo que se tiene que aumentar la cantidad de muestras en el banco nacional”, aludió.
Tal como explicaron ambos representantes de los sanatorios que realizan las donaciones a banco público, la idea es no lucrar sino contribuir a la red internacional. “La razón es que la evidencia científica y médica. A nivel mundial son 6 mil tratamientos con sangre de cordón umbilical para paliar carencias de médula ósea por contener células madre. Para el resto de las enfermedades no hematológicas, no hay evidencia de que sirvan”, aseguró Matteaccio. Con la evidencia científica de su lado, el próximo paso fue generar un banco de tejidos hematopoyéticos de la población argentina. “Tenemos una mixtura genética muy particular, distinta de los británicos y norteamericanos por la sangre nativa. A mayor donación, mayor posibilidad de encontrar un compatible y poder hacer el transplante al paciente que lo necesite”, sostuvo Matteaccio.
Propiedad
Según informó el abogado Nicolás Mayoraz, durante 2006 el Incucai lanzó una resolución en la que instaba a todos los bancos privados a entregar todo el material de células madres al Garrahan. Para Mayoraz, esto significó un avasallamiento a la propiedad de una familia rosarina que había depositado sangre de cordón umbilical en un banco criogénico de la ciudad. Por ello, se presentó ante la Justicia y obtuvo una medida cautelar para detener la resolución del ente nacional de donaciones. Hace dos años tuvo sentencia de Cámara en el mismo sentido aunque aún no hay un fallo definitivo. “Pueden coexistir los dos sistemas. El sistema público y el privado. No hace falta este tipo de expropiación. Y más si uno considera que el 60 por ciento de los 600 mil partos se dan en los hospitales públicos, donde son pocos los casos en los que se evidencia una política de salud para nutrir a un banco nacional o, por convenios, al Garraham”, opinó el abogado.
Promesa
Desde la Secretaría de Salud municipal adelantaron que durante este año se profundizarán las tareas logísticas entre los profesionales de cada maternidad para procurar las donaciones y enviarlas al banco nacional. Si se toma en cuenta que en los últimos años el promedio de nacimientos en efectores públicos asciende a casi 10 mil –si se incluyen además de las maternidades municipales, los alumbramientos en el Hospital Centenario, Baigorria y Provincial–, y que el 50 por ciento de las unidades donadas son descartadas por distintas exigencias del Incucai, el aporte de Rosario sería de 5 mil nuevas fuentes de células madres.
La iniciativa tiene varios años en la agenda de salud pública local. Charlas entre los profesionales de las maternidades con representantes del Garrahan y distintos intentos de generar la logística necesaria entre obstetras, químicos, procuradores y responsables de traslado. En diálogo con este medio, el subsecretario de Salud, Leonardo Caruana, fundamentó: “La masividad de los partos que ocurren día a día en Rosario hace que tengamos particular meticulosidad para empezar a hacer los pilotos de una maternidad por vez. Trabajaremos durante este año para armar la logística interna de cada espacio para que en un futuro aportemos al proceso de mapeo del registro nacional”. Según el funcionario, la voluntad política de la Secretaría está. Sólo resta la logística, que se ha puesto en funcionamiento en numerosas ocasiones con trasplantes en los últimos años.
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