Cumple 25 años durante los que
se hicieron muchas promesas pero hubo pocas soluciones. La historia de
una firma que esta semana estuvo en boca de todos por la falta del
servicio.
Los cortes de energía eléctrica en Rosario
ya son un clásico. Ocurren desde hace al menos 25 años, desde que nació
la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Este verano no es la
excepción. Tanto que el tema se convirtió en el eje de la semana que hoy
concluye. Una mirada hacia atrás revela un ciclo signado por anuncios
de obras que, sin embargo, no pudieron evitar las interrupciones en el
suministro. De todos modos, en los últimos cuatro años se invirtió mucho
más que en décadas anteriores. Habrá 360 millones de pesos sólo para
Rosario en los próximos seis años, según el presidente de la firma,
Daniel Cantalejo.
Desde su creación en 1987, cada una de las gestiones
de la EPE aseguró haber trabajado y mucho para brindar un buen servicio.
Un dossier elaborado por la misma empresa, el 26 de noviembre de 2006
pasa revista a temas ineludibles como situación energética, crecimiento
industrial, nuevo mapa eléctrico y, un dato relevante, la evolución de
la composición del gasto desde 1993 a 2007. "La EPE hoy es una empresa
que invierte en obras 10 veces más que hace 10 años, que ha reducido un
62 por ciento su gasto en personal, y que duplicó la adquisición de
energía. Una empresa en transformación, que desde hace 2 años se viene
anticipando con inversiones en infraestructura a los actuales picos de
demanda", aseguraba el documento en aquella fecha.
Pero aquel deseo plasmado no puede ocultar una
contradicción: la realidad y los relatos. En la memoria de los rosarinos
están presentes interrupciones y apagones. Desde el último corte de la
semana pasada, hacia atrás, se puede aplicar una metáfora que una vez, y
para otra relación, utilizó un famoso presidente del país: "La demanda
va en ascensor y las inversiones por la escalera".
Si bien queda claro que los cortes de luz siguen, el
panorama parece empezar a cambiar direccionado por el Plan Estratégico
2010-2025. "La EPE se adapta al desarrollo urbano y prevé un verano sin
grandes cortes", fue el último anuncio que recogió La Capital de parte
del titular del área de Relaciones Institucionales de la compañía, Raúl
Stival, en la edición del 29 de agosto de 2011. En aquella oportunidad,
aseguró que la empresa estaba "realizando obras para tener menos
problemas en el verano y para hacerle frente al crecimiento vegetativo
de la demanda, que sube un 6 o 7 por ciento por año".
Entre las inversiones, se cuenta la estación
transformadora de Ibarlucea, inaugurada en noviembre pasado. Es la
número 57 que opera la EPE para convertir la energía de alta a media
tensión y para beneficio de unos 30 mil habitantes del noroeste del
departamento Rosario. La medida fue celebrada por las autoridades
provinciales como "coronación de cuatro años de inversión inédita de mil
millones de pesos". Aunque el mismo mes había deparado dos sorpresas
menos gratas: un 23 por ciento de aumento en las tarifas que comenzó a
llegar dividido entre diciembre y marzo y el primer corte de luz de la
actual temporada. Fue el pasado 8 de noviembre, cuando el termómetro
mostró 33.7º y "causó una doble falla en la red de media tensión". Nada
nuevo, un calco de las últimas décadas en las distintas gestiones de
gobierno.
Seis meses antes había vuelto a funcionar la usina
térmica Sorrento, a través del holding Albanesi, uno de los más activos
inversores en el mercado de la energía en el país, y un nuevo centro de
distribución en San Martín 4364. A contrapelo de esta expectativa, en
marzo pasado, los medios ya hablaban de "piquete por falta de luz en el
centro" pocas semanas después de que la EPE anunciara una inversión de
720 millones hasta 2015.
El racconto llega hasta enero de 2011, que se
emparenta con el actual. "El calor no afloja y el consumo energético en
el país ya superó un nuevo récord", tituló este diario el pasado 10 de
enero de este año. El aspecto cíclico del problema es lo que por estos
días agobia tanto o más que los apagones. Por añadidura, los usuarios ya
sienten que hablar de "récord histórico de consumo" es un latiguillo y
lo hacen saber a través de llamados y cartas de lectores.
Hacia atrás. “Así será el nuevo mapa eléctrico de
Santa Fe”, entusiasmaba la EPE en el citado dossier de 2006 en el que
también planteaba el desafío de un plan de obras claves en toda la
provincia. Así, se anunciaban las usinas térmicas de Timbúes, capaces de
hacer frente al 50 por ciento de la demanda pico. ¿A qué se estaba
respondiendo? “Buscamos iluminar con cifras y datos concretos,
actualizados, el conocimiento que todos tienen de la EPE. Una percepción
que muchas veces está oscurecida por mitos, rumores y realidades de
otras épocas”, indicaba el documento.
En diciembre de 1996, el entonces gobernador Jorge
Obeid descartó la privatización y accionó un proceso transformador para
dar vuelta denuncias de fraudes y desmanejos, con funcionarios
sospechados de corrupción, que significaban pérdidas millonarias para el
empresa. Se pagaban más de 10 millones al año por horas extras y otros
cinco en bonificaciones a empleados, y hasta se hablaba de impunidad y
de una EPE paralela que facturaba medidores adulterados.
Según Obeid, la empresa compraba barato, vendía
caro, tenía tarifas altas, no invertía y tenía salarios de privilegio.
Una de las denuncias hablaba de 1.000 empleados en sólo un año (1996).
Hubo apagones en pleno julio y protestas de vecinos. En diciembre de
2003, asumió nuevamente Luis El Halli Obeid, de la mano de una nueva
gobernación de su primo Jorge Obeid, hasta 2007.
Un patrón que se repite. Cortes y anuncios de obras se convirtieron
en una matriz anual desconcertante. Los mismos problemas y los mismas
promesas y, de yapa, idéntico argumento: los récords de consumo que
entre 2003 y 2008 alcanzaron una diferencia de 384 megavatios.Durante ese período, la ciudad tuvo un crecimiento exponencial conocido como boom inmobiliario.
Pregunta casi retórica: ¿La EPE no pudo trabajar sobre esa realidad y anticiparse al déficit señalado? En cambio, para disminuir los cortes hubo apelaciones al uso racional, lamparitas de bajo consumo y redadas contra los enganchados. Todas causas más que nobles, pero ninguna de impacto estructural capaces de revertir problemas que son tan de fondo que llevan décadas, tal como se puede comprobar a través de un repaso de archivo.
Hoy se aguarda que la inversión anunciada comience a dar sus frutos direccionada por el ambicioso Plan Estratégico 2010-2025.
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