Nada de sexo débil. Las damas también integran la Cámara de Diputados en un 37 por ciento. Los números surgen a partir del nuevo período legislativo que comenzó en diciembre último como fruto de la consolidación definitiva de la Ley de Cupo Femenino.
Las mujeres ocupan el 39 por ciento de las bancas del Senado y el 37 por ciento de Diputados a partir del nuevo período legislativo que comenzó en diciembre último como fruto de la consolidación definitiva de la Ley de Cupo Femenino.
Las elecciones del 23 de octubre otorgaron un mandato de seis años a nueve representantes femeninas en la cámara alta, elevó el número de mujeres a 28 y consagró por un período de cuatro años a 46 nuevas diputadas que, sumadas a las que todavía tienen dos años de mandato, alcanzan a 95.
En la Cámara de Diputados el total de legisladores es de 257, mientras que el Senado se compone de 72 representantes.
Es el mayor promedio de presencia femenina en un parlamento nacional en el continente americano y el mundo, si se exceptúan los países escandinavos.
La presencia del sector femenino varió sustancialmente en los últimos veinte años, según un relevamiento realizado por DyN.
Desde la restauración de la democracia en 1983 hasta 1991, en que se sancionó la Ley de Cupo Femenino, las mujeres ocuparon entre el 4 y 6 por ciento de los asientos en Diputados, y en la primera elección tras entrar en vigencia la norma, en 1993, se elevó al 13 por ciento.
Tras varios reajustes legales, como el que obliga a la ubicación del 30 por ciento de cargos expectables en las listas, el sector femenino llegó al 30 por ciento en 2001.
Hasta el 10 de diciembre de 2011, 26 mujeres ocuparon asientos en el recinto del Senado, pero con el relevo en ese mes el número subió al incorporarse una mujer por Santa Cruz, que había quedado en exclusivas manos masculinas, tras la renuncia de Alicia Kirchner para sumarse al gobierno y la muerte de la reemplazante en un accidente.
El sector femenino sumó otra presencia con la sustitución del radical Ramón Mestre, que pasó a ejercer la intendencia de la capital cordobesa, por su correligionaria Marta Borello.
En octubre hubo comicios de senadores en ocho distritos, un tercio del país, y resultaron elegidas nueve senadoras, en virtud de que La Rioja seleccionó a dos mujeres: una que representó al kirchnerismo (Teresa Luna) y otra (Hilda Aguirre) que fue segunda en la lista que encabezó Carlos Menem, que resultó ganador en esa provincia.
La vigencia de la Ley de Cupo Femenino desde 1991 obligó a los partidos a incorporar la presencia de al menos una mujer en los primeros dos puestos de candidatos.
En los hechos se creó la costumbre de que fueran varones los que encabezaren las listas, por lo que fue habitual que cada provincia quedara representada por dos hombres (uno por la mayoría y otro por la minoría) y una mujer (segunda en la lista triunfante).
Hubo casos excepcionales, como el mencionado de La Rioja, o uno anterior de Tucumán en el que lideró Beatriz Rojkés de Alperovich para que el apellido del gobernador figurara al tope de la boleta, así como en el Peronismo Federal de Buenos Aires se ubicó Hilda González de Duhalde, que no es más senadora.
El bloque del Frente para la Victoria cuenta desde diciembre con 15 senadoras, junto a 3 representantes de partidos pro-oficialista.
En la oposición, hay cuatro mujeres del interbloque del Peronismo Federal, tres de la UCR y una por la Coalición Cívica, por el Frente Cívico de Córdoba y por el Partido Liberal de Corrientes.
En cambio, la Cámara de Diputados vio disminuir en tres bancas la representación femenina, que antes del 10 de diciembre había llegado a 98 sobre un total de 257 integrantes totales.
La bancada del Frente para la Victoria pasó a estar integrada por 48 diputadas, el Frente Amplio Progresista, por nueve, al igual que la suma de los disgregados bloques del Peronismo Federal.
Les siguen ocho mujeres radicales, siete del PRO, tres de la Coalición Cívica y las restantes se sumarán o pasarán a protagonizar bloques menores.
Con el paso de los años desde la sanción del cupo en la década del 90 fue disminuyendo la presencia de mujeres que tenían vínculos familiares directos con dirigentes provinciales que manejaban las políticas locales.
En la actualidad hay solo cuatro senadoras que mantienen ese tipo de relación: la presidenta provisional, Rojkés de Alperovich, esposa del gobernador de Tucumán; Liliana Fellner, hermana del mandatario jujeño, Eduardo Fellner; Nanci Parrilli, hermana del actual secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli; y la chubutense Graciela Di Perna, hermana de la esposa del ex gobernador Mario Das Neves.
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