El candidato a presidente por el Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, cerró el Encuentro Nacional de representantes de esa fuerza en el que participaron Margarita Stolbizer, Claudio Lozano, Roy Cortina, Humberto Tumini, Victoria Donda, Víctor de Gennaro, Alicia Ciciliani, Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz, y Mónica Fein, además de referentes de todas las provincias del país.
A continuación, una síntesis del discurso de Binner:
"Es una alegría estar aquí reunidos para empezar lo que se viene: la nueva etapa que tenemos que llevar adelante para ser gobierno en la Argentina.
Por eso creo que estamos hoy ante un nuevo momento. Venimos de una campaña electoral de cinco semanas, con un resultado extraordinario: obtuvimos más dos millones de votos, lo que habla de la encarnadura que ya tiene el Frente Amplio Progresista en la sociedad.
Eso nos pone ante una certeza, que es la que presumíamos antes de las elecciones y que las elecciones demostraron: que había un sector de la población que no quería seguir mirando al pasado, que necesitaba una esperanza, necesitaba una fuerza de las características que hoy constituyen al FAP.
El FAP ha ofrecido seriedad para presentar los problemas, para dialogar con la sociedad, y seriedad en la responsabilidad que asume para llevarlo adelante cuando seamos gobierno.
Aquí hay una fuerza que tiene una voluntad, una propuesta que quiere cambiar la cultura política argentina, una cultura política que estuvo marcada por el divisionismo.
La herramienta política que lleve adelante el cambio tiene que tener una cultura de la coincidencia, una herramienta que el FAP está dispuesto a construir. El gran cambio que se ha producido en el país es la aparición del Frente Amplio Progresista. No hay otra propuesta política que haya generado algo novedoso en la Argentina. La novedad es el Frente Amplio Progresista; lo otro es el pasado.
Por eso nosotros creemos que este frente es, hasta por su nombre, una novedad porque se instala en un sector de la sociedad que no tenía representación política. Es una novedad porque se basa en la cultura de la coincidencia por encima de la cultura de la disidencia. Queremos una cultura que nos hermane, una cultura de la felicidad, con una gran defensa de los derechos de la gente.
En esta nueva etapa, vamos a tener ocho semanas muy activas, de presencia en la calle, en las instituciones, hablando con los jóvenes, los adultos, para explicarles por qué estamos representando la esperanza.
Estamos pensando cómo cambiar al país. Cambiar esta cultura del modelo K por una cultura diferente, en la que lo que valga sea la gente, las personas. Lo que diferencia una fuerza política es si se vale de la pobreza para tener un lugar, o busca un lugar para derrotar a la pobreza. En el FAP venimos de lugares distintos pero tenemos un destino común, trabajar para tener una Argentina justa e igualitaria. El FAP viene a trabajar para cambiar la realidad, para que justicia social le llegue a todos".
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