La Justicia determinó que una mujer perdió su embarazo porque se le suministró suero adulterado en el Hospital Roque Sáenz Peña, pero descartó que el personal de ese efector haya actuado con negligencia.
La administración de la partida de sueros irregulares se dio el 27 de noviembre del año pasado. Ese día, el contenido de algunos sachets de suero fisiológico sin la concentración de sodio requerida afectó la salud de tres pacientes. Una de esas personas fue Gladys Ríos, una mujer de 37 años que cursaba un embarazo de seis meses y que fue operada en el Sáenz Peña luego de que le detectaron un nódulo en un pecho.
En el posoperatorio la mujer comenzó a descompensarse, fue trasladada al Centenario y terminó en terapia intensiva. En ese efector fue recuperando paulatinamente su función renal, pero perdió su embarazo. Es más, quedó acreditado que antes de la aplicación del suero adulterado el bebé tenía latidos.
Ahora, la jueza de Instrucción Nº 12, Mónica Lamperti, dictaminó que "quedó establecido que las lesiones sufridas por Gladys Ríos y la pérdida de su embarazo (fallecimiento del feto) se produjo por la administración de suero fisiológico con contenido modificado".
La magistrada dejó además en claro que "corresponde descartar un actuar negligente o impericia por parte del personal médico y/o enfermeros en su atención en el Hospital Roque Sáenz Peña, no habiendo protocolos que determinen un control de los sachets que tenían su contenido adulterado, previo a su suministro a los pacientes".
Además, remitió todas las actuaciones al Juzgado Correccional de la 12ª nominación, donde se tramita una causa contra uno de los técnicos del laboratorio estatal por adulteración de sustancias medicinales.
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