Las parejas que se divorcian son muy jóvenes y la mayoría inicia el trámite de común acuerdo.
Que el matrimonio ya no sea un vínculo de por vida no parece una novedad. Pero que las uniones sean cada vez más breves sí se muestra como una tendencia nueva. "Los casos de divorcios entre parejas muy jóvenes son frecuentes en los últimos años", coinciden en asegurar jueces y abogados de Familia. Imposibilidad de convivir, infidelidad o problemas sexuales marcan las historias de amores y desamores en una sociedad donde la fugacidad del tiempo aparece como un signo característico.
En los pasillos de Tribunales la tendencia al divorcio joven ya se ganó un nombre: "matrimonios exprés". Y algunos llevan ese adjetivo al máximo, tanto que el plazo legal de tres años de unión para iniciar el divorcio de mutuo acuerdo ya parece excesivo. Al menos eso fue lo que entendió el juez de Familia Ricardo Dutto, quien esta semana avaló la separación de una pareja que llevaba sólo seis meses de casada, abriendo todo un debate jurídico sobre la potestad de declarar inconstitucional el artículo del Código Civil que establece ese período mínimo para iniciar el trámite de divorcio.
Es que mientras algunos magistrados entienden que deben aplicar la ley tal cual fue redactada y, en todo caso, si debiera aplicarse una modificación que lo haga el Parlamento; otros se muestran más flexibles respecto a la interpretación de la norma. Entienden que no se ajusta a la dinámica social actual y la declaran inconstitucional, como lo hizo Dutto.
Más allá de la discusión legal, el divorcio parece cada vez menos traumático. De hecho, desde hace años, la mayoría de las separaciones se inician de común acuerdo, dejando atrás los conflictivos juicios contenciosos donde uno de los integrantes de la pareja debía demostrar la causa del divorcio.
Los magistrados consultados coincidieron en señalar que quienes llegan a pedir la disolución del matrimonio son cada vez más jóvenes. En general, ni él ni ella pasan los 30 años, no tienen hijos (o son muy pequeños) ni grandes bienes en común y llevan muy poco tiempo de casados. En algunos casos, menos del que demandó organizar la boda.
Cambio de modelo. Mirta Mangione dirige el Centro de Investigación de Minoridad y Familia de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. "Hay una gran cantidad de parejas jóvenes que conviven unos años, después se casan y al poco tiempo se divorcian —asegura—. Es como que no hay una gran reflexión previa. Y entonces las uniones no subsisten".
Para Mangione, todos estos cambios guardan relación con la pérdida de poder masculino dentro de las parejas. "Hoy las mujeres trabajamos, estamos en contacto con otras realidades, conocemos y deseamos otras cosas. Antes aguantaban más. Si tenés un marido celoso y mandón que te somete, un poco de preparación y una familia que te banque, te lo sacás de encima”, dice.
El otro aspecto está relacionado con transformaciones en la forma de constituir una familia. “Cuando se aprobó el Código Civil, en 1869, la única forma de constituir una familia era a partir del matrimonio, las mujeres podían casarse a partir de los 14, los hombres a los 16.
Los concubinatos no estaban socialmente aceptados y los hijos de esas uniones eran bastardos. Hoy, para casarse hay que tener 18 años y no es necesario que la pareja sea entre un varón y una mujer. Tampoco los hijos nacidos fuera del matrimonio tienen distinta categoría jurídica ni es necesaria una relación sexual para tener un hijo, hay otras formas”, comenta.
Nuevos tiempos, velocidad o cuestiones efímeras. Algo es seguro, el matrimonio dura cada vez menos y en Tribunales las jóvenes parejas generalmente se ponen de acuerdo para disolver su unión. En fin, como dijo la canción: “Nada es para siempre”.
Hasta por internet
Si los matrimonios duran poco, la demanda de los clientes de agilizar los trámites de divorcio también se hace sentir. Ya hay estudios jurídicos que ofrecen formularios de contacto de solicitud de divorcio y atención on line para iniciar la gestión judicial. La iniciativa partió de un estudio rosarino y está principalmente dirigida a personas que no viven en la ciudad, pero por la característica del servicio la mayoría de las consultas llegan de personas jóvenes "que apenas alcanzan a los tres años para separarse de mutuo acuerdo, e incluso muchas otras que no tienen ese tiempo de casados y quieren saber cómo hacer para divorciarse", sostiene Gonzalo Jeangeorges, uno de los profesionales que integra abogadosrosarinos.com.De acuerdo a su experiencia, la mayoría son parejas que no han tenido hijos y los problemas aparecen porque "no tienen paciencia ni tolerancia a la convivencia, plantean inconvenientes referidos al débito conyugal de alimento o vivienda. Y también muchos están relacionados con la vida sexual de la pareja".
"Claudican ante el primer inconveniente"
Dos jueces de Familia de Rosario avalaron la tendencia que indica que los matrimonios duran cada vez menos y las parejas se divorcian jóvenes, pero también incorporaron a las generaciones de entre 40 y 45 años entre los que deciden ir cada uno por su lado.
“En los últimos años se advierte un crecimiento de parejas jóvenes que quieren divorciarse. Como en el resto de la sociedad, hay algo vinculado a lo efímero, a la cultura del fast food, todo rápido. Claudican ante el primer inconveniente, no trabajan demasiado para superar los problemas de la convivencia y se separan”, explicó el juez Marcelo Molina, integrante del Tribunal de Familia Nº 5.
Su par y compañera de juzgado, Sabina Sansarricq, describió que “las audiencias duran cada vez menos. Vienen más desenvueltos, con los hijos de ambos, las parejas que formaron después de la ruptura o incluso con hijos de nuevas uniones. Se saludan cordialmente y el clima es ameno”.
Aunque la magistrada recordó que no todo es tan distendido. “Las infidelidades están presentes y es cada vez más normal que se traiga como prueba la impresión del muro de los perfiles de Faceboock u otra red social, para dejar constancia de conversaciones comprometedoras”. Igualmente, los funcionarios coincidieron en que ese elemento tiene un “relativo valor probatorio”, por la facilidad que también existe para inventar un perfil.
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