lunes, 12 de marzo de 2012

NAC. A 4 años del paro del campo: “El conflicto no fue bueno para nadie, pero no había opción"

Lo dijo Omar Barchetta, dirigente de Federación Agraria y diputado nacional del FAP por Santa Fe. Además, aseguró que con el enfrentamiento “perdieron los productores y el país”.

Pasado. La protesta se extendió durante 129 días hasta la caída de la 125.

Omar Barchetta. "Para el pequeño y mediano productor lo que vemos como una amenaza es la gran concentración de toda la producción, y eso afecta a las economías regionales”.

 

El 11 de marzo de 2008 el Gobierno anunció que se impondrían retenciones móviles al trigo, maíz, girasol y, fundamentalmente, a la soja. La reacción de los productores agropecuarios –que ya venían protestando por los controles de precios y las trabas a las exportaciones– fue inmediata y dio inicio a una de las protestas más extensas de la historia. En total fueron 129 días de bloqueos de rutas, suspensiones de la comercialización de productos, actos y marchas que culminaron en la madrugada del 19 de julio con el voto “no positivo” del entonces vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, a la resolución 125.

Ayer se cumplieron cuatro años del inicio del conflicto entre las cuatro principales entidades del campo –Federación Agraria Argentina (FAA), Confederación de Sociedades Rurales, Coninagro y Sociedad Rural Argentina– y el Gobierno.

Omar Barchetta, dirigente de FAA y desde diciembre pasado diputado nacional de Santa Fe por el Frente Amplio Progresista, recordó el inicio del conflicto. “La protesta era por los problemas con el trigo. Nosotros estábamos reclamando, luego de hacer tantas gestiones ante la Secretaría de Agricultura, ante las terminales portuarias y Dreyfus. En ese momento nos enteramos de las retenciones móviles que, al problema que veníamos trayendo con un trigo que no podíamos comercializar y que tenía valores mucho más bajos, se sumó la resolución 125 que hizo que se genere un gran movimiento. Ahí comenzó a reunirse la mesa de enlace y estalla el conflicto”.

—En su momento la protesta del sector agropecuario tuvo mucho apoyo de un sector de la sociedad, ¿cómo está hoy la dirigencia del campo?
—En ese momento había una situación muy complicada, hasta políticamente complicada. La oposición no salía fuertemente a criticar la posición del Gobierno que estaba haciendo cosas, como las retenciones móviles, los problemas de la ganadería, los controles de precio siempre en contra de los productores y a favor de los grandes grupos económicos, que eran políticas absolutamente anticampo. Eso no se modificó. Además, había una gran agresión hacia el sector agropecuario.

—Hoy no hay tanta tensión.
—Después de la 125, de la creación del Ministerio de Agricultura y con Domínguez (Julián, ex ministro de Agricultura, actual diputado nacional), esa situación tan agresiva que tenía el Gobierno se empezó a modificar. Con Domínguez comenzó a haber diálogo, hubo atención hacia las emergencias como la sequía que se sufrió. Ahí se hicieron asistencias a productores del oeste de Buenos Aires y de la provincia de Santa Fe. Pero no aparecieron las políticas que nosotros veníamos reclamando. Con el trigo hoy tenemos los mismos problemas que antes porque estamos muy complicados con la comercialización; no hay una política ganadera para recuperar el stock que por falta de políticas en su momento la gente tuvo que vender las madres de los terneros y eso generó una situación complicada. Eso hace que hoy, por la falta de animales, los precios hayan subido y creo que la falta de políticas para el sector sigue siendo una materia pendiente para este Gobierno.

—¿Dónde se nota eso?
—Fundamentalmente para el pequeño y mediano productor lo que vemos como una amenaza es la gran concentración de toda la producción, ya sea lechera, agrícola y eso afecta a las economías regionales. Esa situación, aún, no se pudo revertir.

—¿Puede rescatar algún aspecto positivo del conflicto?
—No. Creo que lo único que se hizo con el conflicto fue poder derogar la 125 para que no se impongan las retenciones móviles. Pero, en realidad, con el conflicto perdió el país, perdieron los productores. No fue bueno para nadie y los resultados de un conflicto nunca son buenos. Pero no quedaba otra alternativa que salir a reclamar para derogar la 125 que iba a generar muchos problemas. Hoy vemos, también, que este 35 por ciento de retenciones para los pequeños y medianos productores se hace insostenible. Más aún con la sequía que va a producir menores rindes es una necesidad segmentar las retenciones, tal como lo venimos planteando desde la Federación Agraria desde hace mucho tiempo.

—¿Están dadas las condiciones para que esa discusión se puede dar?
—Esperemos que esta situación se dé. Esperemos que el diálogo que dice tener el Gobierno y que se está gobernando para los sectores más complicados se concrete y sea una realidad.

—¿Los dirigentes agropecuarios que llegaron al Congreso, como en su caso, ven posibilidades de insertar en la agenda legislativa propuestas del sector?
—Hoy el Congreso tiene una conformación con mayoría del oficialismo. Esperemos tener el consenso necesario para poder, entre la oposición y oficialismo, tratar de discutir los temas para que salgan las mejores leyes. Estamos discutiendo los temas que tienen que ver con semillas, arrendamientos, una agencia federal de incentivo agropecuario, estos últimos dos proyectos presentados por (Pablo) Orsolini. Sería muy importante que esos proyectos puedan impulsarse como ley para modificar el sistema de comercialización, porque eso no lo resuelve ni el mercado libre, ni esta intervención que está haciendo el Gobierno Nacional.

—¿Pero hay una posibilidad de diálogo con el oficialismo o después del conflicto de 2008 se cortó esa posibilidad?
—Hay algunas posibilidades de diálogo y esperemos que esto sea así. Hay algunas señales que indican que de alguna forma ya se está dando un diálogo en hechos concretos.

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