La denuncia fue impulsada por una investigación periodística de Daniel Enz. La Justicia allanó el convento entrerriano y encontró los instrumentos de tortura.
En diálogo con LT10, Daniel Enz, director de el semanario "Análisis", expresó que "esta investigación me demandó casi dos años. Yo me enteré en el 2014 sobre los excesos que había en el convento de Las Carmelitas Descalzas de Nogoyá (creado en 1991). Yo no podía creer las prácticas que se instrumentaban. Por ejemplo, el uso del cilicio, las mordazas o los látigos con punta".
Además, Daniel Enz agregó que "nosotros nos enteramos por familiares de ex carmelitas. Fue muy difícil hablar con las víctimas porque estaban muy traumatizadas por las humillaciones que sufrieron. El código de silencio y obediencia absoluta complicaba mucho la situación (ellas no le podía contar ni a sus familias)".
"Estamos hablando de tortura física y psíquicas. Uno de los castigos era que estén arrodilladas dos horas mientras la hermana superiora las humillaba frente a sus compañeras. La principal torturadora es la madre superiora", subrayó el director de el semanario "Análisis".
Finalmente, Daniel Enz remarcó que "la gravedad de esta situación es que este convento depende del arzobispo de Paraná. Ya pasaron cuatro arzobispos. Es más, el actual arzobispo tuvo denuncias concretas de algunas víctimas y no hizo nada. Yo presenté esta investigación a la Justicia. Afortunadamente, la Justicia se movió rápido y encontró todos los instrumentos de tortura".
Fuente: LT10
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