+1Foto:Flavio Raina
“La policía demoró más de tres horas en venir a mi casa. Y cuando aparecieron sólo lo hicieron para cumplir el trámite”, dijo Gladys, la dueña de casa.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
La casa de Gladys Mendoza (71) es una de esas viejas construcciones “tipo chorizo” que resisten valientes los embates de la modernidad. Está ubicada en Luciano Torrent al 2600, en el corazón de barrio Fomento 9 de Julio, a menos de dos cuadras de la seccional 11.
Algún distraído podría pensar que la cercanía con la comisaría mencionada podría significarle algún privilegio en materia de seguridad. Nada más equivocado.
Por segunda vez, la casa de Gladys Mendoza fue saqueada por delincuentes.
El último golpe ocurrió ayer a la mañana cuando la nombrada salió para hacer unos trámites. Y al regresar encontró su hogar todo “dado vuelta”.
“Yo salí cerca de las 9.30 en dirección a la zona céntrica. Regresé pasadas las 11.30 y cuando entré a mi casa casi me muero. Estaba todo dado vuelta”, dijo la mujer en diálogo con El Litoral.
El raconto que esta jubilada hace del botín que se hicieron los delincuentes permite adivinar el estilo de vida simple y austero de la víctima.
“Me llevaron la radio, unos 300 pesos, ‘cositas mías’—como Gladys denomina a sus pocas alhajas y aclara que son recuerdos de familia—. Hasta los remedios me sacaron”, comentó con la voz entrecortada por las lágrimas.
Pero el padecimiento de esta señora de casa no se remitió solamente al robo. Todo siguió de mal en peor.
“Al mediodía me comuniqué con el 911, pero vinieron recién a las tres y media de la tarde. Y sólo por obligación.
Después me enteré que aparecieron porque un vecino fue y los increpó. Les dijo ¿qué están esperando para ir atender a esa pobre mujer? La verdad que es una vergüenza todo”.
Por último la dueña de casa se quejó amargamente por el drástico cambio que experimenta el barrio en cuanto a la seguridad.
“Hace más de 40 años que vivo acá, y este barrio no era así. Ahora es lamentable cómo circula la droga aquí, delante de nuestras narices. Si quieren puedo hasta decir la calle. Los vecinos nos damos cuenta de todo, pero parece que los organismos de seguridad no”, reflexionó.
En María Selva
Otra vivienda de barrio María Selva también fue visitada por los amigos de lo ajeno.
Con similar metodología que el caso precedente, los rufianes aguardaron que la dueña de casa se ausentara para atacar.
El hecho tuvo lugar en un departamento de J. P. López al 1900 y la víctima resultó ser María Laura Fassino, de 34 años.
La nombrada se retiró del inmueble durante unas horas y al regresar constató que autores ignorados habían ingresado a la propiedad.
Del lugar los delincuentes se llevaron una Notebook; zapatillas deportivas y algo de dinero, entre otras pertenencias.
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