Familias de todas las galaxias colmaron la explanada del CEC para ver el desfile de superhéroes y villanos de la convención de comics, que ya es un ritual a nivel nacional.
La Capital |
El Crack Bang Boom, la esperada cita anual con el universo del cómic, cerró ayer con un nuevo récord de 36.000 fánaticos, habitués y curiosos. Y con un desfile de cosplay que se convirtió ya en ritual para que las familias y freaks de todas las galaxias colmen la explanada frente a los galpones del CEC y del río Paraná para disfrutar de superhéroes y villanos sobre la pasarela.
La Convención Internacional de Historietas de Rosario, considerada la principal a nivel nacional y una de las más importantes de Sudamérica, tuvo este año como país invitado a Estados Unidos y contó con la presencia de prestigiosos ilustradores, editores y guionistas locales y extranjeros. Tuvieron lugar, entre otras, actividades pensadas para chicos y jóvenes, un homenaje al artista Juan Giménez, la entrega de premios del V concurso del encuentro, la inauguración de las muestras de Horacio Altuna y "El mundo según Plantu", y la presentación del libro Camino a Auschwitz (y otras historias de resistencia), de Julián Gorodischer y Marcos Vergara.
Los cuatro días a pura ciencia ficción arrancó justamente con el homenaje al historietista e ilustrador Juan Giménez, conocido, entre otros trabajos, por As de Pike, Estrella Negra, Basura, Cuestión de tiempo, El cuarto poder, Leo Roa y Juego eterno.
El reconocimiento al talentoso artista abrió el camino a la entrega de premios a los ganadores del V concurso de historietas Crack Bang Boom, tradicional convocatoria destinada a promocionar nuevos valores en el mundo del cómic.
En el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, se pudo ver la obra del dibujante Horacio Altuna, autor de El Loco Chávez y Las Puertitas del Sr. López, entre otros trabajos.
El sábado, en las calles entre los galpones, y ayer por la mañana en Calle Recreativa, se realizó el Star Wars Training Day. Ambos días, más de 50 personas vestidas como los personajes de La guerra de las galaxias desfilaron con fines benéficos. La actividad, organizada por la Legion 501st con la participación de Rebel Legion, tuvo como objetivo, colectar juguetes para el Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
El subsuelo del Centro de la Juventud se convirtió durante el Crack Bang Boom en una verdadera cocina creativa, ya que se pudo disfrutar de una isla de producción de fanzines, un living de lectura e intercambio de este tipo de publicaciones, una galería para dejar el propio personaje y una programación de talleres gratuitos de historieta, creación de personajes e ilustración para niños y jóvenes.
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