El Fiscal Regional de Santa Fe, Ricardo Fessia, busca explicaciones a los repetidos incendios de vehículos producidos en la capital de la provincia en los últimos tiempos. Fessia lleva contados 65 autos quemados, sin los 26 del corralón.
La Capital |
La seguidilla de incendios de autos en la ciudad de Santa Fe podría ser producto de un acto de imitación de conductas y actuación por contagio, aunque este no sea el único motivo. Sí es, al menos, la principal hipótesis que mantiene la Fiscalía Regional, que llevaba contabilizados hasta ayer 65 automóviles quemados en la vía pública, sin incluir los 26 consumidos por las llamas en un depósito municipal en una sola jornada, a fin del mes pasado. Así lo hizo saber a LaCapital el fiscal Ricardo Fessia, quien analizó este fenómeno que viene siendo noticia en la capital provincial.
Al no incluir a los rodados del depósito fiscal, la cifra oficial resulta sustancialmente menor a los 91 vehículos contabilizados por los medios de prensa, que sí incluyen aquellos 26 del corralón.
No obstante, lo acontecido en la madrugada del miércoles en barrio Santa Rosa de Lima agrega un elemento que, sin bien no es la primera vez que aparece, no hace más que agregar preocupación. Ambos autos siniestrados de manera deliberada, si bien eran antiguos (un Renault 12 y un Renault 6) estaban en uso parte de sus propietarios y que "durmieran" en la calle era una contingencia ajena al abandono de los vehículos.
En alguna ocasión anterior también se quemó un utilitario que su propietario usaba para trabajar pero la investigación del caso convenció a la justicia que el móvil del ataque fue una venganza y que el autor habría conocido al dueño a quien buscó afectar o amedrentar de ese modo.
Hipótesis oficial. Dado que, como ya se ha publicado y confirmó el fiscal Fessia, el joven que produjo varios incendios en el barrio Los Hornos y sigue preso acusado de daños por no poder pagar la fianza que la impuso el juez; la hipótesis oficial es que se está frente a un caso de imitación de conducta o actuación por contagio. Lo que hace que los autores de los hechos se multipliquen y no necesariamente tengan vinculación entre sí, vivan cercanos o se conozcan.
Lo que empezó como un supuesto ajuste de cuentas entre punteros políticos barriales; pelea que arrojó los primeros autos incendiados a partir de marzo pasado continuaría luego con las andanzas del mencionado joven hoy preso para pasar luego a la venganza personal de un marido engañado, según los indicios reunidos por los investigadores.
Estos, como queda dicho, no incluyen los autos incendiados intencionalmente en el corralón municipal, 26 en una sola y dantesca fogata, porque se trata ese predio un sitio que por la noche atrae, históricamente, el accionar vandálico de grupos y individuos que deambulan ya sea drogados o alcoholizados por la zona.
Tentación. La conducta de la imitación, en la tesis del fiscal Fessia, podría haber llevado a algunos vecinos de algunos barrios a no resistir la tentación de tirar algo de combustible y un fósforo a varios autos que se encontraban abandonados por sus dueños en distintas calles de la ciudad. Ello permitirá explicar porque el mapa de los ataques se extiende a tantos barrios aunque siempre los más alejados del centro EM_DASHdonde no existen cámarasEM_DASH y tuvieran como blanco autos de modelos antiguos en desuso o simplemente abandonados.
Pero los dos últimos en barrio Santa Rosa de Lima, y algún otro caso previo, en la que sus dueños han declarado que se trataba de su medio de transporte o de trabajo y que el incendió les generó un daño no sólo material agrega otro dramatismo a la saga que por ahora no solo no tiene explicación definitiva sino que parece no haber terminado.
Lo cierto es que desde hace un tiempo a esta fecha la ciudad de Santa Fe ha sido escenario de numerosos actos de vandalismo, algo que necesita una explicación para poder buscar soluciones.
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