El ministro de Justicia bonaerense criticó la actual conformación del Máximo Tribunal, con cuatro miembros. También se mostró seguro de una victoria de Scioli. "Va a ser presidente", vaticinó.
Consultado sobre si seguirá el frente de la cartera de Justicia en caso de que el candidato oficialista llegue a la Casa Rosada, fue contundente en su respuesta: "Scioli va a ser presidente y va a constituir sin dudas un gabinete fuerte. Sus ministros cumpliremos los roles que nos asigne".
-¿Con qué panorama se encontró cuando asumió al frente de la Justicia de la provincia de Buenos Aires?
Cuando asumimos el gobierno con Daniel Scioli, nos encontramos con un panorama preocupante, en primer lugar con una opinión pública muy disvaliosa sobre la Justicia, y en segundo lugar, con un enorme atraso en la tramitación de expedientes en los dos sectores más sensibles del Poder Judicial: en materia penal, que era el colapso de las fiscalías, y la Casación con más de ocho mil causas atrasadas. La base y la cúspide. Comenzamos entonces con una serie de reformas y al día de hoy llevamos 81 leyes de política judicial sancionadas en 8 años. A manera de ejemplo, en diciembre de 2007 un juicio oral se celebraba a cuatro o cinco años del ingreso de la causa en el tribunal oral -o sea siete años en total-, y hoy estamos a un año y medio de cometido el hecho. Esto gracias a que reformamos el Código Procesal, con plazos más dinámicos, para lograr procesos más cortos. Para los fiscales que estaban colapsados impusimos una ley de flagrancia -que era una práctica en Mar del Plata y la universalizamos- y ahora los procesos de penas menores se resuelven en juicios orales en menos de 30 días y los fiscales quedaron con las causas más importantes.
-¿Cuáles son los avances que se fueron planteando?
-Por ejemplo, sobre la Casación, que era un gran problema, tomamos tres decisiones importantes: la primera, sacarle toda la competencia correccional y pasarle esto a las Cámaras y las convertimos en Cámaras de Casación para lo Correccional; así logramos en un día sacar 4500 causas de la Casación. También duplicamos las Cámaras de Casación y las llevamos de tres a seis, y asimismo descentralizamos la Casación en tres tribunales más: uno en Mar del Plata, otro en Mercedes y uno en San Martín, que van a estar en funcionamiento antes de fin de año. Con estas medidas ordenamos la calidad y la celeridad del trabajo. Luego empezamos a ver que los conflictos civiles en la provincia de Buenos Aires son principalmente referidos a las relaciones personales y notamos que los juicios civiles demoraban un promedio de seis años; fue así que sancionamos la ley de mediación civil y hoy el 70 % de los conflictos civiles de los ciudadanos de la provincia de Buenos Aires se resuelve mediante esta herramienta.
-¿Cómo trabajan para acercar la Justicia a la gente que está dispersa en un territorio tan amplio?
-Como parte del concepto federalista y descentralizador que tiene Scioli, empezamos a mirar la provincia desde distintos puntos y notamos, por ejemplo, una ciudad capital muy lejana, con una administración de Justicia poderosa, pero lejana a la gente, y definimos ir con la Justicia a los ciudadanos. En esta línea creamos más de quinientos órganos judiciales en toda la provincia de Buenos Aires, al punto tal que podemos decir que cada municipio tiene su fiscalía o su juzgado. En el segundo mandato, el gobernador fijó una estrategia de reformas estructurales: así salieron la Policía Judicial, la autonomía de la defensa, el juicio por jurados y ahora la autarquía, que está en debate legislativo.
"Viví la situción de Piombo y Sal Llargués con mucho dolor, su fallo fue escandalo"
-¿Qué aportaron estas reformas?
-En materia de juicio por jurados, llevamos doce procesos celebrados con una enorme aceptación pública y con un gran aporte de la Corte para que este proceso pudiera funcionar. En lo que respecta a la autarquía, se trata del estadio final del fortalecimiento del sistema judicial. El Estado tiene sus tres roles claros, pero el rol de la Justicia es la salvaguarda más importante del ciudadano. Partiendo de la base de que el rol de la administración de Justicia del Estado es un rol importante, el gobernador diseñó esta estrategia de fortalecimiento, consolidación, expansión y autonomía del Poder Judicial, porque habiendo hecho estas reformas era necesario que el Poder Judicial tuviera autonomía financiera para poder seguir creciendo al ritmo que este gobierno le impuso. Hay otra ley en debate que es la de paritarias judiciales: trabajamos casi siete años esta ley y logramos consensuar un texto que está ahora en la Legislatura. Entonces este es el cierre de todo el fortalecimiento del sistema judicial. Es importante tener una autonomía financiera a sabiendas de que año a año la ejecución presupuestaria puede estar previsiblemente asignada, sin ningún temor de disminución de fondos.
-¿Cómo ve la implementación de la Reforma Procesal Penal?
El tema más complejo del Código es su implementación. El Código es una pieza muy bien lograda. La provincia tiene el Código desde el año 1998 y fue un gran avance. El tema de la implementación es la complejidad de los sistemas procesales federales, nacionales, locales de cómo aplicarlos. Tal vez con una mirada más provincial hubiéramos procedido de otra manera en la implementación: acá fue inmediata y universal. Se crearon los juzgados de transición para las viejas causas y se emprendió el período. En el esquena nacional y federal habría que mirar cómo está planteado el tema para que se vaya aplicando por competencias y por tipo de delitos... habría que estudiarlo.
-¿Cómo se atravesó la situación de Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués?
-Se vivió con mucho dolor. En lo particular como ministro de Justicia, es la primera vez que en ocho años hacemos un reproche tan duro, pero no solo era inevitable, sino necesario, porque había que crear una conciencia inmediata y colectiva de que estas cosas no pueden suceder. Este fallo fue jurídicamente escandaloso, absolutamente errado y más que reprochable; generó el enojo de la ciudadanía porque fueron vulnerados los derechos de un menor en esa sentencia.
"Scioli va a ser presidente y va a constituir sin dudas un gabinete fuerte y federal".
-Dijo públicamente que la provincia necesita mejores jueces...
-Ante esta visualización de juicio desvalorativo que tiene la ciudadanía ante la Justicia, nosotros pretendimos cambiar esa realidad y creo que lo estamos logrando, por ejemplo, con la aplicación del juicio por jurados, que es la herramienta más adecuada para que el ciudadano se acerque a la Justicia y esta al ciudadano.
-¿Cómo se está trabajando en materia de combate del narcotráfico?
-Somos una de las primeras provincias que adhirieron a la ley de desfederalización, que es polémica... nos dio mucha alegría ver, por ejemplo, que Salta adhirió a la ley hace un año y tres meses y lograron 400 condenas firmes, 300 detenidos con condena y más de 1200 procesados. Lo tomo como ejemplo porque partieron de base cero y obtuvieron estos resultados, eso significa que es una ley que debe ser aplicada en todo el país y a la que deben adherirse las otras provincias. Con el narcotráfico vemos dos problemas: la afectación de la salud de los jóvenes, y por otro lado el narcotráfico como comercio, que es el negocio más rentable del mundo que debe estar moviendo entre 100 mil y 500 mil millones de dólares en las regiones. A futuro: creo en una agencia central de narcotráfico, hay que nacionalizar las políticas trabajando con las provincias, hay que trabajar muchísimo en el circuito financiero. Hay que armar un gabinete de trabajo de inteligencia criminal para seguir la ruta del dinero.
-Si Daniel Scioli es presidente, ¿tiene aspiraciones para estar al frente del Ministerio de Justicia de la Nación?
Scioli va a ser presidente. Los ministros tenemos la suerte de ser un equipo muy enfocado en cumplir los roles que el gobernador nos asigne. Scioli tiene una gran virtud que es ver con precisión la fibra que tiene cada uno de sus colaboradores, al punto tal que todo nuestro gabinete ha ido rotando. Ninguno de los ministros de este gobierno está con expectativa de ocupar un rango equivalente en la Nación. Scioli va a constituir sin dudas un gabinete fuerte, federal y pensando en sus políticas estratégicas, que básicamente van a ser federales, de un gran desarrollo, de fomento de empleo, de producción y va a trabajar con un gabinete que sea funcional a esa estrategia, y nosotros vamos a estar donde él diga.
-¿Qué opinión le merece el debate que gira en torno a la integración de la Corte Suprema?
-Creo que hay que dar el debate de la cantidad de jueces que integran la Corte. Creo que con cuatro miembros es una Corte que se debilita, al contrario de lo que algunos piensan, que genera más personalismo en el presidente al ser más chica, considero que se debilita. Y esto sucede justamente porque es imposible que cuatro personas puedan dictar sentencia en la enorme cantidad de juicios que tiene la Corte para resolver. Si fuera solo de corte constitucional, no incidiría en la vida institucional. Pero con el rol que hoy tiene la Corte, me parece que es necesario no solo cubrir la vacante producida, sino que también entrar en el debate de su integración.
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