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Foto:Mauricio Garín
Cuidado. Los vecinos vienen solicitando una señalización más clara de los desvíos y los ingresos que están abiertos al barrio.
De la Redacción El Litoral
area@ellitoral.com
La obra de la autovía de la Ruta 1, la columna vertebral de los barrios de la Costa, tiene un avance del 53% y estaría finalizada en octubre de este año, según una proyección del Ministerio de Obras Públicas.
Las tareas que en este momento ejecuta la empresa Vial Agro, que ganó la concesión, incluyen la continuación de los trabajos de movimiento de suelo en terraplenes de calzada y calles colectoras, el hormigonado de alcantarillas transversales y de muros de sostenimiento.
También se están ejecutando capas especiales del paquete estructural (suelo cemento, estabilizado granular cementado, base de concreto asfáltico y carpeta de concreto asfáltico) y el traslado de líneas eléctricas de media tensión
Del lado de los vecinos hay sensaciones encontradas. Por un lado es un alivio que la obra avance pero preocupa la falta de señalización en el sector de obra. “Todos los días, la ruta es un caos. No sabés para dónde doblar”, asegura Oscar Signe, presidente de la vecinal Colastiné Norte, en diálogo con El Litoral.
Los automovilistas dicen que la empresa no indica bien en qué cruces se puede doblar y como van cambiando por el avance de los trabajos se vuelve confuso circular. “La señalización es deficiente y lo venimos advirtiendo desde que comenzaron los trabajos”, coincide Roberto Romero, presidente de la vecinal Villa California.
Algunos de estos problemas se agravan de noche, porque con visibilidad reducida es más difícil encontrar las entradas para doblar y a veces no se ven bien los conitos que marcan los sectores en los que no se puede circular.
En los horarios pico, temprano a la mañana y a la tardecita, se generan embotellamientos en algunos puntos —a la altura del bañado, en los semáforos—, lo que hace que los automovilistas circulen por tramos que todavía no se habilitaron, como si fueran de doble mano, lo que contribuye a desordenar el tránsito e incrementar el riesgo de accidentes.
“Necesitamos que se refuerce la cantidad de inspectores para que ordenen el tránsito y que también estén en el semáforo de la escuela Roca, donde se forman largas colas, y no sólo en el de UPCN y en el de Mía Pasta”, solicita Romero.
El sistema de desagües
“La situación hídrica también nos preocupa mucho de cara a lluvias importantes, sobre todo en el caso de las viviendas o negocios que están al lado de la nueva autovía. Ahora, hay alcantarillas que están tapadas de tierra”, advierte Signe.
En algunos puntos de la obra, se puede observar que los desagües quedaron más altos que la línea de las viviendas, lo mismo que la propia ruta, lo que genera dudas sobre su funcionamiento (antes, entre la ruta y la viviendas había zanjas que acumulaban agua y ahora se construyen desagües entubados).
Además, por las características de la Costa —en donde hay mucho material suelto, como arena y restos de poda, y crecen malezas— va a ser necesario contar con un mantenimiento intensivo de los desagües para que no se obstruyan (lo mismo se necesita en todos los desagües de Colastiné Norte y Rincón). “Acá, los que están entubados sólo aguantan dos lluvias”, recuerda el vecinalista de Colastiné Norte.
También será fundamental que los municipios de Santa Fe y Rincón sigan avanzando con las obras de desagüe complementarias a las alcantarillas de la Ruta 1 para que se puedan conducir los excesos hídricos a los reservorios.
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