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sábado, 10 de enero de 2015

ROSARIO Fuerte reclamo de "condena y justicia" a dos años del asesinato de Mercedes Delgado

Familiares, amigos, vecinos y organizaciones sociales, reclamaron ayer "juicio y condena" para Héctor Riquelme, acusado de ser el asesino de Mercedes "Mecha" Delgado. Hace dos años la trabajadora social cayó muerta al quedar en medio de un tiroteo entre bandas en barrio Ludueña de Rosario. "Mataron a una mujer que ayudó mucho; la Mecha sigue encendida", rezaban los carteles.
Rosario 12 | 
Fuerte reclamo de
 En la marcha por el segundo aniversario del homicidio de Mercedes Delgado, la trabajadora social del centro comunitario San Cayetano, de barrio Ludueña; su familia, amigos y vecinos, junto a organizaciones sociales y de derechos humanos, reclamaron "juicio y condena" para Héctor Daniel Riquelme. La mujer de 51 años murió durante un tiroteo entre bandas, en Bielsa y Garzón, cuando salió a buscar a su hijo menor al oír la balacera aquella agobiante tarde del 8 de enero de 2013. Durante la madrugada del 9, falleció en el Hospital Centenario. El acusado estuvo prófugo 20 meses y finalmente fue detenido en septiembre pasado, por personal de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE). La jueza Irma Bilotta lo procesó tanto por el homicidio calificado por el uso de arma de fuego, como por la tentativa de homicidio a integrantes de la banda contraria. "No fue un accidente, fue un hecho que se llevó la vida de una mujer que ayudó a muchos; por eso hoy Mercedes no es solo mi madre, sino la de todos", destacó Juan Ponce, uno de los seis hijos de la militante, e instó a "seguir movilizándose y a construir justicia popular".
"La Mecha (como se la conocía a Mercedes) sigue encendida. Próxima estación: juicio y condena", rezaba un cartel clavado en el cantero central de avenida Pellegrini, por donde marcharon los manifestantes que partieron de Moreno y Cochabamba, donde funciona el Centro de Asistencia Judicial (CAJ). "Aquí están los abogados que trabajan en la causa de mi madre y tanto a ellos como a ustedes les quiero agradecer", dijo Juan desde el megáfono, apenas partió la caminata, pasadas las 18.30 de ayer, por el asfalto caliente de enero.
"Venimos a apoyar el proceso que se hizo, porque no nos esperábamos que el procesamiento de Riquelme llegara tan pronto, sino para después de la feria judicial", dijo sobre la novedad que los sorprendió los últimos días de diciembre pasado. "Creemos que no es suficiente aún, pero por lo pronto seguiremos trabajando para que cuando la Cámara Penal reciba la causa se confirme el procesamiento y vaya a juicio. Si bien todavía no apelaron, son tan caraduras que creemos que lo van a hacer, y nosotros con nuestras llegadas a Tribunales ayudamos a que la justicia trabaje como corresponde. Ya no estamos pidiendo, sino exigiendo que por lo menos antes que termine 2015 este hombre sea condenado como corresponde. Mi familia está aprendiendo a pasar esta fecha como puede".
Para Juan, y varias organizaciones, el juicio por el triple crimen de Villa Moreno (que logró condenas de entre 24 y 33 años para los imputados) encendió una luz de esperanza en causas que tiene como víctimas a personas de las barriadas más populares de Rosario. "Estamos llegando al palacio de la injusticia, donde hace unos días unos compañeros (militantes del Movimiento 26 de Junio Frente Popular Darío Santillán, donde militaban los tres pibes asesinados en Moreno, el 1º de enero de 2012) cambiaron la realidad", rescató Juan sobre la lucha que acompañó en varias marchas, cada primero de mes.
En el acto de ayer se leyeron documentos del colectivo El Caleidoscopio y de los familiares de la víctima, que era madre de seis hijos, modista, voluntaria cocinera y militante social de barrio Ludueña. La mujer murió en el barrio donde vivía desde 1991, cuando llegó desde Santa Fe, con sus hijos, recién separada y con "muchas necesidades" que rápidamente subsanó, ayudando a los demás. Sobre el anochecer, se realizó un festival donde tocaron bandas locales, porque la idea de sus hijos fue que la de ayer sea "una jornada alegre, como era Mercedes".
El imputado, de 48 años, irá a juicio acusado como autor material de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego", contra la cocinera de 51 años, que alimentaba a unos 400 niños en el Centro Comunitario San Cayetano; y por la "tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad (su hijo)" contra los integrantes de la banda con la que se disputaban territorio. Sus hijos (uno de ellos cometió el delito siendo menor, por lo que está en libertad) estuvieron involucrados en la causa por la muerte de Mercedes, pero no fueron acusados por el crimen cometido durante el tiroteo contra integrantes de la familia con la que se disputaban el territorio. En el expediente aparecen también dos jóvenes de la banda contraria, implicados en el enfrentamiento.
A Riquelme se lo acusó de que "encontrándose en su domicilio de calle Bielsa 6049, junto con otras personas entre las cuales se hallaba un menor de edad, realizó disparos de arma de fuego contra los llamados David Ferriol, Ramón y Jonatan Piedrabuena, quienes se encontraban en la esquina de Garzón y Bielsa, todo con el propósito de darles muerte; cuando uno de los disparos impactó en el cuerpo de Delgado, quien caminaba por calle Bielsa al 6100".
La resolución de diciembre pasado expresa que la reconstrucción del hecho permitió dar cuenta de que los disparos partieron de la casa de la familia Riquelme, ubicada a unos 82 metros de donde fue hallado el cuerpo de Mercedes. Con ello, se comprobó "que el arma utilizada ha tenido un calibre de importancia, dada la distancia acreditada". Para la jueza, "los elementos criminosos en contra del imputado superan cuantitativa y cualitativamente a los elementos desincriminantes". Por lo tanto, dijo que "se encuentra alcanzado el estado de probabilidad exigido para el procesamiento"; ya que "luce probable su participación en el hecho".

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