El presidente de la Red Solidaria, Juan Carr, indicó a lanacion.com que hay 330.000 familias que no tienen garantizado el acceso a la comida; especialistas aconsejan un abordaje integral; cómo ayudar
Por Ricardo Quesada | LA NACION
Mientras en el mundo aumentó el número de desnutridos durante el último año, en la Argentina, mueren ocho niños de menos de 5 años por día a raíz de enfermedades ligadas con la desnutrición. Este número se mantuvo estable en 2008 luego de cinco años consecutivos de descenso.
Según los datos del Centro de Lucha contra el Hambre, de la Facultad de Veterinaria de la UBA, en el país hay 2.100.000 personas que no tienen garantizado el acceso a la comida. A
"Son unas 330.000 familias. Aunque esto es una tragedia en sí misma, en 2003 morían 12 niños por día a raíz de la desnutrición", indicó a lanacion.com Juan Carr, líder de la Red Solidaria e integrante del Centro de Lucha contra el Hambre.
Según explica Carr, este descenso fue un éxito que se logró gracias a dos factores: a las políticas del gobierno nacional y al campo, por el aumento en la producción de alimentos y la generación de empleo.
Conflictos. "Este año, con el feroz conflicto entre ambos actores y la crisis económica mundial, creemos que va a haber un amesetamiento. No somos tan pesimistas como otros, pero sabemos que va ser difícil seguir mejorando los números del hambre", agregó.
El líder de la Red Solidaria aseguró que de haberse mantenido la curva de descenso la Argentina podría haber llegado a tener "hambre cero" en 2020. Ahora, el objetivo parece más lejano con este panorama, pero Carr se mantiene optimista de alcanzarlo. Para ello, indica, es necesario terminar con la conflictividad permanente.
"En el país hay 40 millones de habitantes y se producen alimentos para más de 120 millones. Entonces, el problema no es la comida, sino los conflictos. Hasta que el campo y el Gobierno no se pongan de acuerdo los números van a seguir estancados", expresó.
Según indicó, la generación de trabajo fue determinante en la mejora de los números del hambre en la Argentina: "El chico desnutrido ya es la tercera generación sin trabajo. El abuelo perdió, el padre nunca lo tuvo y el niño no tiene perspectivas de lograr un empleo. Pero, durante esta etapa de crecimiento ligado al campo, el sector generó nuevos empleos. Ese desocupado que no tenía nada, pasó a tener una changa o un trabajo en blanco. Ese trabajo fue lo que modificó el panorama".
Sin embargo, en el Centro de Lucha contra el Hambre advierten que en el interior se detuvo la creación de trabajo, principalmente por el conflicto del campo.
Por otra parte, Carr destacó la tarea solidaria y el trabajo en red. Para facilitarlo, se creó el Mapa del Hambre que, hasta hace dos semanas, relevó 1422 lugares, en todo el país en los que se combate la desnutrición. La página permite que todos los interesados se pongan en contacto para ofrecer su trabajo voluntario.
Centros de prevención. "Cuando empezamos a hablar de desnutrición hace 16 años, nadie hablaba del tema, perecía que no existía. Hoy es una de las principales preocupaciones del país y del mundo", aseguró Abel Albino, director de la Cooperadora de Nutrición Infantil (Conin).
Albino agregó que aunque no hay cifras oficiales, desde los centros que tiene la ONG perciben que hoy los números son más alarmantes que hace 15 años.
Conin tiene 20 centros en el país para combatir el flagelo del hambre, en los que se trabaja de manera preventiva.
"Si se quiere quebrar el hambre hay que hacer un abordaje integral. No sirve internar a un niño, alimentarlo y devolverlo a la casa. Además, hay que trabajar fuertemente con la familia para evitar que se repitan las condiciones que llevaron a la desnutrición", explicó el especialista. .
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