Si los hombres, incluso los que dirigen la más poderosa de las empresas, hacen por un minuto un recorrido por su vida, se podrán preguntar: ¿A quién he llamado siempre que me siento mal? ¿Con quién hablo cuando algo me agobia? ¿Y cuándo necesito una comida especial o un mimo? La respuesta es bastante fácil, ¿no? Si no es la madre, es la esposa, incluso una hija.
Y, entonces, pensemos, ¿A quién recurrimos en una empresa cuando la situación necesita una red de contención? En estos casos, lo más inteligente, es recurrir a las líderes femeninas. Sin dudas, en épocas de crisis y cambios, las organizaciones deberían tener muy claro que necesitan más presencia y energía femenina. La experiencia profesional como consultores, nos dice que siempre que la dotación ejecutiva, de mandos medios y altos, es equilibrada de mujeres y hombres, veremos una dinámica diferente y una emocionalidad fuerte a la hora de hacer frente a los vaivenes que nos proponen épocas complicadas, revueltas o de dinámicas cambiantes.
En datos concretos, ¿Qué aportan las mujeres en estos tiempos de cambios?
Contención: En todos los niveles organizacionales, en donde uno encuentre mujeres, los momentos críticos tendrán en ellas a las personas que ofrecen escucha, ayuda y un espacio en el que sentirse mejor.
Desarrollo de procesos: La mujer suele tener una energía disponible para contemplar los procesos con mucha más paciencia y análisis que los hombres. En momento de cambios, la energía femenina que revisa los procedimientos y normas con profundidad, puede ser de gran ayuda para encontrar el orden que se busca o el plan más adecuado para continuar hacia adelante.
Imagen: En nuestra experiencia profesional, muchas veces las organizaciones eligen que, en una reunión dura y compleja, sean las mujeres las que lideren. La presencia femenina actúa de forma muy positiva, más relajada, con menos tensión, y genera que los resultados se desarrollen de mejor forma.
Comunicación: Es indispensable, en tiempos de crisis, tener una comunicación fluida dentro de las empresas, en los equipos de trabajo y de la gerencia hacia los empleados. Está comprobado que, en esta tarea de hablar, dar la cara y escuchar a los otros, las mujeres se manejan mucho mejor.
Liderazgo grupal: En momentos de grandes cambios, crisis o inestabilidad, la mujer pensará más en lo grupal que en lo individual. Será más prudente y cuidadosa, pues tendrá en cuenta lo que afecte al grupo entero y no solo a ella misma o los ejecutivos gerenciales. Tampoco tendrá ningún problema en demostrar sus emociones y trabajar a partir de ellas.
Fuente: Alberto Attias
Director de Vimalakirty Group Coaching y Management
@vimalakirty
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