La Asociación Civil de Vecinos Independientes elevó al Concejo un proyecto para eliminar todos los elementos que afecten el espacio natural del barrio. Publicidad, pancartas y cableados, en la lista.
Autor:José Busiemi. - Preocupación. Juan Peres y Orlando Gauna expusieron las necesidades que tienen los vecinos de barrio El Pozo.
Autor:Archivo Imagen ilustrtiva
Se define como contaminación visual todo lo que altera el paisaje urbano o rural; dentro de esta categoría se incluyen elementos de publicidad gráfica, pasacalles y cableado. Tomando estos conceptos como referencia y cansados de observar la cantidad de elementos que entorpecen el paisaje natural del barrio, los vecinos agrupados en la Asociación Civil de Vecinos Independientes de barrio El Pozo presentaron al Concejo de la ciudad un proyecto que busca eliminar carteles, pasacalles, cables, para declarar al barrio como un espacio libre de contaminación visual.
“Uno sale a la calle y mira los edificios y ve una maraña de cables que parecen telarañas. Eso es contaminación visual, afea el paisaje”, afirmó Orlando Gauna, quien se desempeña como secretario de la asociación, pero que además hace 26 años vive en El Pozo. A lo largo de todos esos años, Gauna fue observando cómo, de a poco, las distintas empresas de servicios fueron copando el espacio aéreo.
El proyecto presentado por esta agrupación de vecinos (que está en camino de convertirse en una ONG) establece que en un lapso de seis meses acondicionen los cableados que son tan chocantes a la vista y que en dos años sean todos subterráneos. “El costo de los trabajos estaría a cargo de las empresas prestatarias de los servicios, conforme lo establece la ordenanza municipal”, explicó Gauna.
En caso de aprobarse el proyecto, uno de los artículos señala que a partir del momento de su aprobación, las empresas de electricidad, telefonía fija y de televisión tendrán 180 días para arreglar el tendido aéreo de cables.
En tanto, contarán con 24 meses para concluir el soterramiento de todo el cableado a través del cual brindan sus servicios. “Nosotros no queremos vivir como lo estamos haciendo, queremos que nos saquen los cables”, agregó Gauna.
Entre los fundamentos del proyecto elaborado por este grupo de vecinos, sobresalen las consecuencias que causan los elementos que invaden el espacio aéreo, entre las que figura la distracción de los conductores, ya que es frecuente ver en los puentes peatonales que cruzan la ruta nacional Nº 168, frente a la Universidad y el barrio, pasacalles con propagandas. A esta lista, se deben agregar problemas ecológicos, de contaminación y estrés. Hoy la asociación espera que su proyecto sea tratado por los concejales.
Sin cumplimiento
A lo largo de los años, el Concejo Municipal elaboró, sancionó y modificó las ordenanzas relacionadas con esta temática; sin embargo y a pesar de las amplias modificaciones que estas sufrieron, los trabajos no se realizaron.
La primera normativa que buscaba liberar a la ciudad del tendido aéreo es la ordenanza Nº 10.519, sancionada en 1999. Exigía la sustitución de líneas aéreas existentes por líneas subterráneas para el 1 de enero de 2004. Esta establecía un cronograma en el cual se dividía la ciudad por zonas y etapas de trabajos. Mientras que la normativa Nº 10.677 (sancionada en el 2000) fijaba nuevos plazos y prohibía la instalación de tendidos aéreos a partir del 2001.
A lo largo de ese tiempo, la ordenanza fue modificada en diferentes aspectos, incluido el plazo. Así quedó reflejado en la ordenanza Nº 11.966, la cual establecía como nueva fecha el 1 de enero de 2014, además de enumerar los costos que las empresas deberían abonar por incumplimiento de los trabajos.
El parque automotor
Otra de las cuestiones que preocupa a los vecinos es el aumento del parque automotor en el barrio, el cual derivó en la construcción de cocheras en lugares que no estaban habilitados para tal fin.
Para solucionar este inconveniente y que los vecinos se sientan más seguros, la asociación está trabajando en la confección de un proyecto para habilitar las peatonales como espacios de ingreso y egreso de los vehículos. “El proyecto nuestro es que se haga en las peatonales, pero no para el tráfico sino para que la gente pueda entrar con el auto a la puerta de su casa, y para que los vehículos oficiales puedan entrar en caso de emergencia”, afirmó Juan Peres, presidente de la asociación.
Los vecinos proponen remover los obstáculos que hay entre un lado y otro de la acequia para que funcione como ingreso y egreso de los vehículos, afectando lo menos posible el paisaje existente.
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