Después de dos meses con licencias de personal, la empresa decidió que funcionará en dos turnos de forma normal durante julio. Lograron achicar el stock. Las perspectivas en el corto plazo mejoraron después de las medidas del gobierno nacional.
Después de dos meses complicados, con licencias obligadas de personal en la planta de Alvear, General Motors no tiene previsto realizar suspensiones de operarios durante julio. Así lo confirmaron voceros de la firma a El Litoral, que advirtieron que la situación mejoró durante las últimas semanas y se logró reducir el stock de vehículos, uno de los problemas que había generado el ajuste en la planta ubicada en el Gran Rosario.
La automotriz inició en mayo pasado un plan de suspensiones de los 2.300 empleados que tiene la planta, que quedó paralizada durante tres viernes de mayo y cinco de junio. La empresa tomó esta decisión para intentar achicar stock ante la baja de las exportaciones a Brasil retrocedieron hasta un 40 por ciento en la primera parte de 2014. Sin embargo, en este mes el panorama ha tenido una leve mejoría. La puesta en marcha del Plan Procreauto generó certidumbre en el sector de ventas de autos, luego de que se despejaron las dudas sobre la eliminación o no del impuesto a los autos de alta gama. Y también aportó un incentivo en el mercado interno, con estas nuevas herramientas de financiación.
El nuevo motor
La semana pasada, autoridades de GM anunciaron que se empezará a fabricar un nuevo motor en General Alvear, donde la planta comenzará a edificarse en el último trimestre del año e iniciará su producción de motores a principios de 2017.
Los motores tendrán un incremento progresivo de la integración nacional, con un piso del 32 por ciento, que podría incrementarse hasta el 50 por ciento a partir del desarrollo de proveedores locales para block, tapas de cilindro y otros componentes de aluminio. Sin embargo, en una primera etapa no se utilizarán autopartes locales hasta que la firma pueda conseguir proveedores en el país, donde hay un escaso desarrollo tecnológico de este tipo de insumos. El nuevo motor de última generación es más liviano y tiene menor consumo de combustible por estar construido en un ciento por ciento de aluminio. Cuenta con turbo e inyección directa, y por ser un motor de baja rotación no necesita subir las revoluciones para que entregue toda su potencia. La fábrica que se montará en Alvear a partir de fin de año tendrá una capacidad de producción de 140 mil motores al año y exportará 10 mil (principalmente a la Unión Europea), por un valor aproximado de 23,5 millones de dólares anuales.
Sustentabilidad
“El anuncio sobre la instalación de la fábrica de motores es una noticia muy buena porque aporta sustentabilidad a largo plazo”, señaló a El Litoral Antonio Milici, secretario adjunto de Smata. El gremialista consideró que la inversión de 270 millones de dólares que anunció la firma, la semana pasada, orienta el perfil de la fábrica hacia nuevos mercados, como Europa y Asia. “Hasta ahora, GM tenía mucha dependencia de Brasil, que compraba gran parte de la producción. La baja de las exportaciones a este país provocaron serios problemas. Lo que se intenta ahora con la fabricación de este motor de última generación es apuntar a otros mercados así es más sustentable la producción”, ensayó el dirigente de Smata. El dilema es ver cómo se llega a 2017, cuando empezará a funcionar la nueva fábrica de motores en el complejo de General Motors en General Alvear.
En diez días, los representantes de la automotriz se reunirán con los delegados gremiales para evaluar la situación y decidir si continuarán las suspensiones de personal en agosto. En las últimas dos semanas, según advirtió el dirigente sindical, no se concretaron licencias de operarios en la planta de General Alvear. “Las últimas medidas del gobierno apuntan a cambiar las magras perspectivas que teníamos en el sector automotor, donde hubo suspensiones en casi todas las plantas del país”, agregó el secretario adjunto de Smata.
Recuperación
Durante las últimas semanas se sucedieron una serie de anuncios y medidas que sacaron algunas sombras del panorama del sector, que este año enfrentó un duro golpe con la caída abrupta de las ventas en el mercado interno, que en junio bajaron un 40 por ciento con respecto al mismo período del año pasado. Una herramienta para reactivar las ventas en el mercado doméstico fue el Plan Procreauto, que anunció hace dos semanas la presidente Cristina Fernández. Este nuevo programa de incentivo prevé planes de financiación para la compra de cero kilómetros. Se puede acceder a una financiación del Banco de la Nación a 60 meses de plazo y por hasta el 90 por ciento del valor del auto o un máximo de 120 mil pesos, a una tasa anual de entre 17 y 19 por ciento.
La iniciativa abarca unos 18 modelos y 26 versiones de vehículos pertenecientes a las principales compañías que compiten en el mercado, cuyos precios van de los 93.900 a los 281.277 pesos, y con una reducción de entre el 3 y el 13 por ciento de todas las terminales automotrices radicadas en el país.
Unos días antes de este anuncio, que era esperado por el sector automotor, se conoció que el gobierno argentino selló un nuevo acuerdo con Brasil, principal comprador de la producción nacional. En concreto, lo que hizo la administración kirchnerista fue extender por un año el acuerdo actual. El pacto, que regirá hasta el 30 de junio de 2015, se definió sobre la base de un flex de comercio de 1,5. Esto significa que por cada millón de dólares que la Argentina exporta a Brasil, los brasileños podrán vender al país vehículos y autopartes por 1,5 millón de dólares.
La automotriz inició en mayo pasado un plan de suspensiones de los 2.300 empleados que tiene la planta, que quedó paralizada durante tres viernes de mayo y cinco de junio. La empresa tomó esta decisión para intentar achicar stock ante la baja de las exportaciones a Brasil retrocedieron hasta un 40 por ciento en la primera parte de 2014. Sin embargo, en este mes el panorama ha tenido una leve mejoría. La puesta en marcha del Plan Procreauto generó certidumbre en el sector de ventas de autos, luego de que se despejaron las dudas sobre la eliminación o no del impuesto a los autos de alta gama. Y también aportó un incentivo en el mercado interno, con estas nuevas herramientas de financiación.
El nuevo motor
La semana pasada, autoridades de GM anunciaron que se empezará a fabricar un nuevo motor en General Alvear, donde la planta comenzará a edificarse en el último trimestre del año e iniciará su producción de motores a principios de 2017.
Los motores tendrán un incremento progresivo de la integración nacional, con un piso del 32 por ciento, que podría incrementarse hasta el 50 por ciento a partir del desarrollo de proveedores locales para block, tapas de cilindro y otros componentes de aluminio. Sin embargo, en una primera etapa no se utilizarán autopartes locales hasta que la firma pueda conseguir proveedores en el país, donde hay un escaso desarrollo tecnológico de este tipo de insumos. El nuevo motor de última generación es más liviano y tiene menor consumo de combustible por estar construido en un ciento por ciento de aluminio. Cuenta con turbo e inyección directa, y por ser un motor de baja rotación no necesita subir las revoluciones para que entregue toda su potencia. La fábrica que se montará en Alvear a partir de fin de año tendrá una capacidad de producción de 140 mil motores al año y exportará 10 mil (principalmente a la Unión Europea), por un valor aproximado de 23,5 millones de dólares anuales.
Sustentabilidad
“El anuncio sobre la instalación de la fábrica de motores es una noticia muy buena porque aporta sustentabilidad a largo plazo”, señaló a El Litoral Antonio Milici, secretario adjunto de Smata. El gremialista consideró que la inversión de 270 millones de dólares que anunció la firma, la semana pasada, orienta el perfil de la fábrica hacia nuevos mercados, como Europa y Asia. “Hasta ahora, GM tenía mucha dependencia de Brasil, que compraba gran parte de la producción. La baja de las exportaciones a este país provocaron serios problemas. Lo que se intenta ahora con la fabricación de este motor de última generación es apuntar a otros mercados así es más sustentable la producción”, ensayó el dirigente de Smata. El dilema es ver cómo se llega a 2017, cuando empezará a funcionar la nueva fábrica de motores en el complejo de General Motors en General Alvear.
En diez días, los representantes de la automotriz se reunirán con los delegados gremiales para evaluar la situación y decidir si continuarán las suspensiones de personal en agosto. En las últimas dos semanas, según advirtió el dirigente sindical, no se concretaron licencias de operarios en la planta de General Alvear. “Las últimas medidas del gobierno apuntan a cambiar las magras perspectivas que teníamos en el sector automotor, donde hubo suspensiones en casi todas las plantas del país”, agregó el secretario adjunto de Smata.
Recuperación
Durante las últimas semanas se sucedieron una serie de anuncios y medidas que sacaron algunas sombras del panorama del sector, que este año enfrentó un duro golpe con la caída abrupta de las ventas en el mercado interno, que en junio bajaron un 40 por ciento con respecto al mismo período del año pasado. Una herramienta para reactivar las ventas en el mercado doméstico fue el Plan Procreauto, que anunció hace dos semanas la presidente Cristina Fernández. Este nuevo programa de incentivo prevé planes de financiación para la compra de cero kilómetros. Se puede acceder a una financiación del Banco de la Nación a 60 meses de plazo y por hasta el 90 por ciento del valor del auto o un máximo de 120 mil pesos, a una tasa anual de entre 17 y 19 por ciento.
La iniciativa abarca unos 18 modelos y 26 versiones de vehículos pertenecientes a las principales compañías que compiten en el mercado, cuyos precios van de los 93.900 a los 281.277 pesos, y con una reducción de entre el 3 y el 13 por ciento de todas las terminales automotrices radicadas en el país.
Unos días antes de este anuncio, que era esperado por el sector automotor, se conoció que el gobierno argentino selló un nuevo acuerdo con Brasil, principal comprador de la producción nacional. En concreto, lo que hizo la administración kirchnerista fue extender por un año el acuerdo actual. El pacto, que regirá hasta el 30 de junio de 2015, se definió sobre la base de un flex de comercio de 1,5. Esto significa que por cada millón de dólares que la Argentina exporta a Brasil, los brasileños podrán vender al país vehículos y autopartes por 1,5 millón de dólares.
EL LITORAL.
No hay comentarios:
Publicar un comentario