Personas que viven hace más de 20 años sobre calle Las Heras recibieron intimaciones para dejar sus patios, que están sobre el espacio verde.
.Diario UNO |
Diario UNO visitó la zona y pudo dialogar con el autor de este mensaje, Gustavo Sánchez, quien hace más de doce años compró su vivienda de forma legal. La casa cuenta con un patio de aproximadamente siete metros de fondo, el cual linda con una de las torres proyectadas por el plan de vivienda. Si bien las obras aún no comenzaron, Sánchez junto a todos los frentistas de las cuadras adonde se construirán las torres, están viviendo momentos de una gran incertidumbre por la suerte que correrán sus viviendas en poco tiempo.
Hay que recordar que el proyecto que fue formulado por el municipio en el marco del Plan Urbano, comprende, en principio, dos manzanas ubicadas frente al Parque Federal, delimitadas por las calles Belgrano, Las Heras y Quintana. Allí se construirán 368 viviendas en la tipología de departamentos de dos y tres dormitorios.
“Hace un mes recibimos una intimación en la cual informaba que teníamos que abandonar nuestro patio. Cuando yo compre acá, compre todo. Está todo escriturado, todo en regla y yo tenía entendido que el patio lo había donado el Órgano Nacional de Administración de Bienes (Onabe) cuando se fue el ferrocarril”, dijo Sánchez.
“Hace un mes recibimos una intimación en la cual informaba que teníamos que abandonar nuestro patio. Cuando yo compre acá, compre todo. Está todo escriturado, todo en regla y yo tenía entendido que el patio lo había donado el Órgano Nacional de Administración de Bienes (Onabe) cuando se fue el ferrocarril”, dijo Sánchez.
Según los frentistas de la cuadra, con la puesta en marcha del proyecto del Procrear se sorprendieron al confirmar que los planos y maquetería que ellos conocían no son los mismos que se aprobaron el año pasado. “El plano original eran casitas de hasta dos pisos, no iban a hacer torres. El proyecto se aprobó y ahora nos toman a todas las casas siete metros de patio”, relató el vecino de Las Heras al 4.800.
En el caso de Sánchez su patio desaparecerá, mientras que uno de sus vecinos deberá realizar las reformas para trasladar un ambiente y una cámara frigorífica.
Luego de haber recibido las notificaciones y ante la falta de información, un grupo de vecinos decidió contratar un estudio jurídico para que los asesore y represente. Tras realizar las gestiones necesarias, los vecinos lograron averiguar que los terrenos son propiedad del Banco Hipotecario, pero desde la entidad informaron a los vecinos que no estaban enterados de que afectaba a sus viviendas. “Vino gente del banco cuando se enteró de la situación y nos comunicaron que iban a analizar qué se podía hacer”, aclaró Sánchez.
En tanto, Mirta Sosa, una vecina que nació y se crió en el barrio, compartió la preocupación y el malestar de Sánchez. Sosa dijo que desde siempre el Onabe los alentó a mantener los terrenos. “Nosotros fuimos al organismo a pedir permiso para comprar esos terrenos”, agregó Sosa. Pero la respuesta que dieron desde la entidad fue que se trataban de terrenos nacionales que no se iban a ocupar y que estaban calificados como “vías muertas”.
La vecina agregó que en 1994 un avión pasó por la zona fotografiando los terrenos. “A nosotros nos aumentó el API, fue mi hermana a preguntar y le mostraron lo que teníamos en el terreno”, dijo. A pesar de que la superficie era del Onabe, el hecho de estar ocupando esa superficie hizo que se les aumente el impuesto. “«Desde ahora la dueña es usted»”, dijo Sosa que le respondieron en ese momento. “Sin papeles estoy pagando. Nadie te sabe decir, porque uno va a preguntar y tenés que esperar 15 a 20 días para tener acceso a los planos”, añadió.
“Falta mucha información, no sabemos qué es lo que quieren hacer. Sé que mucha gente va a ver solucionado su problema habitacional con este plan, pero que no lo hagan en mi patio”, finalizó Sánchez.
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