Uno de los disparadores fue la Ciudad de Buenos Aires, donde desde 1996 se viene implementando está “solución” en parques públicos, incluso a pedido de los propios vecinos.
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Mientras el vandalismo y la destrucción del mobiliario público no se detiene, un proyecto que ya avanza en el Concejo Municipal promete instalar polémica. La idea es concreta: consiste en colocar cercos en los parques públicos más vulnerables para que permanezcan cerrados durante la noche y no se conviertan en tierra de nadie en medio de la oscuridad. Uno de los disparadores fue la Ciudad de Buenos Aires, donde desde 1996 se viene implementando está “solución” incluso a pedido de los propios vecinos.
El plan nació en el seno del bloque Unión-PRO donde se piensa que la rotura e intervención negativa permanente de bancos, canteros, luminarias y columnas y hasta árboles y flores es “un problema de base y exige un trabajo a largo plazo en cuanto a la concientización de la población respecto de la importancia de cuidar lo que es de todos”. En concreto, el autor de la iniciativa, el edil Carlos Cardozo, fue directo: “Los actos vandálicos ocurren a diario y es necesario tomar una acción de manera urgente para, por lo menos, evitar las consecuencias aunque no se resuelva del todo la cuestión de fondo”.
En este sentido, Cardozo está solicitando al “Departamento Ejecutivo Municipal un estudio de factibilidad para la colocación de cercos perimetrales que resguarden el patrimonio público de todos los rosarinos, con apertura y cierre en determinados horarios que conllevan, además, mejoras en cuanto a la seguridad de los vecinos”.
Más allá de la propuesta, Cardozo quiere “abrir el debate a las distintas opiniones, haciendo caso a la preocupación de los vecinos por el estado general de algunos espacios verdes puntuales de la ciudad”.
Mantenimiento. Según el texto redactado en el Palacio Vasallo, “no es sólo la cuestión patrimonial que implica reparar los bienes vandalizados, sino la imposibilidad de hacerlo en algunos casos. Mayólicas como las del parque Independencia que ya no se consiguen u obras de arte que por su valor histórico hacen imposible su reposición constituyen bienes que deben ser cuidados para mantener el valor patrimonial y cultural de la ciudad”. En rigor, el concejal admitió que “hay que ponerse de acuerdo para mantener la ciudad entre todos los rosarinos”.
En otro orden, el referente de Unión-PRO señaló que el dinero que se destina a reparación dentro del presupuesto municipal va en desmedro de otras partidas que se ven disminuidas por un gasto “que podría evitarse o, al menos, reducirse”.
En febrero pasado, un informe de La Capital puso de manifiesto cómo habían recrudecido las pintadas con los colores e inscripciones de Newell’s y Rosario Central, actos de vandalismo que no suelen respetar espacio alguno en la ciudad. No obstante, en coincidencia con la llegada de efectivos de las fuerzas federales a “pacificar” Rosario, la Intendencia comenzó un operativo para borrar y reparar los daños.
Receso. Los resultados empezaron a evidenciarse, pero no parecen ser la solución definitiva. “Los parques están más cuidados, pero hay que tener en cuenta, entre otras cosas, que el mundial y el receso del campeonato argentino han calmado a los hinchas que salen a pintar”, sostuvo el presidente de la Asociación Amigos del Parque Idependencia, Adrían D’Alessandro”.
Respecto del proyecto de Cardozo, el dirigente manifestó su apoyo. “Estamos de acuerdo en proteger con esa opción los sectores más vulnerables y donde el vandalismo está presente y en aumento”, dijo.
En tanto, el concejal recordó las distintas experiencias en el país y en el mundo donde este sistema ha funcionado con éxito. “El Central Park en Nueva York y distintas plazas en Lima, Barcelona y Santiago de Chile, son ejemplos de espacios verdes con horarios de apertura y cierre para evitar los ataques que sufrían en las horas de menor o nula concurrencia de los vecinos”, indicó el representante del
PRO.
PRO.
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