En el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa se puede disfrutar la historia de lo que fue un ícono del periodismo gráfico argentino. En la muestra, que inauguró ayer, se pueden ver las mejores portadas de la Revista Humor.
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El 1º de junio de 1978, el mismo día que las selecciones de Alemania y Polonia abrieron la Copa del Mundo de ese año en el estadio Monumental, una revista sorprendió a los porteños con una tapa en la que se veía a César Luis Menotti con las orejas de José Alfredo Martínez de Hoz. Los lectores todavía no sabían bien de qué se trataba, pero pronto se enterarían: lo que había visto la luz era el número uno de Humor Registrado, la revista que en los años siguientes se convertiría en una alternativa al pensamiento único de la dictadura. Pronto se convirtió en un boom, y también en un símbolo de la resistencia contra los militares. Una parte de la historia de esa emblemática publicación se rescata desde ayer en la muestra "La revista Humor Registrado y la dictadura", en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.
Aquella tapa en la que se veía al director técnico de la selección argentina de fútbol con las enormes orejas del ministro de Economía de los militares represores era una invención del dibujante Andrés Cascioli, el creador y director de Humor, el nombre abreviado con el que se conocía a la revista. "Andrés reunió a tipos como Aquiles Fabregat y Tomás Sanz y juntos decidieron hacer una revista que les gustara a ellos", afirma a La Capital la viuda de Cascioli (murió en 2009), Nora Bonis.
Cascioli y compañía no hicieron solo eso: crearon una publicación para decir y difundir lo que pensaban y la convirtieron en un suceso, tanto que la revista nació mensual y pronto se convirtió en quincenal. Llegó a vender 270 mil ejemplares y Bonis recuerda, como si estuviera viendo una foto: "El día que salía, la gente hacía cola a las cuatro de la mañana para comprarla".
Muchos años después, la perspectiva histórica permitiría atribuirle además a Humor un rol decisivo en la pelea contra la dictadura encabezada por el represor Jorge Rafael Videla, y en la recuperación de la democracia.
Sátira política y cultura. "Humor era una revista de sátira política y también de actualidad", dice Oche Califa, un escritor, periodista y editor que trabajó con Cascioli. Bonis, curadora de la muestra en el Fontanarrosa, añade: "También era una revista cultural que le daba espacio al teatro, la música y otras formas de expresión que no tenían cabida en los medios de la época, cuyos contenidos eran controlados por los militares".
"La revista creada por Cascioli desafió a todos los poderes de la época, y también a la censura", afirma el periodista Carlos Ulanovsky en un documental que puede verse en la muestra. Pero además era un producto de calidad con un eslogan que la distinguía. Decía: "La revista que supera apenas la mediocridad general". En realidad la superaba con creces, tanto que en 1983 en Italia le dieron el premio a la mejor revista satírica del mundo. Fontanarrosa, que publicaba allí chistes que el diario Clarín le rechazaba, lo sintetizó así: "A Humor se la puede mostrar con orgullo en cualquier parte".
La mítica revista tenía chistes, historietas y caricaturas, pero también publicaba crónicas, opinión y entrevistas. "Todo se hacía con el propósito de divertir y entretener a los lectores , pero también de ayudarlos a pensar", resume Bonis. Fue ella quien curó la muestra que abrió ayer en la sala Olga Cossettini del Centro Cultural que lleva el nombre del memorable dibujante, humorista y escritor rosarino.
Allí se exhiben sesenta "trabajos representativos" de los humoristas y periodistas publicados entre 1978 y 1983. Están algunas de las tapas más emblemáticas de Cascioli contra la dictadura, y también dibujos y fotos.
Entre esas imágenes se destacan la de un Menotti ya campeón del mundo, tomada en diciembre de 1979, y la de un dirigente político que empezaba a desempeñar un rol decisivo en el regreso a la democracia: el radical Raúl Alfonsín, retratado en julio de 1981.
Ambas fueron tomadas por el fotógrafo Eduardo Grossman e ilustraron en su momento las memorables entrevistas de Mona Moncalvillo, uno de los puntos fuertes de la revista Humor en esa época.
"Para los jóvenes". Bonis aspira a que la muestra sirva para rescatar lo que hizo Humor en una época tan difícil como la dictadura. "Me encantaría que la vieran los jóvenes, porque para mi repasar la historia de Humor es como asistir a una lección de historia", sostiene.
No es difícil coincidir con ella. Basta con ver las tapas exhibidas en la muestra.
Por ejemplo, la del número 94, editado en octubre de 1982.
Allí se ve a un arruinado Leopoldo Fortunato Galtieri, con un vaso de whisky y delante de varias "fotos" (todos son dibujos de Cascioli) en las que se lo ve con amigos como el dictador libio Muamar Kadafi. El represor aporrea una máquina de escribir y en la hoja se lee el título: "¡Cómo gané la guerra!".
Las tapas de Humor eran así: satíricas, divertidas y lapidarias.
Libre y gratuita
La muestra "La revista Humor Registrado y la dictadura" abrió ayer y se podrá ver hasta el 31 de julio en la sala Olga Cossettini del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, San Martín entre San Luis y San Juan. La entrada es libre y gratuita.
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