La mayoría de las consultadas por Ser UN@ aseguró que se trata de un encuentro único en el que se pueden abordar temas de moda, actualidad, deportes, política y hombres, todos al mismo tiempo o por turnos. El cable a tierra de muchas y la cita impostergable de otras.
No importa la edad, el día elegido ni el horario, mucho menos el look que cada una elige para asistir o el menú protagonista. En una peña de mujeres lo único que es imprescindible es la asistencia. Impuestas en la vida de toda mujer una vez que ésta culminó la adolescencia, justo en el tiempo en que el estudio o el trabajo comienzan a impedir las reuniones cotidianas.
Así nació, se propagó y se sostiene. Las peñas de mujeres son eso, un espacio donde cada una dirá lo que quiera y no será juzgada; un espacio en el cual las situaciones tabúes, que en otras charlas son imposibles de mencionar, ahí son moneda corriente.
En las peñas no hay nada prohibido a la hora de abordar temáticas, incluso los hombres, que están vedados físicamente, pueden ser mencionados en estas reuniones. “Igualmente no hablamos todo el tiempo de ellos, como los mismos varones creen. Sólo que a veces les dedicamos algunos párrafos, y no siempre es para criticarlos. Muchas veces hacen cosas bien”, dijo entre risas Noelia, una joven santafesina de 27 años que tiene tres hijos y que nunca falta a las reuniones de los jueves que se hacen en lo de su amiga Lorena, junto a sus ex compañeras de primaria.
Noe trabaja en la administración pública y el tiempo que dispone fuera de sus funciones laborales los divide entre la atención de su casa, hijos, marido, madre, hermanos y por supuesto sus amigas. Es en ese marco que asegura que no puede pasar más de una semana sin “descargarse” en ese encuentro (peña) que ella considera “impostergable”.
“Con las chicas nos conocemos tantos, que ya sabemos lo que va a decir cada una antes de que empiece a decir una frase. Es algo tan espontáneo que las risas en esos momentos parecen interminables”, dijo y comentó: “Tal como en una novela, cada una de nosotras es un personaje, como las de Guapas (haciendo referencia a la serie de ficción que en la actualidad se transmite por Canal 13)”.
Y es con este mismo programa de televisión que también se identifica Marina (31) y uno sus grupos de peña. “El de la secundaria”, se apresura a aclarar y relata: “Somos cinco y nos hacemos llamar «Las de Siempre». No tenemos día específico de encuentro, cuando coordinamos todas, sale juntada: mayormente en algún bar de bulevar para que nos quede cómodo a todas”.
En cuanto a los temas que tratan, Marina mencionó a la política, la actualidad y por supuesto a los hombres; ítems que también aborda cuando se reúne junto a sus amigas del grupo de Guías, aquellas que conoció hace “añares” en la parroquia María Auxiliadora.
“Cada vez que nos vemos parece como que el tiempo no pasó. Recordamos siempre los campamentos que vivimos juntas, los fogones, las ceremonias. También conversamos sobre cómo va nuestra vida, de los hijos de las que ya tienen, de los desamores, de los proyectos. Y claro, muchas veces volvemos al sexo masculino, a ese mundo que los rodea que puede complicarnos la vida a algunas y llevarnos a las nubes a otras, me incluyo en ese grupo (risas)”, aseguró y completó: “Son momentos donde las carcajadas son protagonistas y los diluvios de recuerdos nunca tienen fin. Eso sí, nunca cocinamos, siempre llamamos al delivery”.
Por sus hijos
Alejandra, por su parte, encontró a las amigas justas para organizar una peña en el jardín de su hija mayor, Avril, hace ya cinco años. Y es que fue en la puerta de esa entidad donde las mujeres comenzaron a forjar su amistad, a través de las charlas que emprendían en esos cinco o diez minutitos de encuentro antes de que suene la campana de entrada y salida, sumado a las convocatorias que la institución realiza a lo largo del año.
Así, entre charla y charla que al principio tenían como protagonistas a los hijos y luego a ellas mismas, las mujeres –de entre 30 y 45 años– decidieron extender la amistad por fuera de la institución que las unió y ahí nacieron las “juntadas”. En la casa de alguna o en un bar de bulevar Gálvez que les encanta, la cita obligada es una vez al mes. “Hablamos de la vida, de nuestros niños, cosas en general”, dijo Ale y confesó: “También tocamos algunos temitas sexuales” (risas).
Totalmente necesario
Las tres mujeres entrevistadas por Ser UN@ describieron a la peña como ese lugar necesario. “Para mí es mi cable a tierra, los necesito para cargar pilas en la semana”, dijo Noe y Marina completó, al tiempo que le llegaba un whatsapp para organizar una juntada por el día del trabajador: “Es el espacio que una necesita para relajarse, desenchufarse del día a día, mimarse un poco y bajar un cambio. Considero que ni los hombres ni mujeres deben perder este espacio personal”.
DIARIO UNO.
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