El sector frigorífico y la producción de biodiesel están en problemas. Trece empresas solicitaron procedimiento preventivo de crisis en la cartera laboral en Rosario.
El Litoral.
“El peligro mayor es que el ajuste y la baja del consumo destruya las fuentes de trabajo. Y eso comenzó a verse durante las últimas semanas”, aseguró a El Litoral la diputada nacional del Frente Amplio Progresista Alicia Ciciliani.
Las declaraciones de la legisladora se producen en un contexto donde empiezan a encenderse alertas en el universo laboral. Un termómetro de esta coyuntura lo aportan los 13 pedidos de procedimientos preventivo de crisis en Rosario que se presentaron en el Ministerio de Trabajo en lo que va de este año. En 2013, según información de la cartera laboral, pidieron este recurso 52 firmas.
A este dato se suma que en los tribunales rosarinos ingresaron durante enero y febrero 12 pedidos de quiebra. En 2013 se presentaron 244 expedientes con solicitudes de quiebra y 61 con convocatorias de acreedores, según la estadística que elabora la mesa de entradas del tribunal. El incremento con respecto a 2012 es superior al 20 por ciento.
Las ramas productivas que muestran más complicaciones son las del sector frigorífico y del biodiesel. La industria de la carne atraviesa un momento complejo, con una caída pronunciada en las exportaciones, que se redujeron en un 75 por ciento en los últimos cinco años con la estrategia de “resguardar” el consumo interno. Una de las empresas que está en la cuerda floja es el frigorífico de Hughes, actualmente en manos de la firma brasileña Marfrig Group. Esta planta que se encuentra paralizada decidió que el plantel integrado por 500 trabajadores ingresen en el régimen de garantía horaria por un plazo de 60 días.
Esta empresa reclama una deuda del gobierno nacional en concepto de las devoluciones del IVA para las exportaciones. La cifra supera los 9 millones de dólares. El otro reclamo tiene que ver con la habilitación de exportaciones, un fenómeno que se mantuvo inalterable durante el último lustro y vino a derrumbar toda la producción del sector.
La semana pasada el gobierno nacional, a través del secretario de Comercio Augusto Costa, prometió a los frigoríficos exportadores cupos de exportación, y a cambio las empresas se comprometieron a retrotraer los precios para el consumo doméstico. Pero hasta ahora los ROE de exportación aparecieron a cuentagotas, y como contrapartida los precios en góndolas y carnicerías siguieron en alza.
Esos temas se trataron en una reunión en la oficina del jefe de Gabinete Jorge Capitanich, donde participaron los ministros de Agricultura de la Nación, Carlos Casamiquela, y de Trabajo, Carlos Tomada, el titular de la Federación Argentina de Trabajadores de la Carne, José Fantini, representantes de la firma Marfrig Group, y los titulares de las carteras de Producción, Carlos Fascendini, y de Trabajo, Julio Genesini.
‘En el encuentro se trató el problema específico del frigorífico de Hughes, pero también se abordó la situación general de la cadena cárnica en el país. Los responsables de la empresa señalaron que en las condiciones actuales el negocio de la carne deja de ser rentable en la Argentina‘, explicó Fascendini.
‘Hemos planteado la posición de Santa Fe respecto a la necesidad de incentivar la producción de ganado pesado, que hoy tanto escasea en el mercado. Por ello creemos que hay que incentivar al productor para que lleve el ganado a 450 o 500 kilos, que es lo que necesita la industria exportadora para faenar. Al respecto, también se planteó la necesidad de agilizar al trámite del registro de operaciones de exportadores y de la posibilidad de revisar los porcentajes de retenciones‘, apuntó el titular de la cartera productiva.
La diputada del Frente para la Victoria, Claudia Giaccone, quien participó del encuentro, señaló que “los funcionarios nacionales se interesaron en los temas que se plantearon y se acordó que la semana próxima pondrán sobre la mesa una propuesta concreta para la empresa”. “La idea es resguardar las fuentes de trabajo”, apuntó la legisladora a este diario.
Por su parte, Alicia Ciciliani, diputada nacional del FAP, sostuvo que desde el Estado es necesario buscar herramientas para evitar que se produzca una destrucción de los puestos de trabajo. La legisladora recordó la reacción que tuvieron el gobierno nacional y provincial en la crisis de 2009, cuando a partir de determinadas intervenciones se evitó que la crisis postconflicto con el campo fuera más dura.
“La mano de obra del sector frigorífico es muy particular. Es mano de obra registrada y calificada. La gente que pierde sus puestos de trabajo, como puede suceder en el caso del frigorífico de Hughes, no se puede reinsertar en su lugar de residencia y seguramente va a emigrar hacia las grandes ciudades de la provincia”, analizó Ciciliani.
Las declaraciones de la legisladora se producen en un contexto donde empiezan a encenderse alertas en el universo laboral. Un termómetro de esta coyuntura lo aportan los 13 pedidos de procedimientos preventivo de crisis en Rosario que se presentaron en el Ministerio de Trabajo en lo que va de este año. En 2013, según información de la cartera laboral, pidieron este recurso 52 firmas.
A este dato se suma que en los tribunales rosarinos ingresaron durante enero y febrero 12 pedidos de quiebra. En 2013 se presentaron 244 expedientes con solicitudes de quiebra y 61 con convocatorias de acreedores, según la estadística que elabora la mesa de entradas del tribunal. El incremento con respecto a 2012 es superior al 20 por ciento.
Las ramas productivas que muestran más complicaciones son las del sector frigorífico y del biodiesel. La industria de la carne atraviesa un momento complejo, con una caída pronunciada en las exportaciones, que se redujeron en un 75 por ciento en los últimos cinco años con la estrategia de “resguardar” el consumo interno. Una de las empresas que está en la cuerda floja es el frigorífico de Hughes, actualmente en manos de la firma brasileña Marfrig Group. Esta planta que se encuentra paralizada decidió que el plantel integrado por 500 trabajadores ingresen en el régimen de garantía horaria por un plazo de 60 días.
Esta empresa reclama una deuda del gobierno nacional en concepto de las devoluciones del IVA para las exportaciones. La cifra supera los 9 millones de dólares. El otro reclamo tiene que ver con la habilitación de exportaciones, un fenómeno que se mantuvo inalterable durante el último lustro y vino a derrumbar toda la producción del sector.
La semana pasada el gobierno nacional, a través del secretario de Comercio Augusto Costa, prometió a los frigoríficos exportadores cupos de exportación, y a cambio las empresas se comprometieron a retrotraer los precios para el consumo doméstico. Pero hasta ahora los ROE de exportación aparecieron a cuentagotas, y como contrapartida los precios en góndolas y carnicerías siguieron en alza.
Esos temas se trataron en una reunión en la oficina del jefe de Gabinete Jorge Capitanich, donde participaron los ministros de Agricultura de la Nación, Carlos Casamiquela, y de Trabajo, Carlos Tomada, el titular de la Federación Argentina de Trabajadores de la Carne, José Fantini, representantes de la firma Marfrig Group, y los titulares de las carteras de Producción, Carlos Fascendini, y de Trabajo, Julio Genesini.
‘En el encuentro se trató el problema específico del frigorífico de Hughes, pero también se abordó la situación general de la cadena cárnica en el país. Los responsables de la empresa señalaron que en las condiciones actuales el negocio de la carne deja de ser rentable en la Argentina‘, explicó Fascendini.
‘Hemos planteado la posición de Santa Fe respecto a la necesidad de incentivar la producción de ganado pesado, que hoy tanto escasea en el mercado. Por ello creemos que hay que incentivar al productor para que lleve el ganado a 450 o 500 kilos, que es lo que necesita la industria exportadora para faenar. Al respecto, también se planteó la necesidad de agilizar al trámite del registro de operaciones de exportadores y de la posibilidad de revisar los porcentajes de retenciones‘, apuntó el titular de la cartera productiva.
La diputada del Frente para la Victoria, Claudia Giaccone, quien participó del encuentro, señaló que “los funcionarios nacionales se interesaron en los temas que se plantearon y se acordó que la semana próxima pondrán sobre la mesa una propuesta concreta para la empresa”. “La idea es resguardar las fuentes de trabajo”, apuntó la legisladora a este diario.
Por su parte, Alicia Ciciliani, diputada nacional del FAP, sostuvo que desde el Estado es necesario buscar herramientas para evitar que se produzca una destrucción de los puestos de trabajo. La legisladora recordó la reacción que tuvieron el gobierno nacional y provincial en la crisis de 2009, cuando a partir de determinadas intervenciones se evitó que la crisis postconflicto con el campo fuera más dura.
“La mano de obra del sector frigorífico es muy particular. Es mano de obra registrada y calificada. La gente que pierde sus puestos de trabajo, como puede suceder en el caso del frigorífico de Hughes, no se puede reinsertar en su lugar de residencia y seguramente va a emigrar hacia las grandes ciudades de la provincia”, analizó Ciciliani.
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