La Lepra le ganó de punta a punta al Bolso y sumó sus primeros tres puntos en la Copa. Por los goles de Maxi Rodríguez y Curbelo en contra en el primer tiempo, y de Lucas Bernardi y Horacio Orzán en el segundo, el equipo de Berti plasmó en el marcador la inmensa superioridad futbolística que exhibió. Una noche inmejorable para el pueblo rojinegro.
Rosario 3 |
Si quedaba alguna duda, esta noche fue despejada: el mejor Newell’s está de regreso. Porque a los indicios que había entregado en el triunfo ante Atlético Rafaela, el equipo de Berti le agregó un rendimiento inmejorable ante Nacional de Uruguay, al que goleó por 4 a 0 y ante el que consiguió sumar sus primeros tres puntos en el grupo 6 de la Copa Libertadores de América.
La Lepra le dio una verdadera lección de fútbol a un rival tibio, que asumió desde el principio la inferioridad que acabó haciéndose más nítida con el paso de los minutos y al que fue demoliendo lentamente, desde el primer gol de Maxi Rodríguez hasta el que decoró el resultado, de Horacio Orzán, a poco del final.
Newell’s se hizo dueño del balón y encontró una efectividad altísima no solo en la red del Bolso, sino sobre todo en el destino y la profundidad de sus pases, con Lucas Bernardi como cerebro de una formación que rotó, hizo correr la pelota de un lado al otro y dejó casi en ridículo a un conjunto uruguayo que nunca pudo hacer pie en el Coloso.
El primer tanto de la noche fue una obra de arte: una triangulación que acabó con Bernardi penetrando por derecha y enviando un centro para que la Fiera definiera de primera. Iban 13 minutos y ya era justo que el rojinegro ganara. En ese primer acto el elenco oriental solo se arrimó gracias a un cabezazo de Alonso y una contra que desactivó la defensa local, y el segundo golpe lo asestó Curbelo en contra tras un envío rasante desde la derecha de Cáceres. Al descanso 2-0 y con olor a historia juzgada por lo visto en el campo.
Lejos de calmarse, Newell’s siguió siendo único protagonista de la circulación de balón y a los 8 minutos reventó todo tipo de ilusión uruguaya: una magnífica combinación acabó en pase de Banega para Casco y centro de este para Bernardi, que con el parietal derecho elevó las cifras a goleada.
De allí al final, todo leproso salvo alguna zozobra aislada. Y con algunos momentos de toqueteo para que bajara el “ole” de las tribunas y un tiro en el palo de Guzmán como único sobresalto, llegó el cuarto: a los 41’, Trezeguet metió una diagonal de su clase y le sirvió un centro en bandeja a Orzán, que cerró el marcador cabeceando de pique al suelo.
Le quedan a Newell’s muchos aspectos positivos más allá de lo que exhibe la chapa: porque el ciclo Berti logró el oxígeno que necesitaba para desactivar la presión y lograr que fluya el fútbol de otras tardes felices; porque la gente pudo calmar la ansiedad con dos resultados que reposicionaron al equipo en ambos torneos; y porque varios futbolistas se reencontraron con el nivel que se necesita para aspirar a luchar en los dos frentes. Lo que se dice, una noche perfecta.
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