Un experto de la UNL explica qué pasó durante el mes que ya se ubicó segundo en el ranking de los más lluviosos en los últimos diez años. El calentamiento global y su impacto en la variabilidad climática
De la Redacción de El Litoral
En 1968, Lito Nebbia con su banda Los Gatos lanzó una canción que se convirtió en uno de los emblemas del rock nacional argentino. El tema llamado “Viento dile a la lluvia”, era el ruego desesperado de un pájaro que había quedado atrapado en el nido, más de una semana, sin poder volar.
Los habitantes de Santa Fe podemos cantar a coro con el pajarito, porque en los 27 días que lleva febrero, 17 fueron lluviosos, con un total de 265,25 mm de agua caída, un nivel de precipitaciones que ya coloca a este mes segundo en el ranking de los más lluviosos en los últimos diez años.
A pesar de lo elevado, estos números no causan sorpresa entre los expertos climáticos. “No llueve más de lo esperado”, explica sacando dramatismo Ignacio Cristina, docente investigador del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). “El clima se viene monitoreando y desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ya estaba pronosticado un trimestre con lluvias normales o superiores”, indica.
Estadísticas y meteorología
La clave para entender y clasificar los fenómenos climáticos radica en el concepto de “normalidad”, que tiene mucho de estadístico. En la Argentina los meses de marzo y abril son los más lluviosos del año, mientras que febrero es una antesala a ese período de precipitaciones. Cristina explica que en los últimos diez años la media en febrero fue de 151 mm de lluvia, y 9 días lluviosos. Este dato permite ubicar al año 2014 segundo, detrás de 2010 cuando cayeron 357 mm de agua.
Que lloviera más de 100 mm por encima de la media en casi el doble de días no alcanza a clasificar lo que pasó como algo fuera de lo esperado. “No es un hecho fortuito, es algo normal dentro del trimestre más lluvioso del año. Por las condiciones de la entrada de las masas de aire, este febrero está siendo más lluvioso que el promedio de los últimos años, pero está dentro de lo esperado”, insiste el investigador.
Ahora, si la lluvia está dentro de los parámetros climáticos de la zona, lo que llama la atención de los investigadores es la intensidad y virulencia de las tormentas. El 10 de febrero, por ejemplo, llovieron 113 mm en pocas horas, provocando inundaciones en algunas partes de la ciudad, la suspensión de servicios de transporte público y serios inconvenientes al tráfico y el funcionamiento de Santa Fe. Este fenómeno se asocia con los cambios climáticos que experimenta el planeta, provocados en parte por el calentamiento global.
“A partir del aumento global de temperatura, lo que se está observando en los últimos años es una mayor variabilidad de los eventos extremos”, explica Olga Penalba, docente del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océano de la Universidad de Buenos Aires. “En el caso de la precipitación, al ser una variable que se acumula a lo largo de un período, en este caso un mes, son distintos elementos que entran en juego: el número de días que llueve, la cantidad de agua caída. Un mismo valor mensual de lluvia puede estar dado por distintas combinaciones, dos de las cuales pueden ser: pocos días de lluvia en los cuales llovió mucho o muchos días de lluvia de poca cantidad”.
Analizando los resultados climatológicos de Santa Fe, salvo las precipitaciones del 10 de febrero, el agua caída también está dentro de los parámetros de la zona. “El porcentaje de días con lluvia para el mes de febrero varía entre 25 y 35%. Por lo que vemos que febrero fue un mes bastante lluvioso. Sin embargo, si se evalúa la intensidad de lluvia, al dividir la cantidad de agua caída por la cantidad de días que llovió, nos da 15.6 mm/día, que se encuentra dentro de los valores medios para la región”, agrega Penalba.
En 1968, Lito Nebbia con su banda Los Gatos lanzó una canción que se convirtió en uno de los emblemas del rock nacional argentino. El tema llamado “Viento dile a la lluvia”, era el ruego desesperado de un pájaro que había quedado atrapado en el nido, más de una semana, sin poder volar.
Los habitantes de Santa Fe podemos cantar a coro con el pajarito, porque en los 27 días que lleva febrero, 17 fueron lluviosos, con un total de 265,25 mm de agua caída, un nivel de precipitaciones que ya coloca a este mes segundo en el ranking de los más lluviosos en los últimos diez años.
A pesar de lo elevado, estos números no causan sorpresa entre los expertos climáticos. “No llueve más de lo esperado”, explica sacando dramatismo Ignacio Cristina, docente investigador del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). “El clima se viene monitoreando y desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ya estaba pronosticado un trimestre con lluvias normales o superiores”, indica.
Estadísticas y meteorología
La clave para entender y clasificar los fenómenos climáticos radica en el concepto de “normalidad”, que tiene mucho de estadístico. En la Argentina los meses de marzo y abril son los más lluviosos del año, mientras que febrero es una antesala a ese período de precipitaciones. Cristina explica que en los últimos diez años la media en febrero fue de 151 mm de lluvia, y 9 días lluviosos. Este dato permite ubicar al año 2014 segundo, detrás de 2010 cuando cayeron 357 mm de agua.
Que lloviera más de 100 mm por encima de la media en casi el doble de días no alcanza a clasificar lo que pasó como algo fuera de lo esperado. “No es un hecho fortuito, es algo normal dentro del trimestre más lluvioso del año. Por las condiciones de la entrada de las masas de aire, este febrero está siendo más lluvioso que el promedio de los últimos años, pero está dentro de lo esperado”, insiste el investigador.
Ahora, si la lluvia está dentro de los parámetros climáticos de la zona, lo que llama la atención de los investigadores es la intensidad y virulencia de las tormentas. El 10 de febrero, por ejemplo, llovieron 113 mm en pocas horas, provocando inundaciones en algunas partes de la ciudad, la suspensión de servicios de transporte público y serios inconvenientes al tráfico y el funcionamiento de Santa Fe. Este fenómeno se asocia con los cambios climáticos que experimenta el planeta, provocados en parte por el calentamiento global.
“A partir del aumento global de temperatura, lo que se está observando en los últimos años es una mayor variabilidad de los eventos extremos”, explica Olga Penalba, docente del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océano de la Universidad de Buenos Aires. “En el caso de la precipitación, al ser una variable que se acumula a lo largo de un período, en este caso un mes, son distintos elementos que entran en juego: el número de días que llueve, la cantidad de agua caída. Un mismo valor mensual de lluvia puede estar dado por distintas combinaciones, dos de las cuales pueden ser: pocos días de lluvia en los cuales llovió mucho o muchos días de lluvia de poca cantidad”.
Analizando los resultados climatológicos de Santa Fe, salvo las precipitaciones del 10 de febrero, el agua caída también está dentro de los parámetros de la zona. “El porcentaje de días con lluvia para el mes de febrero varía entre 25 y 35%. Por lo que vemos que febrero fue un mes bastante lluvioso. Sin embargo, si se evalúa la intensidad de lluvia, al dividir la cantidad de agua caída por la cantidad de días que llovió, nos da 15.6 mm/día, que se encuentra dentro de los valores medios para la región”, agrega Penalba.
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