“Se puede hacer en seis meses o en cuatro años”, dijo el mandatario. Hoy finaliza la gira comercial por India.
El Litoral.
El gobernador, Antonio Bonfatti, distendido, dialogó con El Litoral sobre la intención del oficialismo de avanzar con la idea de reformar la Constitución provincial. Asegura que no lo desvela, pero considera que es importante que los santafesinos consagremos nuevos y necesarios derechos e instituciones. “Queremos que los partidos opinen; pero realmente no hay plazos. Estas cosas llevan tiempo, pero algún día hay que empezar a charlarlas”, dijo el gobernador.
—¿Qué prioridad tiene para el gobierno provincial la reforma de la Constitución planteada públicamente?
—No se trata de prioridad. No se trata de aseverar en este caso cuándo es un tema y cuándo es el otro. Tenemos que gobernar la coyuntura, pero la responsabilidad del gobierno es siempre tener una mirada de mediano y largo alcance. Hay que prever siempre de antemano, tratar de adelantarse a los tiempos.
El tema de la reforma no nos desvela, pero a la vez creo que Santa Fe merece que se adecue a los nuevos tiempos. Han cambiado mucho las cosas desde el año 62 cuando se sancionó la primera Constitución en la provincia. Entiendo que hay derechos, que hay institutos que deben estar en la nueva Constitución. Pero no tenemos plazos. Simplemente el gobierno abre un canal de diálogo, como ya lo señalamos el primer día en que asumimos la gestión. Serán los partidos políticos los que tendrán que tomar la decisión, porque son los que tienen los votos en la Legislatura para consagrarla.
Nosotros hemos preguntado si hay voluntad o no hay voluntad de reformar. Si hay voluntad, el gobierno abre un puente. Esto significa convocar a los partidos en una mesa, sin plazos, a dialogar, así como se hizo con la reforma penal en la provincia, que se logró después de seis años, por unanimidad, y que no tiene antecedentes prácticamente en el país.
Nos parece que sin plazos podemos convocar a la sociedad civil, a las universidades, a los constitucionalistas, e ir avanzando en un acuerdo donde todos seamos parte. El papel del gobierno es abrir el diálogo; el rol del gobierno no es ser parte, más allá de propiciar algunos aspectos. Tendemos una mesa y son los partidos los que deben sentarse y plantear lo que se quiera reformar. El gobierno no es el que hace la reforma.
—¿Qué sensación tiene tras esta primera ronda de diálogo con los partidos?
—Cuando convocamos desde el gobierno a los partidos a expresar la voluntad o no de la reforma, no lo hicimos para comenzar a hablar de la Constitución en sí misma. No está en juego acá si el Consejo de la Magistratura va a estar en la Constitución o no. Simplemente preguntamos ¿hay voluntad? Entonces convocamos a los partidos a una mesa y que lleve el tiempo que sea necesario, pueden ser seis meses, un año, dos años, tres años o cuatro años. Si hay voluntad creo que se puede avanzar.
—¿Cómo ve la posibilidad de que la reforma pueda salir después de que termine su mandato?
—Creo que a los tres millones doscientos mil santafesinos en su conjunto les conviene tener lo antes posible una nueva Constitución. La gente preguntará para qué. Para que se consagren derechos, nada más y nada menos. Para darle más fuerza es mejor que tengan rango constitucional a que tenga el rango de una ley. Hay cosas que se pueden cambiar por una ley o por un decreto, por ejemplo el Consejo de la Magistratura, por el hecho de que la Justicia tiene que resguardar toda su independencia en cuanto al nombramiento de los jueces. Si se demora más o menos tiempo no importa.
Nosotros hubiéramos querido que la reforma penal en la provincia hubiera sido zanjada en todos los aspectos en un año, pero hay que consensuar, hay muchos actores, la Justicia, la Legislatura, y recién llegamos a ponerla en marcha el 10 de febrero de este año. Escuchar opiniones de la propia Justicia, el Consejo de los magistrados, la Legislatura, conformar antecedentes, todo lleva tiempo. No hay plazos acá.
-¿Y el tema de las reelección? Hoy la provincia no la tiene y en cambio un senador puede ser reelecto indefinidamente. A la vez, el mandato de dos años de los presidentes comunales es muy corto. ¿Eso tiene que ser modificado? ¿O cree que es un tema que pueden trabar una discusión sobre la reforma?
—Yo creo que hay que abrir la Constitución en todos sus artículos y que cada cual pueda expresar lo que piensa. Me han preguntado y he expresado en su momento mi opinión personal. A partir de ahora no voy a plantear más puntos concretos de la futura reforma constitucional porque creo que el gobernador no tiene que hacerlo. Creo que los partidos políticos deben contener las voces necesarias y son los que deben expresarse en este tema. A nosotros técnicamente nos corresponde asegurar las condiciones para que ese debate pueda darse.
-¿Ha pensado qué será de su futuro político después de 2015?
—Estamos muy ocupados en gobernar, en las dificultades, tratando de que todos los sectores tengan una contención, en cumplir con nuestro mandato del plan estratégico, en cómo hacemos para integrar más la provincia, para que la inclusión social sea cada día más una realidad, fortalecer las economías para el desarrollo. Esto es lo que nos desvela todos los días.
-¿Y sobre futuro político del Frente Progresista?
—Obviamente queremos que nuestro partido siga creciendo y aspiramos a seguir gobernando esta provincia.
-¿Con qué candidato, por consenso, sin internas?
—Eso se verá. Nosotros siempre hemos propiciado el consenso, pero si no lo hay, habrá internas.
—¿Qué prioridad tiene para el gobierno provincial la reforma de la Constitución planteada públicamente?
—No se trata de prioridad. No se trata de aseverar en este caso cuándo es un tema y cuándo es el otro. Tenemos que gobernar la coyuntura, pero la responsabilidad del gobierno es siempre tener una mirada de mediano y largo alcance. Hay que prever siempre de antemano, tratar de adelantarse a los tiempos.
El tema de la reforma no nos desvela, pero a la vez creo que Santa Fe merece que se adecue a los nuevos tiempos. Han cambiado mucho las cosas desde el año 62 cuando se sancionó la primera Constitución en la provincia. Entiendo que hay derechos, que hay institutos que deben estar en la nueva Constitución. Pero no tenemos plazos. Simplemente el gobierno abre un canal de diálogo, como ya lo señalamos el primer día en que asumimos la gestión. Serán los partidos políticos los que tendrán que tomar la decisión, porque son los que tienen los votos en la Legislatura para consagrarla.
Nosotros hemos preguntado si hay voluntad o no hay voluntad de reformar. Si hay voluntad, el gobierno abre un puente. Esto significa convocar a los partidos en una mesa, sin plazos, a dialogar, así como se hizo con la reforma penal en la provincia, que se logró después de seis años, por unanimidad, y que no tiene antecedentes prácticamente en el país.
Nos parece que sin plazos podemos convocar a la sociedad civil, a las universidades, a los constitucionalistas, e ir avanzando en un acuerdo donde todos seamos parte. El papel del gobierno es abrir el diálogo; el rol del gobierno no es ser parte, más allá de propiciar algunos aspectos. Tendemos una mesa y son los partidos los que deben sentarse y plantear lo que se quiera reformar. El gobierno no es el que hace la reforma.
—¿Qué sensación tiene tras esta primera ronda de diálogo con los partidos?
—Cuando convocamos desde el gobierno a los partidos a expresar la voluntad o no de la reforma, no lo hicimos para comenzar a hablar de la Constitución en sí misma. No está en juego acá si el Consejo de la Magistratura va a estar en la Constitución o no. Simplemente preguntamos ¿hay voluntad? Entonces convocamos a los partidos a una mesa y que lleve el tiempo que sea necesario, pueden ser seis meses, un año, dos años, tres años o cuatro años. Si hay voluntad creo que se puede avanzar.
—¿Cómo ve la posibilidad de que la reforma pueda salir después de que termine su mandato?
—Creo que a los tres millones doscientos mil santafesinos en su conjunto les conviene tener lo antes posible una nueva Constitución. La gente preguntará para qué. Para que se consagren derechos, nada más y nada menos. Para darle más fuerza es mejor que tengan rango constitucional a que tenga el rango de una ley. Hay cosas que se pueden cambiar por una ley o por un decreto, por ejemplo el Consejo de la Magistratura, por el hecho de que la Justicia tiene que resguardar toda su independencia en cuanto al nombramiento de los jueces. Si se demora más o menos tiempo no importa.
Nosotros hubiéramos querido que la reforma penal en la provincia hubiera sido zanjada en todos los aspectos en un año, pero hay que consensuar, hay muchos actores, la Justicia, la Legislatura, y recién llegamos a ponerla en marcha el 10 de febrero de este año. Escuchar opiniones de la propia Justicia, el Consejo de los magistrados, la Legislatura, conformar antecedentes, todo lleva tiempo. No hay plazos acá.
-¿Y el tema de las reelección? Hoy la provincia no la tiene y en cambio un senador puede ser reelecto indefinidamente. A la vez, el mandato de dos años de los presidentes comunales es muy corto. ¿Eso tiene que ser modificado? ¿O cree que es un tema que pueden trabar una discusión sobre la reforma?
—Yo creo que hay que abrir la Constitución en todos sus artículos y que cada cual pueda expresar lo que piensa. Me han preguntado y he expresado en su momento mi opinión personal. A partir de ahora no voy a plantear más puntos concretos de la futura reforma constitucional porque creo que el gobernador no tiene que hacerlo. Creo que los partidos políticos deben contener las voces necesarias y son los que deben expresarse en este tema. A nosotros técnicamente nos corresponde asegurar las condiciones para que ese debate pueda darse.
-¿Ha pensado qué será de su futuro político después de 2015?
—Estamos muy ocupados en gobernar, en las dificultades, tratando de que todos los sectores tengan una contención, en cumplir con nuestro mandato del plan estratégico, en cómo hacemos para integrar más la provincia, para que la inclusión social sea cada día más una realidad, fortalecer las economías para el desarrollo. Esto es lo que nos desvela todos los días.
-¿Y sobre futuro político del Frente Progresista?
—Obviamente queremos que nuestro partido siga creciendo y aspiramos a seguir gobernando esta provincia.
-¿Con qué candidato, por consenso, sin internas?
—Eso se verá. Nosotros siempre hemos propiciado el consenso, pero si no lo hay, habrá internas.
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