Cuarenta minutos para que la evaluara un paramédico del Sies. Dos horas y cuarto tirada en la peatonal cerca de las 13, cuando la térmica arañaba los 40 grados.
.La Capital |
Cuarenta minutos para que la evaluara un paramédico del Sies y dos horas y cuarto para que llegara una ambulancia. Esa fue la odisea que tuvo que vivir ayer una mujer de 77 años tras caerse en plena peatonal Córdoba al tropezar con una tapa de Aguas Santafesinas SA (Assa) y los bordes levantados del cantero de un árbol. Dos horas y cuarto tirada en la peatonal cerca de las 13, cuando la térmica arañaba los 40 grados.
El Sies desestimó la demora y puntualizó que la asistencia llegó a los diez minutos. “Sí, diez minutos, pero desde que yo a los gritos reclamé que la asistieran, porque del primer llamado pasaron cuarenta minutos”, dijeron los familiares de Hilda, donde fue evaluada por los médicos dos horas y media después de la caída que la dejó obnubilada y con una herida sangrante tendida en medio de la peatonal.
Antes de las 13, el sol recalentaba el microcentro. La gente caminaba buscando el lado de la sombra, pisos y paredes ardían. Hilda, una jubilada de 77 años, entró a la farmacia que está sobre la peatonal Córdoba entre San Martín y Maipú. De allí salió unos minutos después y, con mala suerte, puso el pie en la parte irregular de la vereda. Se dobló el tobillo, cayó pesadamente y quedó obnubilada en el piso con un corte sangrante en la sien izquierda.
Tres policías la asistieron y llamaron al Sies. Allí comenzó la segunda parte de la mala suerte de la mujer. Después de varios reclamos, ya con los familiares presentes, llegó un paramédico del Sies en la Unidad de Respuesta Inmediata, es decir, una moto. Eran las 13.38.
Y recién a las 14.15 arribó una ambulancia al servicio de Pami y la trasladó. “Me avisaron a las 13, está en el celular, que mi hermana se había caído y que ya estaban esperando a la ambulancia del Sies”, relató un familiar.
Otra campana. El director del Sies, Federico Cornier, presentó otro registro del tiempo que fue rebatido por testigos y familiares en el lugar. Dijo que entre el llamado y la presencia del médico en moto, pasaron diez minutos. Y que además avisaron al Pami para que trasladara a la paciente, porque se había comprobado que no era una urgencia.
Según Cornier, en la sala de despacho del Sies se clasifica entre la urgencia, emergencia o consulta común de los llamados. “En este caso se verificó que no había urgencia y se destinó al médico que asiste en moto para que lo definiera”, comentó y dijo que la respuesta promedio del Sies es de 14 minutos.
Aunque admitió que por alguna circunstancia excepcional se puede demorar algo más y señaló que antes de despachar la ayuda se devuelve la llamada para corroborar. “A veces alguien avisa y se va del lugar, entonces no se puede comprobar el pedido, porque hay muchas llamadas falsas. Más allá de esta prevención o de si entraron o no las primeras llamadas; ¿es necesario que una persona de 77 años pase dos horas y cuarto en el piso en medio de una jornada tórrida y de la angustia de los familiares?
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