Estudiantes agrupados en la FUBA y partidos de izquierda se oponen a la asamblea. Rompieron veredas con martillos y picos. Hubo fuego, gases lacrimógenos y corridas. El vicerrector Alberto Barbieri es el principal candidato.
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Sin embargo, la prevención no fue suficiente: activistas encapuchados arremetieron contra los vallados y atacaron con piedras y palos a la policía que custodiaba la zona, donde ya se ven numerosos semáforos y paradas de colectivo destruidas.
Los jóvenes utilizaron gomeras e incluso destruyeron veredas para utilizar los escombros como proyectiles: varias personas sacaron martillos y picos de sus mochilas, para quebrar baldosas que , fragmentadas, fueron arrojadas a la policía.
Ante el violento ataque, que incluyó bolas de piedras reforzadas con pedazos de vidrio, los efectivos de seguridad arrojaron agua y gas lacrimógeno para dispersar a los agresores. Tras varios minutos de un intenso enfrentamiento, la situación se normalizó; de todos modos en el lugar se percibe una tensa calma y la violencia podría recrudecer en cualquier momento.
El consejero superior en la UBA, Alejandro Lipcovich, se refirió a los incidentes y señaló: "Desconozco a esta gente en particular (la que lanza piedras), este tipo de disturbios es una provocación contra la movilización aquí realizada. La FUBA no puede hacerse cargo por la acción de otros".
"Con esto quieren ocultar los reclamos de los estudiantes. Acá el problema no es la gente que vino a manifestarse sino por qué no entramos a la asamblea. Nosotros queremos entrar a la asamblea y que se escuchen nuestros reclamos", señaló el joven en declaraciones a radio Del Plata.
Los 236 miembros de la Asamblea Universitaria sesionan en la sala de Convenciones del anexo del Congreso para definir la elección del rector, para la que se presentaron el vicerrector y decano saliente de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri, y el ex decano de Ciencias Sociales, el sociólogo Federico Schuster.
Fuentes universitarias señalaron que a fin de garantizar el ingreso de los asambleístas el gobierno nacional, a través del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, "dispuso el uso del edificio anexo del Congreso Nacional para la Asamblea de la UBA y el vallado de la Policía Federal".
Barbieri concentra, de acuerdo a las últimas elecciones de claustros y consejeros directivos y superiores de la UBA en octubre, la voluntad de 9 de las 13 facultades y el aval del oficialismo de la universidad que gobierna la alianza de peronistas, kirchneristas, radicales, "franjistas" y hasta "massistas".
Schuster, en tanto, reúne las adhesiones de las facultades humanísticas y la de Ciencias Exactas, y también del grupo kirchnerista La Cámpora, que al igual que la FUBA rechaza a Barbieri, al que cuestionan la gestión "de búsqueda de recursos y negocios con terceros fuera de la universidad".
La reciente foto del jefe de Gabinete acordando con Barbieri la modalidad de la votación fue toda una señal del gobierno hacia los claustros de la UBA.
De los 236 asambleístas, hay 104 electores por el claustro de Profesores, 52 electores de Graduados, 52 electores de Alumnos y 28 votantes por el Consejo Superior. Para que la Asamblea sesione se requiere un quórum constituido por la mitad más uno de sus miembros. Para ser electo en la primera sesión se necesita el voto de la mitad más uno de la totalidad de los integrantes de la Asamblea y se realizarán hasta tres votaciones.
La Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) inició desde la noche de ayer un campamento con festival y vigilia frente al Congreso en rechazo de la Asamblea y anticipó que en la sesión pedirá "la reforma del Estatuto de la universidad" porteña, para que "voten todos y no las camarillas".
El copresidente de la FUBA, Julián Asiner, alineado en el Partido Obrero (PO), afirmó a la agencia DyN que la Asamblea de la UBA "es ilegítima y no tiene condiciones para sesionar" y sostuvo que en la sesión "vamos a pedir la palabra junto al sindicato docente para que se levante la sesión y se haga una nueva convocatoria sobre otra base para que voten todos y no una minoría".
En la elección de 2009, en la que el rector saliente Rubén Hallú revalidó la gestión, se decidió cambiar por las protestas de la FUBA la tradicional sede del colegio Nacional de Buenos Aires, en Bolívar al 200, por el anexo del Congreso, cuyos accesos por Rivadavia y Riobamba fueron bloquedos por los estudiantes.
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