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sábado, 7 de diciembre de 2013

ROSARIO: Cerró la etapa de pruebas y testigos en el juicio por los crímenes de Barrio Parque

Ayer declaró una ex fiscal y el lunes será el turno de los alegatos de las partes en el tramo final del proceso al verdulero Martín Santoro, acusado de tres homicidios criminis causa.
La Capital | 
Cerró la etapa de pruebas y testigos en el juicio por los crímenes de Barrio Parque

 Con la declaración de una ex fiscal que comandó uno de los allanamientos en la investigación de los crímenes de barrio Parque, cerró ayer la etapa de presentación de pruebas en el juicio oral y público contra el verdulero Martín Santoro. El lunes será el momento de los alegatos, cuando el fiscal, el querellante y el defensor expongan ante el tribunal sus pretensiones y expliquen cómo valoraron los distintos elementos presentados en las audiencias.
La quinta jornada de debate fue más breve que las anteriores ya que los defensores de Santoro, Raúl Superti y Rafael Tamous, desistieron de llamar al estrado a cuatro policías citados como testigos. El verdulero de 37 años está acusado como autor de los homicidios calificados (por ser cometidos para robar) de Concepción Lavore, Susana García de Giménez y José Savini, ocurridos ente febrero y mayo de 2010. Los dos primeros en barrio Parque, donde funciona la verdulería familiar de los Santoro, y el último en Zavalla, donde viven familiares de una empleada del negocio.
Pasado el mediodía de ayer el tribunal integrado por los jueces María Isabel Mas Varela, Roxana Bernardelli y Juan José Tutau le puso fin a la etapa de presentación de pruebas y citó a las partes para desarrollar sus alegatos el lunes, desde las 9.
Conocido. Tanto el fiscal Esteban Franichevich como el querellante Ignacio Carbone —representa a los tres hijos de Susana García— remarcaron en las audiencias la familiaridad de las dos ancianas asesinadas con la verdulería y el hecho de que allí se realizaban repartos a domicilio, con la teoría de que así habrían logrado los atacantes el ingreso a las viviendas, que no tenían aberturas forzadas.
Los elementos que más comprometieron a Santoro en las audiencias fueron el hallazgo de la huella de una zapatilla secuestrada en su casa en la vivienda del locutor Savini, el hecho de que tenía en su poder objetos robados a las víctimas (él alegó que le habían pagado para esconderlos), escuchas telefónicas y testimonios de ex imputados en la causa que le escucharon comentar su participación en varios asaltos. Como contrapartida, la defensa cuestiona la legalidad de la investigación policial y judicial durante la instrucción.
Los cinco días de discusión de la prueba dejaron al descubierto además la reticencia de algunos empleados policiales a colaborar con la investigación (hubo dos casos extremos de efectivos que casi no pronunciaron palabra con la excusa del olvido) y la falta de gimnasia de los actores en el ejercicio de juicios orales. Una estructura en la cual la defensa se movió cómoda y el tribunal se mostró titubeante al tener que resolver pleitos entre las partes.
Los otros casos. Lo más significativo de la audiencia de ayer fue la declaración de la entonces titular de la Oficina de casos con imputados NN de Tribunales, Viviana Cingolani, quien brindó detalles de la investigación. "Fueron entre ocho y nueve casos similares en barrio Parque y zonas aledañas. Todos con el mismo modus operandi. Personas del mismo barrio, solas y mayores de 70 años", analizó sobre la serie de crímenes a ancianos ocurrida entre 2009 y 2010. Sobre el modo de ejecución de las víctimas indicó que dos fueron asfixiadas (Lavore y García), mientras que el resto fueron apuñaladas y una recibió un disparo de arma de fuego.
De esa saga puntualizó especialmente el de María Inés Gómez, asesinada en enero de 2009 en su casa de pasaje Coffin 3936, casi Francia, donde atendían un minimercado dos hermanos de Martín Santoro, Federico y Cristian, quienes además vivían en esa cuadra. Indicó que en esa causa "nunca se llegó a nada", que la mujer era clienta de la verdulería y que tras su muerte los hermanos se interesaron en comprar la casa de la víctima.
Cingolani, que actualmente es jueza extracontractual, también se refirió al allanamiento en la casa de Alicia Pierpaoli, una colaboradora de la verdulería en cuyo teléfono fijo se detectaron llamadas entrantes y salientes con la casa de la asesinada Concepción Lavore la semana del crimen, y que fue desligada del caso por falta de pruebas.
La funcionaria judicial recordó que se presentó en el domicilio de Pierpaoli con personal policial y que la mujer les abrió la puerta sorprendida. Precisó que junto al teléfono se encontró una libreta telefónica donde figuraba un celular junto al número fijo y la dirección de Lavore y la siguiente inscripción: "La chica de la verdulería". Una pericia caligráfica reveló que no era la letra de Pierpaoli, quien según dijo en la instrucción solía recibir en su casa a los Santoro. Por último, la ex fiscal señaló que le llamaron la atención unos recortes de diario en el piso de la vivienda: "Eran cuatro o cinco notas del diario LaCapital sobre los hechos".

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