El tonelaje se incrementó más de un 30 por ciento en relación al promedio del año pasado. Desde hace varios meses, también parten cargas internacionales desde la capital provincial hacia Retiro.
.Diario UNO |
Los ferrocarriles definieron durante décadas el perfil de numerosos barrios de la ciudad de Santa Fe. Muchos trabajadores se asentaron en la capital provincial con sus familias entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX a raíz de la llegada de este servicio y la necesidad de mano de obra que se presentaba para el mismo.
La traza de los rieles marcó incluso los límites jurisdiccionales de varias vecinales y obligó a consecutivas gestiones municipales a planificar muchas de las obras previstas en el marco del desarrollo urbano en base al dibujo de las vías.
Luego del brutal desguace de los 90, comenzó en los últimos años una lenta recuperación del transporte ferroviario de cargas. Según fuentes del Belgrano Cargas y Logística SA –la sociedad del Estado que se hizo cargo del servicio meses atrás– consultadas por Diario UNO, hoy transitan por los rieles de la ciudad de Santa Fe entre 1.800 y 2.000 toneladas de cereales por día.
Circulan por el ejido municipal dos trenes diarios. Uno de ellos arriba desde el norte (Salta o Chaco), con un promedio de 45 vagones cargados. El otro regresa vacío, con alrededor de 50 vagones, procedente de Rosario, para volver a ser cargado.
No hay horarios fijos, porque el servicio funciona a demanda, pero nunca son más de dos por día, dado que por las obras de renovación de vías en distintos sectores de la provincia –entre Maciel y Coronda; y entre San Justo y San Cristóbal, por ejemplo– se evita la circulación de 6 a 18.
Más producción
El año pasado, el promedio mensual de cargas que circulaba por los ocho mil kilómetros de la línea Belgrano era de alrededor de 70 mil toneladas. En 2013, el tonelaje osciló entre 90 mil y 100 mil por mes. De esa cifra, pasan por Salta-Chaco-Santa Fe entre 55 mil y 60 mil mientras que el resto hace el recorrido Tucumán-Córdoba-Rosario.
De las 100 mil toneladas mensuales de granos, alrededor de 45 mil se producen en Chaco y Santa Fe. Las cargas más importantes son tras las cosechas de soja. En enero y febrero, se repite la cantidad de vagones, aunque con muchas menos toneladas porque se traslada girasol.
Por otra parte, desde hace varios meses, también parten desde el Puerto de Santa Fe cargas internacionales. Se envía alimento balanceado hasta Retiro y desde allí parte en barco al exterior. Además, hay cargas internacionales originadas en Barranqueras, Chaco, de carbón vegetal.
Sin barreras
En la ciudad de Santa Fe, el personal de Belgrano Cargas ronda las 60 personas, distribuidas en diferentes tareas. Hay alrededor de ocho o nueve trabajadores por turno que deben abocarse, cada vez que pasa el tren, a la función de banderilleros –desde los jefes de estación, auxiliares, cambistas u otros– dado que no hay barreras en ninguno de los 27 pasos a nivel existentes en la capital provincial.
Si bien la señalización vial horizontal y vertical se encuentra en condiciones en la mayoría de los cruces, a partir de la década del 90 los brazos metálicos sobre las vías comenzaron a desaparecer, hasta extinguirse por completo.
Si bien la señalización vial horizontal y vertical se encuentra en condiciones en la mayoría de los cruces, a partir de la década del 90 los brazos metálicos sobre las vías comenzaron a desaparecer, hasta extinguirse por completo.
En manos del Estado
La línea del Belgrano Cargas es la más extensa de la red ferroviaria argentina, con un total de 10.841 kilómetros. En su época de mayor funcionamiento, llegó a unir la estación de Retiro con Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, ingresando al país vecino por la localidad de Villazón.
Las décadas transcurrieron y los trenes transitaron por etapas de gran esplendor en la década del 50 hasta ingresar luego en un declive que alcanzó su punto más bajo durante la fiebre privatizadora del menemismo, que dividió en tres líneas el servicio de pasajeros y entregó el que denominaron Belgrano Cargas a un consorcio encabezado por la Unión Ferroviaria.
A partir de allí, los rieles quedaron condenados al abandono. En la década del 50 contaba con 44 mil kilómetros de vías férreas, mientras que a fines de los 90 quedaban sólo 22 mil kilómetros en uso, la mitad de lo que se llegó a desarrollar.
Este año, el Estado retomó el control del mismo mediante la constitución de la sociedad Belgrano Cargas y Logística Sociedad Anónima, en la órbita del Ministerio del Interior y Transporte.
La recuperación del servicio prevé acompañar la producción de las provincias del noroeste y noreste del país, debido a que permitirá el transporte de su producción hacia los principales centros de consumo y puertos.
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