"Se verificó sin pérdida, orden de trabajo archivada". Con esa observación, un inspector de Litoral Gas que el 26 de julio rehabilitó el servicio en Salta 2141 tras la intervención de un gasista dio por finalizada la fiscalización de la empresa en las instalaciones de las tres torres. Lo hizo tras una segunda constatación el 2 de agosto, apenas cuatro días antes de la tragedia.
La Capital |
Ayer ese empleado fue indagado e imputado por el estrago culposo agravado por las 22 muertes. Lo mismo ocurrió con otros dos compañeros suyos, a los que les atribuyen impericia en los controles.
Según el trámite judicial donde se investiga el mayor desastre que recuerde la ciudad, esta semana tres inspectores de Litoral Gas quedaron imputados por realizar deficientes controles que prepararon el escenario en el que finalmente apareció en escena el gasista Carlos Osvaldo García, quien el 6 de agosto cambiaba un regulador de gas cuando se registró la fuga que ocasionó la conmocionante explosión.
Como ocurrió con sus otros dos compañeros que intervinieron entre el 25 y 26 de julio, ayer fue el turno del inspector Luis Curaba, un hombre con años de experiencia, empleado de la ex Gas del Estado que se mantuvo en Litoral Gas tras su privatización. Se lo imputó, junto a Guillermo Oller, de haber reconectado el servicio de gas cuando las condiciones de la instalación no eran las más seguras.
Además, el 2 de agosto Curaba volvió a realizar una verificación en el edificio. En ese aspecto surgen contradicciones, ya que al prestar declaración informativa dijo que ese trámite se lo había ordenado un jefe, pero ayer no lo mencionó y dijo que había sido personal de menor jerarquía.
Ese día, a las 9, dejó constancia en un acta: "Se verificó sin pérdida, orden de trabajo archivada", procedimiento que no lleva la firma ni aval de ningún vecino del condominio. Esa fue la última inspección oficial que hizo la contratista previo a la tragedia.
Este inspector ya había rehabilitado el servicio junto a Oller el 26 de agosto, luego de los trabajos que realizó el primer gasista, Juan Allala. En esa oportunidad, la orden de trabajo especificó: "Se rehabilita, llave de tapón lubricada".
"No entiendo de qué se me acusa, fui con Oller y no había pérdida. No tenía ni la más remota idea de la participación de García", indicó ayer Curaba al rechazar la acusación durante la indagatoria. En ese acto, al igual que sus compañeros coimputados, no ratificó la declaración que hizo el 8 de agosto (informativa) y tampoco aceptó preguntas de la fiscal Nº 11, Graciela Argüelles, ni de la jueza de Instrucción Nº 10, Irma Patricia Bilotta, al frente de la pesquisa.
Empresa complicada. Esta semana Litoral Gas sumó complicaciones en la causa. El lunes fue imputado el inspector Gerardo Bolaños, quien cortó el gas el 25 de julio sin poner un cepo de seguridad (como lo indica la normativa), lo que permitió que el gasista Allala manipulara la válvula de corte para verificar la pérdida denunciada por una vecina del 9º piso. Y tampoco le requirió especificaciones de la reparación.
El miércoles fue el turno de Guillermo Oller, quien junto a Curaba reconectaron el servicio el 26 de julio. A los dos se le endilga no efectuar un control integral sobre la instalación y, sin un informe técnico de Allala, omitir la revisión departamento por departamento para verificar si los artefactos funcionaban correctamente, y habilitar el servicio con un sólo regulador del flujo público al domiciliario, cuando las disposiciones legales indican la instalación debe tener dos si hay más de cinco medidores. En los próximos días la causa podría sumar más imputaciones contra la empresa por el accionar del empleados a cargo de áreas vinculadas a los controles. Hasta el momento ya suman ocho los acusadas por los resultados de la explosión.
A los tres nombrados se suman el gasista García y su ayudante Pablo Miño, y los administradores del edificio: Mariela Calvillo, Norma Bauer de Calvillo y Carlos Repupilli.
Comenzó la demolición de las torres
Los operarios de la empresa Milicic S.A comenzaron ayer con la meticulosa tarea de demolición de las estructuras que quedaron en pie de las torres de Salta 2141.
En las tareas trabajarán 37 operarios que irán desmontando las losas, que luego serán retiradas con una gran grúa que está apostada frente a las estructuras, por calle Salta.
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