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viernes, 15 de noviembre de 2013

CENTRAL: TRAS EL TRASPIÉ DE LA B, APARECE EL EMPUJE DE LOS MÁS CHICOS

Los tres años que sufrió Central en la B Nacional ocasionaron inconvenientes en distintos niveles. Más allá de lo que significó la mella en el orgullo, hubo otros desmejoramientos más palpables. El económico es uno de ellos, ya que el club pasó a percibir mucho menos dinero por parte de la AFA por los derechos de televisión.
.La Capital | 
CENTRAL: TRAS EL TRASPIÉ DE LA B, APARECE EL EMPUJE DE LOS MÁS CHICOS

 Pero siempre se hizo hincapié en la falta de competencia a la que tuvo que someterse una camada de jugadores por no poder participar con la división reserva. Russo puso el foco en ese aspecto ni bien llegó al club (amén de la imperiosa y única necesidad que significaba el retorno a primera división) y por eso intentó llevar ambos procesos en paralelo: lograr el ascenso y, de la misma forma, apuntalar a los más jóvenes, para que todo ese tiempo perdido pasara lo más inadvertido posible. La aparición de varios juveniles y la buena labor que está cumpliendo la reserva tal vez sirvan como ejemplo.
"Nunca me gustó hablar de casos individuales, pero sé que hay muchos chicos que vienen trabajando muy bien y que están para dar el salto". Palabras más, palabras menos, es lo que dice el DT cuando se lo consulta por las condiciones de los más jóvenes.
Walter Acuña hizo su aparición en el fútbol grande el pasado fin de semana e inmediatamente se especuló con que podía seguir en el equipo (seguramente ocupará un lugar en el banco ante Vélez). Lucas Lazo apareció para suplir la ausencia de Delgado una vez y hoy está otra vez entre los once por la misma vacante. Pablo Becker fue el único futbolista por el que el club recibió una oferta en el último libro de pases y el técnico pidió expresamente que se quedara. Tomás Berra hasta aquí jugó poco pero cuenta con la confianza de técnico. Jonatan Schulze (hoy lesionado) también tuvo su chance. Son algunos de los nombres que aparecieron en escena, aunque con escasos minutos, en un torneo en el que sólo se llevan jugadas 15 fechas, y con la exigencia ya por todos conocida.
Por ahí no es tan relevante la cantidad de partidos ni de minutos que tengan en cancha, sino la consideración que Russo hace hoy de sus presentes. Es que esa valoración pareciera ser tanto o más importante que algunas conclusiones ya expuestas y esgrimidas.
El pensamiento del entrenador canalla sobre las condiciones, pero sobre todo de la evolución, de muchos juveniles que hoy forman parte de una reserva que marcha puntera es la arista más importante.
Entre sus allegados, Russo confió, sin dar nombres ni precisiones, que hay algunos futbolistas que "ya están ahí", como para dar el salto. Sabe que "ese tiempo va a llegar y que a nadie le va a ser fácil", pero entiende que existe una base que viene empujando con todo. Tal vez mucho más rápido de los que él mismo imaginaba.
Es más, hace un par de semanas el propio técnico anticipó que "es muy probable que en el próximo semestre haya muchos chicos que quieran comerse a los que hoy ocupan un lugar en el banco".
Jugadores como el propio Berra, Walter Montoya, Federico Flores, Jonás Aguirre, Franco Cervi, Fernando Piñero, Bruno Zabala, Víctor Salazar (entre otros) figuran en esa lista que es evaluada entrenamiento tras entrenamiento.
Sí hay un plan de acción que intenta cumplirse a rajatabla: los momentos de cada uno de ellos deben ser respetados. "Tenemos los plazos ya previstos y no pensamos alterarlos. Sí estamos contentos porque los chicos de la reserva son todos del club", dijo Russo hace poco más de una semana.
Por supuesto que también ayuda la mejoría en los resultados. Para un chico no es lo mismo ingresar en momentos en que las papas queman, que hacerlo en un espacio que les sea mucho "más natural", como le gusta decir al DT.
Desde aquella idea que tuvieron los dirigentes canallas de jugar un torneo de reserva en la B Nacional, cuando el equipo era conducido por Juan Antonio Pizzi, a hoy hubieron más frustraciones que logros. La llegada de Russo potenció esas intenciones. Se armó un selectivo que jugó muchos más partidos, pero el ascenso trajo mayor competitividad. Hoy, en la ardua tarea de sumar puntos para mantener a Central en la elite del fútbol argentino, los más chicos ya van empujando.

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