Mujica trató de vieja a Cristina Kirchner, Berlusconi calificó de “culona inchiavabile” a Merkel, Franco festejó la muerte de Chávez y Batlle llamó ladrones a los argentinos
Crédito foto: Reuters
Los dichos del uruguayo José Mujica sobre la mandataria argentina Cristina Kirchner -“Esta vieja es peor que el tuerto”- hicieron recordar otros episodios escandalosos entre mandatarios mundiales.
El ex premier italiano Silvio Berlusconi fue uno de los líderes que más explicaciones debieron darles a sus pares. Es que protagonizó dos de los escándalos “interpresidenciales” más resonantes de los últimos años. El primero, y quizás es el más recordado, es el famoso “culona inchiavabile”.
Fue el diario italiano Il Fatto Quotidiano el que desveló la temida frase que el primer ministro Silvio Berlusconi soltó sobre la canciller Angela Merkel en una conversación telefónica grabada.
Según cuenta el diario, Berlusconi conversaba con Tarantini, director del periódico Avanti(propiedad del primer ministro), cuando a éste no se le ocurrió otra cosa que soltar, de manera bastante vulgar y con sólo dos palabras, que la canciller alemana era "una culona con la que no habría manera de tener sexo".
El ensañamiento de "Il Cavaliere" con otros mandatarios no terminó con Merkel. El poderosísimo Barack Obama también fue blanco de sus bromas. En 2008 declaró sobre el presidente de los Estados Unidos: “Es joven, guapo y está bronceado”.
“Yo dije que Obama estaba bronceado por envidia, porque para mí es un cumplido. Dije además que era alto, porque yo tenía la misma estatura que (el entonces presidente y actual primer ministro ruso, Dmitri) Medvédev, pero a él se lo considera normal y yo, sin embargo, estoy considerado como un enano", intentó defenderse el italiano en aquella oportunidad.
Además de Mujica, otro uruguayo estuvo en el centro de la polémica. En 2002, el entonces mandatario Jorge Batlle afirmó: "Los argentinos son una manga de ladrones, del primero hasta el último". La frase del ex presidente uruguayo fue un acto de sinceridad brutal. El micrófono de la cadena de noticias Bloomberg estaba abierto y el mundo fue testigo de su verdadera opinión.
El chileno Sebastián Piñera también olvidó los micrófonos durante la campaña presidencial de 2009. "Hagan espacio para los que tienen que estar y a los dos huevones que están de más, sácalos al tiro", dijo el candidato presidencial cuando se demoraba el comienzo de un acto en la Quinta Región.
Otro que sufrió al no advertir que una cámara aún estaba prendida fue el candidato presidencial estadounidense Mitt Romney. En septiembre de 2012 estalló el escándalo: el republicano admitió que no le importaba la mitad de los votantes.
"Hay un 47% de personas que votarán por el presidente (Obama) sin importar nada", declaró el republicano. "Hay un 47% que está con él, que son dependientes del Gobierno, que creen que son víctimas, que piensan que el Gobierno tiene la responsabilidad de preocuparse por ellos, que creen que tienen derecho a servicios de salud, alimento, vivienda, lo que ustedes digan".
El ex gobernador de Massachusetts indicó que su papel no era preocuparse por esa gente. "Nunca los convenceré de que deben tomar la responsabilidad personal y hacerse cargo de sus vidas".
Otro de los episodios entre gobernantes ocurrió hace pocos días, cuando el paraguayo Federico Franco se alegró por la muerte del venezolano Hugo Chávez sin medir las repercusiones. "Es un milagro que el señor Chávez desapareciera de la faz de la tierra, porque le hizo mucho daño a mi país", sostuvo desde España.
Cuando aún no era presidente de España, Mariano Rajoy también soportó el escarnio público cuando calificó de “coñazo” la obligación de participar en el desfile del 12 de Octubre. En España, se trata de una de las fechas nacionales más importantes y su fastidio contradijo la conferencia de prensa que especialmente convocó para hablar del “orgullo de ser español”.
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