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domingo, 31 de marzo de 2013

ROSARIO. Por el auge de los robos ahora ya aseguran las bicicletas


El efecto bicisenda dejó al desnudo otra realidad: a esos rodados se los llevan de cualquier parte y hay pólizas según los precios de los rodados, que oscilan entre 700 y 2 mil pesos. Para evitar un hipotético asalto, un obrero dejó su bicicleta colgada para trabajar en una obra en construcción.
.La Capital | 
Por el auge de los robos ahora ya aseguran las bicicletas
La implementación de las ciclovías en Rosario avanza a la par de los robos de bicicletas. El combo ligado al auge que las autoridades quieren darles despertó un negocio impensado hasta hace poco tiempo. Una compañía aseguradora incorporó una póliza para estos rodados como parte del “avance de este mercado”.
   Mientras la empresa ya ofrece en Rosario opciones según el valor de las bicicletas, los usuarios se plantean un contrasentido: por un lado se muestran felices de que se fomente su uso, pero, por el otro, se lamentan de que se las sustraigan “cada vez más” en plena vía pública “a mano armada” o “rompiendo las lingas” que se usan para dejarlas atadas en la calle.
   Los números lo ratifican, aunque la realidad es altamente peor que lo que expresan ya que la mayoría de la gente no denuncia este tipo de episodios, tal como las propia policía lo reconoce.
El departamento de Análisis Delictivo de la Unidad Regional II indicó que durante 2012 robaron 400 bicicletas y en los primeros dos meses de este año ya son 78. Según las estadísticas, la zona de Alberdi (seccional 10ª) es la más complicada (ver infografía).
   Los testimonios de los afectados surgen permanentemente en cualquier parte de la ciudad. “Cualquiera que ande en bici te lo puede decir; casi no hay gente que haya resultado perjudicada por los choros”, dijo sin medias tintas Andrés, un joven de 17 años que hasta va al colegio en bicicleta todas las mañanas y se jacta de haber sido “uno de los primeros” en usar la ciclovía de avenida Pellegrini que se inauguró hace dos semanas con la intendenta que se sumó al “pedaleo” oficial.
   “Somos pioneros en incorporar este sistema de seguro porque vimos que hay una fuerte posibilidad de negocio por varios motivos: es un medio de transporte en crecimiento y, a la vez, un deporte que se practica con una frecuencia cada más fuerte”, dijo desde Buenos Aires el gerente de Líneas Comerciales de Liberty Seguros, Marcelo Perona, una compañía que cuenta con sucursal en Rosario donde se ofrecen las pólizas.
   En efecto, la propuesta fue pensada para rodados más caros que sean difíciles de reponer de inmediato ante un ilícito o destrucción.
   El contrato con la empresa puede efectivizarse siempre que el valor del bien sea de 3.000 pesos o más (hasta 40.000). “El productor cotiza la bicicleta vía web y listo”, confirmó Perona antes de remarcar que el monto a pagar “varía en función de la suma asegurada”.
   Así, por una bicicleta valuada en 5.000 pesos se pagan unos 700 pesos al año; por un vehículo de 10.000, alrededor de 1.300; y por una bici de 20.000, cerca de 1.800.
   Al no ser bienes registrables, ¿cómo operan?, preguntó La Capital. “Las bicicletas tienen un número de serie y de cuadro. Eso, más la factura de compra, es suficiente”, indicó el referente de Liberty conforme de haber inscripto 300 pólizas en distintas ciudades (el 10 por ciento en Rosario) en seis meses.
   “Y, en el caso de que sea un rodado usado, se necesita una foto y la valuación emitida por una bicicletería reconocida por la compañía”.
   El seguro es por robo, incendio y responsabilidad civil (se reparará el daño que una persona ha causado a otra).
   “Hoy en día, este tipo de vehículos se está valorizando porque se fabrican modelos muy modernos e importantes”, justificó también el referente empresarial. Y ejemplificó que, con el paso del tiempo, “los fanáticos de las bicicletas invierten dinero agregándoles detalles deportivos, de seguridad y estéticos”. Por eso, un robo puede resultar un severo impacto.
Matías, un joven de 32 años que se dedica a la fotografía, sabe bien qué significa perder su medio de transporte: ya le sustrajeron seis bicicletas. “Después de cada robo no me quedaba otro remedio que comprarme una nueva, porque no tenía otra posibilidad de locomoción”, dijo a este diario.
“La mayoría de las veces me las hicieron desaparecer al dejarlas atadas a algún lugar en la calle, pero también me amenazaron con un cuchillo y me la robaron junto a la mochila y la billetera”, recordó.
   Los relatos abundan. Clara volvía en bicicleta a su casa ubicada en Amenábar al 400. “Eran cerca de las 21 cuando, al cruzar Virasoro y Buenos Aires, se me acercaron dos chicos en una bici, me encerraron contra el cordón y tuve que frenar. Me pidieron la mía, pero yo me negué, entonces exigieron que les diera la campera que tenía puesta. Como era de mi hermano les rogué que no me la sacaran. Entonces insistieron con la bicicleta”, contó. Al final se las entregó y se fue caminando hasta la esquina donde justo pasaba un taxi. Lo paró y le contó con desesperación, bronca e impotencia lo que le acababa de pasar. “Me subí al taxi, que iba con un pasajero, que se compenetró con el problema. Intentamos alcanzar a los chicos, pero no los encontramos”. Después de ese suceso, Clara admitió que le costó cuatro años volver a subir a un rodado y salir sin miedo a la calle.
A Esteban (18 años) le robaron dos veces la bicicleta que usa para trasladarse del club a su casa o para hacer trámites en el centro. En las dos oportunidades la había dejado atada, pero no le sirvió de nada porque cuando volvió ya no la encontró más. Ahora anda con una “medio viejita” para evitar un nuevo ilícito. El adolescente confesó que siempre piensa bien a qué lugar va a ir y en qué horario para no encontrarse con los delincuentes.
Da la sensación de que la clave para no tener que sufrir estos episodios está en cómo atar la linga.
“Tenemos muy buenas”, sostiene Oliver Vitola, integrante de Camorra Bike, un grupo de rosarinos que se junta a pedalear a nivel urbano. “Nosotros posteamos cómo hacerlo bien y recomendamos usar unos candados estadounidenses especiales marca Kryptonite”. En este sentido, el joven recomendó comprar buenas cadenas, que pueden costar alrededor de 200 pesos. Y si no, contratar un buen seguro.

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