Para un albañil no hay nada peor que trabajar con un aprendiz inexperto o con algún colega holgazán, pero jamás ninguno de ellos se imaginaría tener de compañero a un fantasma que, encima de hacerle la vida imposible, le hará revocar las paredes con los pelos de punta. Así sucedió en una obra en construcción en la localidad mendocina de Maipú, y ya hartos de tanto espanto decidieron abandonar el trabajo antes de terminarlo.
Los vecinos de unos locales comerciales que se estaban construyendo en la avenida Gabrielli al 3.500, de Luzuriaga, aún no salían de su asombro por la rareza de los sucesos paranormales ni por la decisión impulsiva de los obreros.
Algunos de ellos no sabían lo que estaba pasando, pero otros ya estaban al tanto de los inconvenientes que tenían a diario los albañiles por culpa de "su ayudante" del más allá.
Uno de los vecinos (el cual quiso mantenerse en el anonimato) contó a Diario UNO de Mendoza que en septiembe de este año entre dos o tres obreros comenzaron la obra. Todo parecía andar sobre angarillas, hasta que empezaron las travesuras de algo o alguien desconocido.
"Detrás de la obra hay una casa que no vive nadie y ahí pasaban las cosas. Antes, hace varios años, vivía una mujer mayor pero falleció y su hija después la vendió, siempre y cuando una pieza de la casa permaneciera intacta", detalló el hombre.
"Una de las cosas que me contaban los muchachos es que estaban laburando en la calle con una moldadora y de repente alguien desenchufaba el cable desde adentro. Pasaba seguido, entonces cansados ya de esto decidieron instalar directamente el cable al enchufe pero pasaba lo mismo: iban adentro y lo encontraban arrancado. Y era imposible que alguno lo hiciera porque por lo general trabajaban dos y los dos estaban en la vereda", prosiguió.
El testigo indirecto del susto albañil también se refirió a extrañas desapariciones y sugestivas apariciones. "Las llaves o algunas herramientas desaparecían y al otro día volvían aparecer en el mismo lugar. También las canillas: cuando llegaban a la mañana se encontraban con que estaban abiertas. Una vez me contaron que apareció en el fondo una cruz blanca sobre el piso, como si fuera de cal. Yo la vi. La borraron y al tiempo, creo que anteayer, volvió aparecer. Después llovió y la cruz no salió. Eso los horrorizó tanto que hoy día hablaron con el dueño y dejaron de trabajar", comentó.
Otro vecino de la cuadra (que también solicitó reserva de identidad) aseguró que otros de los infortunios paranormales hasta les dejó a unos de los trabajadores una marca en el cuerpo, como un estigma de un alma indómita y con pocas pulgas.
"Uno de los albañiles se metió al baño de la casa para cambiarse porque ya había terminado (trataban de irse rápido, antes que oscureciera) y de repente algo le cerró la puerta en la espalda. Quería abrirla pero era imposible y estuvo ahí a los gritos hasta que pudo salir. Fue tan fuerte el golpe que la espalda le había quedado morada. Yo lo vi porque él me la mostró", afirmó entre sorprendido y crédulo.
"Hay que ver para creer pero por la actitud de ellos no me queda otra que creer. Estaban horrorizados. Si hasta hablaban de venir algún día con un sacerdote o directamente dejar de trabajar, aunque la obra no quede terminada", agregó. "Pero van a tener que volver, porque se fueron y dejaron las herramientas adentro", se relamió.
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