La estadística corresponde a los últimos 10 años, según los datos de la Sedronar. Santa Fe no está exenta, pero la ingesta es menor que en la provincia de Buenos Aires. Se relevó a tres mil estudiantes.
Según los datos oficiales de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) en Argentina se triplicó el consumo de drogas ilícitas entre los adolescentes en los últimos 10 años. No obstante, la comparación entre las provincias demuestra que Santa Fe fue la que registró menor consumo en marihuana, pasta base, cocaína y éxtasis.
Estos datos cobraron mayor relevancia en momentos en que el narcotráfico involucra a la policía de la provincia y salpica al gobierno de Antonio Bonfatti.
En un seminario sobre seguridad democrática, organizado por el Centro de Estudios Municipales y Provinciales de Rosario (Cemupro), el diputado provincial bonaerense por Afirmación para una República Igualitaria (ARI), Sebastián Cinquerrui, presentó la información de la Sedronar al remarcar que “se triplicó el consumo de marihuana y cocaína y se duplicó el de pasta base en todo el país”. En este sentido, Santa Cruz registra un 16,9 por ciento en consumo de marihuana, Buenos Aires 12,1 por ciento, Capital Federal un 10,7 por ciento, y Santa Fe 8 por ciento.
Estos datos comparados demostraron que, en promedio, en la provincia de Santa Fe el consumo fue menor.
El también sociólogo manifestó que “cuando se dan estos crecimientos tan intensos y abruptos interactúan muchos factores sociales, políticos y económicos”, y especificó: “En la última década en Argentina no hubo políticas de Estado fuertes para combatir el narcotráfico”.
“Una muestra de ello fue la facilidad y la falta de control para que ingresen al país precursores químicos como la efedrina (que se utiliza para elaborar medicamentos, pero también drogas ilegales), cuando se prohibió la entrada en Estados Unidos y México”, señaló.
El diputado nacional prosiguió: “En 2006, de 5 toneladas de efedrina que entraban al país se pasó a 25 y nadie preguntó dónde iba lo que no se usaba para la industria de los medicamentos. La suba de la oferta en esta economía capitalista también aumenta la demanda”, dijo refiriéndose a una de las causas que incidieron en el incremento del consumo de sustancias en la última década.
A modo de ejemplo, Cinquerrui comentó que en esos años “un maxiquiosco compraba 1.200 kilos de efedrina y un laboratorio como Bagó no llega a utilizar 700 kilos en todo un año”.
Consultado sobre la situación de Santa Fe, el diputado dijo que “el crecimiento en el consumo se dio en forma similar a las otras grandes provincias del país. Pero igual, Santa Fe está por debajo de la media nacional”, aclaró.
Asimismo, reconoció que “las rutas 34 y 11 son caminos por donde llega la droga y no hay ningún tipo de control”. Pero, subrayó que “toda provincia que enfrente al narcotráfico debe tener espalda y, si el gobierno nacional no apoya a esa provincia, se podrá avanzar muy poco”, sentenció.
La última encuesta realizada por el organismo nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas, factores de riesgo y protección asociados fue realizada en el segundo semestre de 2011.
En la provincia de Santa Fe se relevaron 3.016 estudiantes, lo que conforma un 3,3 por ciento de la muestra nacional. En este informe se observa que “un 10,2 por ciento de los estudiantes consumió alguna droga ilícita en el último año y la de mayor prevalencia fue marihuana (8 por ciento), seguida por cocaína (2,7 por ciento). El uso sin prescripción médica de tranquilizantes alcanzó al 2,9 por ciento de los estudiantes y el de estimulantes el 1,5 por ciento. Además, consumió pasta base o paco el 1,1 por ciento de los alumnos y el 2,4 por ciento algún solvente o sustancia inhalable.
Por otro lado, se presentó el promedio de edad de inicio en el consumo de sustancias. El informe muestra que los chicos empiezan a consumir marihuana a los 15 años, pasta base o paco a los 12 y cocaína y éxtasis a los 14.
Respecto del conocimiento de los riesgos que implica el consumo de las sustancias, se observó que para la mayoría de los escolares probar marihuana o cocaína una o dos veces tiene un riesgo leve. El 18 por ciento tuvo curiosidad por consumir alguna droga ilícita. El 8,4 contestó que la probaría, y el 23,5 manifestó que le habían ofrecido marihuana alguna vez. Finalmente, quedó demostrado que la prevalencia fue mayor entre los chicos que recibieron la oferta que en aquellos que no.
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