Unas 2.700 mujeres mueren por día en el mundo a causa del tabaquismo. Y si bien al dejar de fumar se pueden subir hasta siete kilos, una especialista dijo a Infobae.com que “el aumento de peso es menos grave de lo que se cree y los beneficios son mucho mayores”. Las enfermedades que trae el cigarrillo
Por Valeria Chavez
En el mundo hay mil millones de fumadores y 250 millones de fumadoras. Y en los últimos años se observó un incremento significativo en el consumo de tabaco en las mujeres. En la Argentina, el 22% de la población femenina fuma.
A lo que parecen simples datos estadísticos pueden agregársele algunos más: 110 fumadores pasivos mueren por día en el país…el tabaquismo quita, en promedio, entre 8 y 10 años de vida…y la lista podría seguir….
Lo peor de todo es que, aun conociendo esos datos, en las mujeres prevalece el temor a engordar a la hora de decidir dejar de fumar.
Mitad mito y mitad realidad, la versión está instalada: dejar de fumar, engorda.
“A la mujer le cuesta más dejar de fumar que al hombre porque tiene muy asociada la imagen del éxito, la delgadez y fumar“,
consideró la médica neumonóloga María Inés Medín (MN 76158), quien
destacó que “a través de múltiples campañas publicitarias se grabó en
las mujeres esta asociación, que es errónea”.
Para la presidente del Congreso Argentino Tabaco o Salud,
que se desarrolla en Buenos Aires hasta mañana y del que participan
especialistas de todo el país, “lo que hay que informar es que hay
medicación para dejar de fumar”.
“En realidad, uno cuando hace un tratamiento para dejar de fumar trata el cambio de conducta (lo cognitivo conductual) y el aspecto farmacológico
y muchas veces trabaja un equipo multidisciplinario que cuenta con un
nutricionista, que la va ayudar y relajar para saber que si hace
actividad física, toma agua, come bien y toma la medicación como se le
indica no va a aumentar de peso y si aumentara al estar contenida por
especialistas los va a bajar”, sintetizó la especialista a Infobae.com.
Tras asegurar que “el hecho de poder dejar atrás el consumo de tabaco
trae aparejado beneficios considerablemente mayores que cualquier otro
problema que pueda acarrear un ligero aumento de peso”, la especialista
remarcó la importancia de que en todo equipo médico de cesación
tabáquica haya nutricionistas para explicar a la mujer que “con
determinadas pautas de alimentación, una dieta saludable y hasta
comiendo más quizá adelgace”.
Recomendaciones nutricionales que hay que saber
* Los consejos que se brinden en estos casos deben ayudar a controlar la ganancia de peso pero sin ser excesivamente restrictivos para evitar la recaída en el consumo de tabaco.
* Se debe incluir en la alimentación variedad de vegetales y frutas frescas, lácteos descremados, cereales y panificados integrales.
* Organizar la alimentación en cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena, de ser necesario incorporar colaciones.
* Aumentar el consumo de agua. Tomar agua en los
momentos de la tentación de encender un cigarro resulta muy eficaz y
aporta grandes beneficios para el organismo.
* Existen fármacos y productos de venta libre que
ayudan a dejar de fumar como el reemplazo de nicotínico que retrasan el
aumento de peso mientras dura el tratamiento. Una vez finalizado el
mismo, la persona podría iniciar un tratamiento nutricional para bajar
de peso.
Los efectos del cigarrillo en la salud
Antes que lo que refleje la balanza, las mujeres fumadoras deberían
preocuparse por el daño que el cigarrillo ocasiona en su salud.
Por ejemplo, la mujer fumadora que toma anticonceptivos orales tiene mayor riesgo cardiovascular y presentan mayor riesgo de desarrollar hemorragia cerebral, trombo embolismo de pulmón y ACV.
Además de la incidencia de cáncer de pulmón –propia de todo fumador- en las mujeres se presenta aumento de cáncer de vejiga, riñón y páncreas, así como mayor riesgo de cáncer de mama y cuello uterino.
Y por si las causas “de vida o muerte” no pesan en la balanza a la
hora de decidir dejar el vicio, hay otras más frívolas pero no menos
verdaderas: el tabaquismo tiene un impacto sobre muchos aspectos del
atractivo físico, como la aparición precoz de arrugas faciales, deterioro general de la piel, mal aliento, color amarillento en las uñas y en los dientes, son algunas de las consecuencias del fumar.
¿Hijos fumadores pasivos?
Bien sabido es que el tabaquismo es una de las causas de esterilidad.
Esto debido a que las mujeres que fuman tienen menos cantidad de
hormonas y la movilidad de las cilios que tienen las Trompas de Falopio
es menor.
Es por eso que los especialistas aconsejan que “la mujer debería
dejar de fumar por lo menos seis meses antes de buscar un embarazo”.
“Además –enfatizó Medín- si la pareja igualmente fuma la movilidad de los espermatozoides también es menor”.
Aún así, si la mujer fumadora logra la tan ansiada gestación, en el embarazo tendrá “más probabilidad de tener abortos espontáneos, placenta previa”, así como “bebés con bajo peso al nacer y riesgo de muerte súbita del lactante“.
“Y cuando le dé de mamar a su bebé, lo hará fumador pasivo porque la nicotina pasa, no sólo por su leche, sino por la piel y el pelo”, acentuó.
Como cierre, remarcó que en la primera infancia los hijos de madres
fumadoras presentan asma, alergia, otitis, sinusitis, rinitis o
neumonías. “El fumar disminuye en los niños una de las barreras
principales de defensa a nivel de todo el árbol bronquial”, finalizó.
Ahora que lo sabe, ¿sería capaz de prender el próximo cigarrillo?
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