domingo, 11 de marzo de 2012

SANTA FE: “No disparó sólo porque no tenía balas”

Cinco vecinos de Barrio Guadalupe arreglaban una alarma comunitaria cuando un joven los apuntó con una pistola. “Nos quería robar, pero además estaba enojado porque estábamos reconectando el dispositivo”, dijeron.
Este sábado a la siesta, cinco vecinos de Guadalupe acompañaban a un técnico mientras reparaba una de las alarmas que conforman el circuito comunitario que tiene el barrio. El dispositivo, ubicado en Pasaje Público y calle Avellaneda, se había quemado por un bajón de luz. Pero los buenos resultados que había dado el sistema de aviso entre vecinos la semana pasada, cuando se logró evitar un robo, los urgió a repararla.


Sin embargo, mientras el muchacho realizaba el arreglo, pasó un joven en bicicleta y los insultó: “¡Hey, no se pongan la gorra!”, les gritó en medio de un montón de insultos, al ver que ponían a punto el sistema de aviso. Pocos minutos después, reapareció. Con movimientos rápidos subió la bicicleta a la vereda, se bajó y sacó un arma.


“Nos puso a todos contra la pared. Y nos pedía plata. No teníamos nada, ninguna había traído la cartera. Entonces, vio la caja de herramientas del técnico y se la quiso llevar. Pero el muchacho le pidió por favor que no se las robara, porque él las usaba para trabajar. Sin embargo, el ladrón quiso agarrarlas y entonces el técnico pisó con fuerza la caja, para que no la pudiera mover y entonces el ladrón empezó a pegarle con la culata del arma. Ahí nos dimos cuenta de que no tenía balas, si no, nos disparaba a todos”, contó ayer a Diario UNO Mónica, una de las víctimas del violento encuentro.


Para “saturar” la zona
El delincuente finalmente los dejó tranquilos cuando uno de los vecinos le entregó el celular. Después de recuperar el aliento, y calmar los ánimos de toda la gente que había salido a la puerta de sus casas cuando escucharon los gritos, se dirigieron –en grupo– a la seccional policial 8ª, ubicada en General Paz al 7.500 para dialogar con las autoridades policiales y denunciar lo que había ocurrido. En menos de 15 minutos, la cuadra se llenó de patrulleros y hasta llegó una camioneta con agentes de Operaciones Especiales: estaban por empezar los allanamientos.


“La policía nos dijo que van a saturar la zona. El próximo lunes tenemos una nueva reunión para definir cómo se va a trabajar de ahora en más en materia de seguridad. Si continúan ocurriendo estos hechos, vamos a salir a la calle a reclamar”, expresó Otilia, un poco más tranquila porque “por lo menos la policía nos escuchó”.

En horas de la madrugada
Mientras las mujeres dialogaban con Diario UNO, una vecina que escuchaba la conversación desde la ventana del comedor de su casa, se animó a salir y contar su propia experiencia. “El jueves pasado, a la madrugada, los ladrones quisieron entrar a mi casa. Rompieron todo el portón y se fueron porque escucharon que justo se había levantado mi hijo para irse a trabajar”, explicó Gladys, de 77 años y con varias décadas viviendo en esa misma casa. “Yo sé que suena como una frase armada, pero la verdad es que esto antes no pasaba. Ya no se puede vivir tranquilo en este barrio”, se lamentó la mujer.


Sin embargo, Mirta, otra de las víctimas, subrayó la importancia de las alarmas comunitarias y los buenos resultados que están dando: “El domingo pasado, sonó la alarma de la casa de acá enfrente, y todos respondimos en forma inmediata. Empezaron a sonar todas las alarmas del barrio y salimos todos los vecinos a la calle y evitamos el robo. Fue realmente un trabajo de defensa en conjunto y dio resultados. Pero por supuesto que eso solo no alcanza. La policía tiene que estar preparada para responder a los llamados y cada persona que sufra un hecho de inseguridad debe hacer la denuncia en forma inmediata. Es la única forma de evaluar la situación que vivimos y planificar medidas acordes para resolver el problema”.

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