domingo, 11 de marzo de 2012

En Rosario es furor la compra de juguetes eróticos entre las mujeres

La liberación femenina llegó al mercado erótico en Rosario. En la última década, ellas se adueñaron de las consultas de productos y juguetes sexuales en la ciudad y ya concentran más del 80 por ciento de las compras del sector.

La liberación femenina llegó al mercado erótico en Rosario. En la última década, ellas se adueñaron de las consultas de productos y juguetes sexuales en la ciudad y ya concentran más del 80 por ciento de las compras del sector. Desde cremas íntimas hasta vibradores pasando por anillos vaginales de silicona, las mujeres se han animado a jugar con la fantasía. “El hombre es tímido y se cree autosuficiente, mientras que la mujer tiene la mente mucho más abierta”, planteó a modo de explicación sociológica Cristian Cura, vendedor rosarino de productos eróticos a través de la web. Cura admitió que el freno a las importaciones dispuesto por la Nación empezó a afectar a la actividad en la región.
   Con más de 15 años en el rubro, Cura analizó con La Capital la evolución que ha tenido este mercado en la ciudad. “Hace diez años la proporción era inversa a lo que pasa en la actualidad, la mayoría de los que compraban eran hombres, pero una serie de factores ha incidido para que esa tendencia cambie notablemente”, precisó.
   Según el vendedor, “en los últimos años la mujer ganó protagonismo en muchas áreas sociales y económicas y también en el tema sexual. En la mayoría de las relaciones, ellas tomas las decisiones de cuánto tiempo seguir o cuándo terminar. Y también han tomado la iniciativa respecto a los juegos eróticos. Son las que llaman, las que compran, aún cuando sean productos de uso compartido”.
   Cura recordó que en Argentina, “el tema sexual siempre fue un tabú. Hoy por hoy, gracias a la mentalidad más abierta de las mujeres, la compra de productos eróticos se ha naturalizado y dejó de ser algo fuera de lo común”. A la hora de enumerar razones que expliquen esta tendencia, además de la proliferación de oferta audiovisual en los distintos soportes, Cura citó el caso de la sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla quien “con sus apariciones en la televisión, en especial en el programa de Susana Giménez, atrajo a muchas chicas y les cambió la mirada de lo que implica y significa lo erótico”.
   Luego, Cura fue más allá al señalar que “en sí el hombre es tímido para usar estos productos, es machista, prejuzga, y, por no competir con un vibrador, no lo compra. Por eso mismo compra una tanga o los trajecitos de colegiala, mucama, o enfermera. Y la mujer se abrió mucho y hoy ya representa el 80 por ciento de las ventas en Rosario, cuando hace unos años era al revés”.
   En Rosario hay varias firmas dedicadas a comercializar productos eróticos en sex shops emplazados fundamentalmente en el centro de la ciudad.
Cura prefiere la venta a través de internet mediante el sitio www.estralarge.com.ar donde recibe unas 15 mil visitas diarias, no sólo de rosarinos y rosarinas, ya que “para el cliente, la privacidad es muy importante. Rosario es una ciudad relativamente chica, donde cuando se sale a caminar un sábado a la mañana por la peatonal seguramente aparece algún conocido, y por esa razón entrar a un sex shop puede resultar
incómodo”.        
¿Cuáles son los productos eróticos que hoy en día más se venden en Rosario?, preguntó este diario. Al respecto, Cura destacó: "Es muy amplia la gama de perfiles de cliente, en parte influenciado por la edad de los consumidores que en nuestro caso va de los 23 hasta los 70 años. La mayor porción de clientes se da entre los 30 y los 50 años. Y los productos que se piden varían según la edad: los jóvenes buscan más lo que es lencería de fantasía y las feromonas (fragancias afrodisíacas). La franja que va de los 30 a los 50 consume muchos juguetes tipo vibrador y consolador y juegos de pareja como el Torito (ver aparte). Los más grandes compran cremas, producto de la menopausia de la mujer que necesita mayor lubricación y hasta pastillas naturales de venta libre, que tienen un efecto similar al viagra pero no contienen químicos y los clientes dicen que dan muy buen resultado".
Como en muchas otras ciudades, las rosarinas también recurren al ya famoso Tupper Sex. En ese sentido, Cura contó que "dejó de ser sólo una actividad que se organizaba para las despedidas de solteras y ahora también se contrata para festejar un cumpleaños o hasta para hacer algo distinto un sábado a la tarde". Allí, un grupo de amigas son visitadas por un promotor "que lleva unos 100 productos y explica didácticamente durante unas tres horas su uso y después cada uno compra lo que quiere. No hay un mínimo obligatorio de venta, pero si se cobran unos 200 pesos por el traslado y la logística. Igual, más del 70 por ciento de las chicas que va a esa reunión termina comprando, ahí mismo o después a través de la web".
Importaciones. Cura admitió que las trabas a las importaciones que viene aplicando en distintos rubros de la economía el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, empezaron a afectar al mercado erótico en la región. "Nosotros tenemos un buen stock, pero la reposición de estos productos está en falta hace rato en el país. Muchos importadores nos han dicho que los containers no llegan como antes y eso complica el trabajo para los vendedores", aseveró.
El vendedor indicó que "si bien hay fabricación nacional de productos eróticos, muchos igualmente se nutren de piezas importadas. Es el caso de los vibradores que utilizan un dispositivo que sólo se consigue trayéndolo de China y por ahora no se produce en el país. El problema que se ve es más a mediano plazo que en el corto, si se sigue aplicando esta política" desde el gobierno nacional.

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