El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable lamentó que ese conflicto sea parte de la “herencia” que recibió el Gobierno. Y aclaró: “Chile tiene que dejar ese lugar en condiciones”
/Infobae |
Luego de que el Gobierno confirmara que dos estudios prueban que la minera chilena Antofagasta Minerals, instalada en la frontera, contaminó el suelo argentino, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, subrayó que se trata de un conflicto entre Estados y llamó a resolverlo por la vía diplomática.
El funcionario subrayó a Infobae que se trata de una "herencia bajo las jurisdicciones de José Luis Gioja y Cristina Kirchner". Y lamentó: "La situación de desmanejo y descontrol hizo que una situación de vulneración a la soberanía nacional, que convirtió nuestro territorio en un basural de la explotación minera, fuese considerado durante un tiempo un problema entre privados".
La referencia tiene que ver con una cuestión fundamental. El conflicto comenzó cuando Antofagasta Minerals instaló parte de uno de los siete botaderos de su mina Los Pelambres en territorio argentino, dentro de unos terrenos concesionados por el gobierno de San Juan a la mina El Pachón. Por eso, desde el minuto cero la empresa acusada y la Cancillería chilena buscaron presentar el problema como un litigio entre privados.
"Al anoticiarnos de la situación, pedimos la intervención de la cancillería para que planteara a la república hermana de Chile que es un tema internacional y no un tema entre privados", recordó Bergman, quien aseguró que gracias a esas gestiones el Palacio de la Moneda revisó su posición.
"No vamos a admitir transferir este problema a los privados cuando los dos Estados tienen que encontrar una solución. Estamos a disposición si podemos ayudar para que se hagan cargo de sacar lo que tiraron", reforzó el ministro.
Las declaraciones van en sintonía con las del vicecanciller Carlos Foradori, quien durante su paso por un plenario de comisiones en el Senado hizo hincapié en ese eje: que es un problema bilateral entre Chile y Argentina.
En ese sentido, Bergman aclaró que más allá de que la escombrera esté en San Juan, se trata de un asunto "transnacional", por lo que el objetivo del Gobierno es lograr "una situación diplomática conversada con Chile", antes de llegar a una denuncia en el ámbito del Convenio de Basilea, que regula los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación.
Bergman celebró que el diálogo ya se dio el primer fruto, pues se acordó el retiro de más de 470 neumáticos gigantes y potencialmente contaminantes, apilados sin protección ambiental en la escombrera. "A partir de las gestiones que se hicieron, comenzó a realizarse la apertura de un paso transfronterizo con la presencia de Gendarmería y el inicio del retiro de las cubiertas", evaluó. No obstante, aclaró que "Chile tiene que dejar ese lugar en condiciones". Y cerró: "Seguiremos insistiendo jurídica y diplomáticamente".
El funcionario subrayó a Infobae que se trata de una "herencia bajo las jurisdicciones de José Luis Gioja y Cristina Kirchner". Y lamentó: "La situación de desmanejo y descontrol hizo que una situación de vulneración a la soberanía nacional, que convirtió nuestro territorio en un basural de la explotación minera, fuese considerado durante un tiempo un problema entre privados".
La referencia tiene que ver con una cuestión fundamental. El conflicto comenzó cuando Antofagasta Minerals instaló parte de uno de los siete botaderos de su mina Los Pelambres en territorio argentino, dentro de unos terrenos concesionados por el gobierno de San Juan a la mina El Pachón. Por eso, desde el minuto cero la empresa acusada y la Cancillería chilena buscaron presentar el problema como un litigio entre privados.
"Al anoticiarnos de la situación, pedimos la intervención de la cancillería para que planteara a la república hermana de Chile que es un tema internacional y no un tema entre privados", recordó Bergman, quien aseguró que gracias a esas gestiones el Palacio de la Moneda revisó su posición.
"No vamos a admitir transferir este problema a los privados cuando los dos Estados tienen que encontrar una solución. Estamos a disposición si podemos ayudar para que se hagan cargo de sacar lo que tiraron", reforzó el ministro.
Las declaraciones van en sintonía con las del vicecanciller Carlos Foradori, quien durante su paso por un plenario de comisiones en el Senado hizo hincapié en ese eje: que es un problema bilateral entre Chile y Argentina.
En ese sentido, Bergman aclaró que más allá de que la escombrera esté en San Juan, se trata de un asunto "transnacional", por lo que el objetivo del Gobierno es lograr "una situación diplomática conversada con Chile", antes de llegar a una denuncia en el ámbito del Convenio de Basilea, que regula los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación.
Bergman celebró que el diálogo ya se dio el primer fruto, pues se acordó el retiro de más de 470 neumáticos gigantes y potencialmente contaminantes, apilados sin protección ambiental en la escombrera. "A partir de las gestiones que se hicieron, comenzó a realizarse la apertura de un paso transfronterizo con la presencia de Gendarmería y el inicio del retiro de las cubiertas", evaluó. No obstante, aclaró que "Chile tiene que dejar ese lugar en condiciones". Y cerró: "Seguiremos insistiendo jurídica y diplomáticamente".
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