La Facultad propone a sus estudiantes ser anfitriones de pares extranjeros que lleguen a formarse en la capital provincial.
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"Durante estos dos últimos años hubo un crecimiento en el número de alumnos que vienen de intercambio a la UTN Santa Fe –explicó Laura Caliusco, coordinadora del Área de Relaciones Internacionales de la FRSF UTN. Y a veces es complicado conseguir un lugar donde alojarse en la ciudad, principalmente porque muchos de los alojamientos que existen actualmente para recibir alumnos extranjeros están en el centro y otros están completos. Entonces creamos nuestro propio programa".
El Programa Anfitriones comenzó este año con los primeros intercambios en el marco de Iaeste (International Association for the Exchange of Students for Technical Experience), una asociación internacional cuyo objetivo es aportar entrenamiento técnico a estudiantes universitarios de carreras tecnológicas a través de pasantías.
"Contamos con una base con los datos de nuestros estudiantes que quieren ser anfitriones –continuó Caliusco. A los interesados en venir de intercambio se les muestra solamente la descripción de dónde y cómo viven los alumnos que los pueden recibir. En función de esos datos, enviamos varios perfiles a los intercambistas y ellos seleccionan un posible candidato. Recién ahí nosotros los ponemos en contacto. Este año tenemos una persona que viene de México, dos de Brasil y una de Alemania. A los cuatro los están alojando alumnos nuestros. La idea es que la persona que aloja al intercambista lo ayude a integrarse en la vida social y universitaria, es decir, generar un vínculo".
Experiencia
Una de las anfitrionas es Stefanía Radi, alumna de Ingeniería Industrial. Ella siempre tuvo ganas de participar de Couchsurfing, una red internacional de viajeros donde la idea básica es "prestar tu sofá" para que otro pueda dormir. Es gratuito y el espíritu es el de ayudar al viajero y facilitarle un lugar dónde pasar la noche. "Por eso, cuando se lanzó Anfitriones en la Facultad no lo dudé. Dije: «Esta es mi prueba».
También tenés que contar qué te gusta hacer y qué le podés ofrecer. Por ejemplo, yo alquilo un departamento con dos habitaciones con patio. Conté que tengo un perro; qué personas frecuentan mi casa; que juego al fútbol y hago teatro. Es una descripción general, sin saber quién es la persona que viene a tu casa. Igualmente se puede aclarar si querés alojar solo personas de tu mismo sexo o si te es indistinto. Yo no tenía restricciones de ese tipo".
"Ese formulario se le envía a la persona interesada –describió Stefanía. Andrea (la intercambista mexicana que hospeda) me eligió y enseguida nos contactamos a través de Facebook. Nos pusimos de acuerdo y fui a Buenos Aires a recibirla. Yo la integro a mi vida, salimos, la llevé a mi casa en San Nicolás para que conozca mi familia. Hacemos las compras juntas y cocinamos. El tema de la comida es toda una integración. La convivencia es muy buena, como con una amiga".
Andrea Rodríguez Huerta, su "huésped", también estudia ingeniería industrial en México. Tiene 22 años y está haciendo su proyecto final de carrera. Vino a trabajar al Cetram (Grupo Científico de Estudios en Transporte, Accidentología y Movilidad), donde participa de varios proyectos.
"La primera motivación para anotarme en Iaeste fue adquirir experiencia laboral –contó Andrea. Cuando entré pedí que me arreglaran el alojamiento. Me comentaron sobre este programa y me interesó porque es difícil encontrar en Santa Fe alojamientos de poco plazo. Así que pedí que me mandaran la información de los anfitriones. Me gustó Stefanía porque se presentaba como una persona divertida y extrovertida. Además, vive cerca la universidad".
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