Foto: Luis Cetraro
El Litoral
Desde la mañana las adhesiones a la marcha fueron apareciendo: primero en las redes sociales, luego en los medios, en la elección conciente de prendas negras para mostrar el luto por una chica de 16 años brutalmente asesinada.
La necesidad de no callar ante el horror, aunque igual el llanto estrangule la garganta.
El miedo, el rechazo, la indignación desbordan y el símbolo se hace visible. El hecho es público. Se habla, se grita, se llora. Ya no se esconde. Ya no se calla.
Marcha #NiUnaMenos
Salir a la calle. Cruzar una mirada y una sonrisa tímida de reconocimiento con esa otra mujer que también viste de negro. Reconocerse en una mirada ajena.
Este “miércoles negro”, fue convocado por el colectivo nacional “Ni una menos” —que organizó la marcha del 3 de junio de 2015—, logró la adhesión de numerosos sindicatos, instituciones y organizaciones sociales.
A las 13, en sus lugares de trabajo las mujeres suspendieron las actividades y el tráfico en las redes, ya que así se consignó como parte de la jornada de lucha. En gran mayoría, concurrieron a trabajar vestidas de negro.
La marcha fue multitudinaria. Desde las 17.30 se congregaron hombres y mujeres de todas las edades. Numerosas consignas y banderas se mezclaron en las casi tres cuadras de personas que lentamente partieron desde la Plaza del Soldado para desembocar en la plaza 25 de Mayo.
Una batucada encabezó la caminata, mientras metros más atrás se aplaudían y gritaban distintos coros.
María confesó que ella participa porque “tengo una nieta de 12 años y otra de 5”. Liliana contó que cuando se separó, sufrió meses de amenazas de su ex. “Y lo de esta nena de Mar del Plata es increíble. Un horror”, dice, mientras baja la vista. María José dice estar harta de escuchar a sus compañeros de trabajo hablar todo el tiempo de sexo, “no tenemos por qué aguantar eso. Pero si les decís algo, las risotadas terminan por hacernos callar”.
Un nene con camina mirando con asombro, y pregunta qué es lo que pasa. “Es una marcha para defender a las mujeres”, dice una señora. Otra mamá explica “es para que no pasen más cosas malas y feas”. Una chica con rastas y un corazón pintado en la cara le dice “porque no queremos tener miedo, y queremos ser libres. ¡Vivas nos queremos!”, grita. El nene levanta las manitos y aplaude.
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